𝑬𝒍 𝑨𝒓𝒄𝒉𝒊𝒗𝒐 𝒅𝒆 𝑳𝒂𝒔 𝑭𝒖𝒓𝒊𝒂𝒔 ✓

I. Ríes

Cartas de enamorado te escribo,
soñando tu belleza incomparable.
Pero con la cruel vida recibo
risas de tus labios adorables.

Confieso mi amor en escritos,
ríos de letras en cascada de mi ser.
El amor no es parte de mitos:
es algo en lo que quiero creer.

Visitas mis sueños de madrugada,
te acercas a mi ventana en el anochecer.
Y la Luna, celosa envidiaba intrigada
la razón de tu gran belleza no conocer.

El lápiz apunta al papel, suspirando,
deseando declarar apasionadamente
Lo que siente, profundamente, inspirando
el poema del que formas parte honestamente.

Te he enviado mis cartas, mis poemas.
Te he observado de lejos, atento a tu reacción.
Te he visto reírte sin problemas.
Te he visto decepcionar a mi corazón.

Notas que envió sin firmar,
notas que no llevan a su autor.
Notas que declaran y dicen afirmar
que el escritor siente profundo amor.

Otro día, me atreví, lo confesé.
Frente a tu persona admití que era yo.
En dos minutos, tu expresión cambió,
y en teoría tu respuesta fue "No".

Te reiste, te burlaste del autor.
Lo hiciste, me causaste un gran dolor.
Escuché risas animadas de tus amistades,
y quedé como un tonto, ahora lo sabes.

Me inspiré en tu belleza, perdí mi tiempo,
me arriesgue a hablarte, sólo un momento.
Pensé que tenías otros pensamientos,
ahora tus risas son pesadillas y tormentos.

Grabé en mi memoria aquellas escenas,
trágica y hermosa, paradójicamente.
Corren lágrimas por mis venas,
y un gran pesar intensamente.

Te veías bella, tu sonrisa, tonada angelical,
tu rostro emanaba hermosura sin igual.
Lastimosamente, el mayor elemento, tu risa,
es lo que me asesinó y a la vez me hechiza.

Cartas de enamorado te escribo,
soñando con tu belleza incomparable...
Preciosa, sí, aún estoy en el mundo de los vivos,
pero muerto en algún sentido.
¡Tu risa es la culpable!