XIX. Ensueño

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Quédate y por esta ocasión,

percibe la tarde fría

que algunos otoños grises

dibujaron sobre mi lecho.

Toma de mi mano y por nada

sueltes de ella otra mañana,

pues cuando despierte

quiero que sigas aquí.

Déjame escucharte al menos,

claro y tan solo una vez más,

como latidos en medianoche,

para soñarte otras mil veces.

𝑬𝒍 𝑨𝒓𝒄𝒉𝒊𝒗𝒐 𝒅𝒆 𝑳𝒂𝒔 𝑭𝒖𝒓𝒊𝒂𝒔 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora