Los lobos encontraron su piedra lunar, pero no a su alfa.
Addison sigue buscando a donde pertenece. Solo sabe que, de algún u otro modo, tiene que ver con los lobos.
Tal vez... la luna le de las respuestas que busca. Aunque no será tan simple.
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- Levi, lo digo en serio. Esa chica puede ser como nosotros.
Luego de encontrar a Leo, le dije que teníamos que hablar, con todos. Fuimos a buscar a Luke, y después volvimos a la cueva donde nos estábamos ocultando.
- Lena, es imposible. Solo cinco por planeta.
- Cabello blanco. Completamente blanco. O es una mujer lobo, o es una de nosotros.
- Entonces debe ser una mujer lobo.
- No lo es. No sentía la energía lunar que provenía de ella.
- Tú no controlas la energía. ¿Cómo lo hubieras notado?
Touché.
- Ok, tienes un punto. Pero ella no tenía colmillos, ni orejas alargadas.
- ¿Usaba su... cosita esa de piedra lunar?
- Sí, pero...
- Entonces es una mujer lobo. Lena, entiendo que eso te sorprendió, pero no debieron huir. ¿Descubrieron que era la energía misteriosa?
- Zombies.
- ¿Qué?
- Hay zombies en Seabrook. No pude comprobar que ellos sean la energía misteriosa, pero seguramente lo son.
- ¿Zombies? ¿Cómo los de las películas? -Luke se acercó a nosotros, muy emocionado.
Nadie se preocupaba por mojarse, pues aún no se desvinculaba. Tal vez deberíamos dejarlo así todo el tiempo. Pero tenía que aprender a controlar sus emociones.
- ¿Cómo es que sabe más cosas de humanos que nosotros? -preguntó Layla.
- Cuando me aburro, voy a ver la vida de los humanos. -dijo Luke como si nada.
- Bueno, si nos descubren, ya sabemos a quién culpar. -dijo Leo.
- Yo los culparé de no enseñarme a controlar mis emociones. -quiso defenderse.
- Nadie te enseña, Luke. Tú mismo aprendes. Llegas a un punto, en el que sabes que te hace reaccionar, y trabajas para evitarlo. -explicó Leo.
- ¿Entonces por qué Layla tiene estallidos, y ustedes dos también? -volvió a hablar Luke, mientras señalaba a los chicos.
- Porque nadie puede controlar sus emociones al 100%. O, bueno, nadie podía hacerlo, hasta que Lena apareció.
- ¿Cómo lo haces? -ahora me preguntó a mi.
- No lo sé. Solo... suceden cosas, las afronto, pero me da igual. Acepto lo que sea que vaya a pasar y ya.
- Esa explicación no ayuda mucho.
- Es que no sé cómo explicarlo. El de las respuestas filosóficas es Leo.
- ¿Podemos dejar de hablar de esto? La misión, por favor. -nos interrumpió Levi.
