L. Amor

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No pude definirle

a pesar de oscuras noches,

a fuerza de desvelos

pensar más nada en él.

Pero luego vienes tú...

y tu nombre, con tu voz,

corrigiendo los detalles

con tus mejillas punzó;

y de pronto, en tus ojos

y en el carmín de tus labios

todos los conceptos olvidados

al fin cobran sentido.

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𝑬𝒍 𝑨𝒓𝒄𝒉𝒊𝒗𝒐 𝒅𝒆 𝑳𝒂𝒔 𝑭𝒖𝒓𝒊𝒂𝒔 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora