La preparatoria Huntsville— según lo leí—, se caracteriza por tener a los mejores profesores, las mejores instalaciones y ser campeones en olimpiadas de casi todas las materias—también en el ámbito deportivo—. Pero lo raro es que jamás encontrarás una escuela que mencione a sus alumnos buleadores. Siempre dicen «tenemos a excelentes alumnos» y no digo que sea mentira, porque hay muy buenos alumnos, pero jamás hacen hincapié a los alumnos desastrosos. Y eso, claro, lo hacen para no tener mala reputación; pero si al menos dijeran eso, personas como yo se prevendrían y no asistirían a esas escuelas donde sólo van a ser molestados por unos idiotas.
Al poner un pie en el autobús escolar supe que todo sería un fiasco.
Todos los que están en el autobús se me quedan viendo como un bicho raro. Una apestada. Pero no les doy importancia y sigo mi camino hasta encontrar un asiento vacío junto a la ventana.
Me siento y pongo mi mochila en el otro asiento a mi lado. Después recargo mi sien en la ventanilla y me coloco mis audífonos ocultando mi rostro con la capucha de mi chamarra.
Al cabo de un rato el autobús se va llenando y lo que parece ser la última parada llega.
No me fijo en quién aborda el autobús hasta que siento que alguien se pone justo a mi lado.
—Disculpa, pero este es mi asiento —dice una voz masculina.
Giro mi cabeza y un chico alto está cruzado de brazos a lado de mi mochila.
No digo nada y la aparto del asiento para que se siente, pues por lo visto ya no hay asientos vacíos, sólo este junto a mí, y no pienso levantarme sólo por él.
Sin decir otra palabra y de mala gana, toma asiento a mi lado y durante el transcurso al Instituto se torna demasiado un silencio, como si no hubiese nadie a mi lado, lo cual agradezco.
Cuando llego al Instituto todos los alumnos comienzan a murmurar cosas. Algunas que no entiendo y otras que sí.
«Una nueva rara», dicen, «otra nerd», o, «¿ya viste lo raro que viste?»
Estaba algo perdida en los pasillos del Instituto y justo cuando he encontrado el salón de mi primera clase, caigo al suelo. Un idiota ha puesto su pie y lo ha provocado.
—Ups —dice entre risas mientras busco a tientas mis lentes en el suelo—. Lo siento, pero tu tuviste la culpa, niña. ¿Acaso no te fijas por dónde caminas?
Me levanto con enfado mientras me sigue culpando, al mismo tiempo que sacudo mis manos sucias por polvo que se ha añadido a ellas.
—Ay, creo que está justificada tu torpeza, estás ciega —comenta para después estallar de la risa.
Lo miro con odio y me acomodo correctamente los lentes.
Me repugnan idiotas como el que tengo enfrente.
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Fall In Love ✓Terminada
Novela JuvenilMuerte. Dolor. Soledad, y un enorme vacío en su interior. Eso es lo que ha tenido que soportar Jane Hale a lo largo de su vida. La esperanza es lo último que muere, sin embargo, Jane la perdió hace ya muchos años, y no está dispuesta a creer en nada...