ʜᴀsᴛᴀ ϙᴜᴇ ʟᴀ ᴍᴜᴇʀᴛᴇ ɴᴏs sᴇᴘᴀʀᴇ | ᴊᴀᴄᴋ ᴄᴏɴᴡᴀʏ |

| Capítulo 3 |

Las luces volvían a resplandecer por las humedas calles de Los Santos, la gente se alineaba alterada por la atracción.
Linea roja marcaba una simple meta, el destino de la felicidad o tristeza.
Lo unico que tenías que hacer era manejar una bestia que nunca terminas de conocer.

-¡Vamos mamá!- Escuche a Jack en los hombros de su papá.

Alguien se topó justo aún lado mio.
-Por favor gana la carrera- suplicó Roman.
-No gastaras más dinero en joyas- Le advertí palmeando su hombro.
-¡Aparta hijo de puta!- gritó Gustabo peleando con otras personas.

Roman se alejó de mi para ayudar a los chicos; volvían a poner la mayor atención a lo mejor que hacía.

Lo unico que me completaba cada día y noche.

-¡No me conoces! Ese dinero será mio!- El sujeto gritó dando por hecho una realidad que no sería posible hacer.

Lo miré de reojo por un momento.

-Muestrame como conduces- Hablé.

-Y te mostrare quien eres- pensó Conway.

-Y te mostraré quien eres- Completé.

Tej llamó nuestra atención mostrando la linea de salida.
Aceleré poco hasta quedar justo atrás de ella.
Una chica rubia se acerco quitandose el corpiño siendo el quien indicará cuando salgan a correr.
-¡Listos!- lo levantó.
Rugiamos al instante dando por hecho que estabamos más que listos.
-¡1....2....3!- finalizó tirando el corpiño al suelo.

Liberé a la bestia como ninguna otra noche, cada vez era más especial, unico y diferente.
Jugaba con los pedales y velocidades, conociendo cada particula de ellos, siempre adelante.
Cada vez se alejaban las personas que miraban la carrera, ahora eramos solo el y yo listos para llegar a la meta final.

Analizando mi camino, había un segundo atajo que me llevaba a la victoria. La diferencia entre segundos era mínima por lo que no tendría ningun problema.

El se fue por la izquiera y yo la derecha.

Una curva se atravesó, aplasté el pedal girando a la vez el volante sintonizando un suave derrape afligido por la velocidad.

-Hasta la proxima- susurre presionando aquel botón brillante pintado de rojo.
El nitrógeno salía victorioso cada vez, terminando el trabajo.

Llegué en primer lugar.

La gente gritaba, bebían cerveza en mi nombre.

Salía del coche y unos brazos me tomaron por atrás, olía esa particular colonia increíble.
Conway me hizo girar rápidamente atrayendome más a el, me alzó sobre el cielo dando varías vueltas.

-¡Esa es mi chica!- Gritaba emocionado.

Me bajó por fin, endrede mis manos sobre su melena dejando besos infinitos en su boca.

-¡Es injusto!- Alguien detuvo nuestro pequeño momento romantico.
-Escucha grandulon, será mejor que te vayas de aqui....yo le gane una vez- Intervino Brian.
-Te dejo ganar- Corrigió Lety.
-Apuestas son apuestas- Hablé señalando la salida.

El hombre no tuvo más remedio que salir recibiendo burlas y humillaciones por parte de todos.

-¡Fiesta en casa de Megan!- Habló Roman.
-¡Fiesta en casa de Conway!- Hablaban Gustabo y Horacio.
-¿Fiesta en nuestra casa?- Pregunte mirando a Conway.
-Fiesta en nuestra casa- Afirmo Conway.

Y de nuevo la gente gritaba desesperadamente; tomaron sus botellas de cerveza, subieron el volumen de musica que salia de sus coches.
Diviertiendose como si fuera la primera vez.

Y así fue como nos seguían hasta casa, nuestra casa.

-Conway no estoy en discusión- Termine la conversación.
-Yo ire solo, para que no te preocupes de más...prometo decirte todo- Habló cansado.
-Vale- Asentí con la cabeza.

La fiesta comenzo, el alcohol se apodero de nosotros, la musica entro en nuestros oidos y nos hipnotizó .
Las carcajadas se expandían por el lugar
Bailabamos sin parar.

-¡Yo soy Pogo!- Exaltó Gustabo haciendo la misma voz que nos atormentaba antes, pero esta vez la comedia era quien nos tranquilizaba.

Todos reían ante las estupideces que decian Gustabo y Horacio.

Conway me tomaba de la cintura provocando que estuviera más cerca de el bailando al mismo ritmo de la cancion.
Jack no se quedaba atrás pues tambien domino la pequeña pista de baile con la pequeña Sara.

La noche brillo y se volvio una de las más especiales.

la gente termino dando lo mejor, la musica y los tragos terminaron con un ultimo sabor inigualable.

Finalmente la fiesta termino.

-Yo los llevo a la cama- Habló Brian tomando el cuerpo de Sara cuidadosamente.
-Te ayudo- Habló Conway haciendo la misma acción con Jack.

Terminé de tirar todas las botellas vacías, mire al sofa y no pude evitar sonreir dulcemente al ver a Gustabo y Horacio dormidos.
Camine hacía ellos tratando de traerlos a tierra.

-Hey, Hey- Los movía con cuidado.
-No me moleste señora- Gustabo golpeó mi mano.
-¿Señora?- Regresé el golpe en su hombro provocando que se despertará completamente.
-¡Perdon! ¡Perdon!- Gritó cayendo al suelo por el susto.
-¡Manos arriba!- Horacio se había levantado por el mismo susto.

Me tapé la boca ocultando la risa.
-Vamos arriba es hora de dormir- Señale las escaleras.
-Si- Caminaron hasta las escaleras bostezando.

Los acompañe hasta una de las habitaciones de huéspedes donde cabían perfectamente y eran muy comodos.

Entré a mi habitación por unas cosas y encontré algo mejor, un gran tesoro; Conway y Jack bajo las sabanas durmiendo plácidamente.
Sonreí recargandome en el marco de la puerta.

-¡Tenemos frio!- Unas voces se escucharon del otro lado.

Tenia ganas de asesinarlos.

Alcancé a ver que se movieron pero no se despertaron.

Tomé lo que necesitaba y sali de la habitación.
-Vuelven a gritar y los dejo en la calle- Hablé entre dientes aventando las sabanas.
-Nosotros también somos tus hijos- Se indignó Gustabo.
-¿Disculpa?- Me cruce de brazos alzando una ceja.
-Buenas noches....madre- Se voltearon dispuestos a volver a domir.

Bufé saliendo de la habitación cerrando con cuidado la puerta.

Camine de nuevo a la mía y ellos aún seguian en la misma posición, hacia mis movimientos mas silenciosos y me recoste aún lado de ellos.
Abracé la espalda de Conway acercandome más a el; sintió un nuevo peso, nuevas manos y se volteó abriendo poco a poco los ojos.
-Te amo- Sonrió tocando mi mejilla.
-Te amo- Hablé en susurró.
Una pequeña sombra se asomó, era Jack.
Adormilado se paro en la cama colocandose entré nosotros.
Su pequeña casa bajo los brazos de sus padres entregando energía positiva, amor y paz.

Conway y yo reíamos y solo lo abrazamos más, cayendo los tres en un profundo y suave sueño.