Despierto sobresaltada al recordar lo que he visto en la tienda de instrumentos.
Alguien se encuentra sentado frente a mi cama, así que se levanta de inmediato al percatarse de mi estado.
—Voy a llamar a la doctora —avisa saliendo de la habitación. Entonces reconozco que es Aron. A los pocos minutos regresa con otra persona que no logro visualizar a falta de mis lentes.
—¿Podrías dejarnos a solas, Aron? —suena la voz de la doctora Mackenzie.
—Claro, estaré en la sala de espera.
—Tenemos que hablar —dice para cuando se ha marchado Aron, y me entrega mis gafas, las cuales coloco en mis ojos.
—Yo sé lo que vi, no estoy imaginándolo —aseguro con lágrimas en los ojos.
—Lo sé, y te creo, Jane, jamás dije lo contrario —dice colocando sus manos encima de las mías. —No fue tu imaginación. Olivia... Ella está viva.
Mi cuerpo se paraliza al escuchar la palabra "viva", las lágrimas comienzan a descender por mis mejillas y siento cómo comienza a faltarme el aire.
—Necesito que trates de tranquilizarte, por favor —presiona mis manos contra las suyas. —Hemos luchado durante dos años contra el temor que le tenías a un fantasma, ahora sabemos que está viva, y necesitas algo que te haga poder enfrentarte a ella, Jane.
Niego con la cabeza.
—Tienes que hacerlo, sólo así podrás ser libre, te podrá dejar en paz. La única forma es dejar de temerle, poner una orden de restricción, el padre de Aron se ha ofrecido a ayudarte. Por favor, Jane, no te rindas.
Comienzo a sollozar, e intento hablar, sólo que lo único que quiere salir de mis labios es un grito ahogado.
—No... No quiero verla, ya no.
—Jane, hemos estado preparándonos para verla durante dos años, puedes hacerlo. Recuerda que ya no eres una niña, ella ya no puede hacerte daño —insiste presionando mis manos.
—Pero... No quiero no poder hacerlo. No soy tan valiente, no soy...
—Sí lo eres, eres más valiente que muchas personas, mucho más valiente que yo, sólo necesitas una fuerza externa, algo que sea tu ancla para mantenerte firme contigo, para ser decidida.
» Te necesitas a ti, sí, aunque en esta ocasión necesitarás a alguien más.
Saca dos fotografías del bolsillo de su bata y las coloca en mi regazo.
Veo a mis padres junto a Teddy en brazos, Elizabeth lo tiene acunado, mientras que George besa la frente de ella. La tomé el día del nacimiento de mi hermanito.
En la otra fotografía estamos Aron y yo el día de mi cumpleaños hace unos meses. Ambos sonreímos de oreja a oreja, ambos estamos felices.
—Busca la fuerza que necesitas en tu corazón, Jane, recuerda que no estás y no estarás sola, porque, incluso yo estaré contigo en todo momento, jamás te dejaremos.
Presiono las comisuras de mis labios y la miro.
—¿Me lo promete?
—Es una promesa —indica ofreciéndome el meñique, el cual envuelvo con el mío.
—¿Puedo hablar con mis padres?
—¿Estás segura?
Asiento.
—Los llamaré.
Al marcharse, pienso en el por qué me ocultaron que estaba viva, pero, entonces una respuesta viene a mi mente: "para protegerte". Los padres hacen muchas cosas para que estemos bien, al menos los buenos padres como George y Elizabeth, a veces se equivocan, pero, la verdad es que no se les entrega una especie de manual que les indique qué hacer o qué no, simplemente actúan de acuerdo a la situación, así sea buena o mala elección, sólo piensan en nosotros.
De pronto, ambos aparecen con Teddy en brazos, quien lleva su oso de peluche.
—Jane, nosotros...
—No los juzgaré —aseguro interrumpiendo a George —, jamás lo haría. No tengo derecho y no está bien hacerlo, sólo pido que me digan qué pasó, ¿por qué regresó? Por favor.
Lo hacen, me dicen detalle a detalle el trato que acordaron hace años y que ahora esa mujer ha roto. No saben si quiere más dinero, aunque lo duda, o no se me hubiese aparecido. Tal vez sólo quiere hacernos daño de otro modo, uno que es dulce y frío para ella.
—No pedimos que nos perdones, hija —habla mamá —, sólo te pido que como lo dijiste, no nos juzgues.
—No lo haré —aseguro entre sollozos —. Tampoco debo perdonarlos, no hicieron nada malo, creyeron hacer algo que estaba bien en ese momento, y nadie, mucho menos yo puedo juzgar eso. Siempre han estado conmigo, siempre me han protegido de todo en todo momento. ¿Perdonar? No tengo que hacerlo, y tampoco crean que los odio, eso jamás.
» Lo que pido es que sigan conmigo, porque, lo que haré no será fácil, y tengo miedo, demasiado.
Al mirarlos, me doy cuenta que a doctora Mackenzie tiene razón, debo enfrentarla, tengo que ser libre, no puedo vivir con miedo hacia alguien, no más. Puede que aunque en el fondo me esté muriendo de miedo por volverla a ver, sé que debo terminar con esto de una vez con todas, o jamás seré yo de verdad, viviré atada a un dolor del pasado que me impedirá seguir con mi vida, y no quiero seguir siendo infeliz recordándola.
—¿Pueden llamar al padre de Aron? Quiero una orden de restricción, y que el juicio que no se llevó a cabo se reanude. Voy a denunciar los maltratos de mi infancia.
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Fall In Love ✓Terminada
Ficção AdolescenteMuerte. Dolor. Soledad, y un enorme vacío en su interior. Eso es lo que ha tenido que soportar Jane Hale a lo largo de su vida. La esperanza es lo último que muere, sin embargo, Jane la perdió hace ya muchos años, y no está dispuesta a creer en nada...