De una entrega de poesía a una saga lírica recopilada, El Archivo de Las Furias introduce a la escena los sentimientos y temáticas dentro de la mente del autor, añadiendo además algunos escritos en relación a los contenidos de la historia.
Las Furi...
Fue en un café, por la mañana, con el sol en la ventana, mientras el aire suspiraba tus recuerdos a mi mente.
El oxígeno me faltaba, cuando de lejos te observaba: Una linda chica que añoraba en mis sueños, dulcemente.
Sonrisas me faltaban, la felicidad me envidiaba. Fue en un café que soñe contigo, mientras el sol era mi único amigo.
Eres ilusión, de una forma correcta; te faltan defectos, por eso eres perfecta. Velando mi descanso en la madrugada, mientras la imaginación es ilusionada.
Persona ideal, suficiente material para estructurar una obra de arte. ¿Un momento trascendental? Eres poesía con solo mirarte.
Las flores quieren tu perfume, tu aroma; especial como la luna cuando se asoma, vigilando la noche con las estrellas. A ti te quedan sinónimos de palabras bellas.
Estricta métrica de prosa, hermosa y divina. Me asesina con su canto de diosa, hermosa rosa sin ninguna espina.
Dulce melodía, eco del destino, llevas dentro la luz de mi camino. Fugitiva, dueña de mis anhelos, razón de alegrías y desvelos.
¿Dónde estás, amor de mi vida? ¿Volverás a mis brazos, querida? Tan lejos de mi ser, pero está conmigo, y el café que bebo es el testigo.
Testigo de mi hablar torpe, pero sincero, con esmero sin olvidar que te quiero. Olvidé a los demás, al mundo entero antes que olvidarte a ti primero.
Yo sé, confío en que voy a encontrarte, desde aquél sueño no dejo de buscarte. Que refute mi pensar la filosofía, igual sé que serás mía.
Tierna Musa, creadora de mis versos, dueña de mi galaxia no, de mi universo. El velo nocturno se cansó de mí y se fue, mientras dejé de hablar junto a la taza de café.
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