| Capítulo 4 |

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-¡Jack es hora de ir a la escuela!-  _____ terminaba de recoger la mesa.
-¡Gustabo! ¡Horacio! ¡A trabajar!- Volvía a gritar.

Todos bajaban inmediatamente con mejores vestimentas oliendo perfectamente.

____ les indicaba lo que hoy harían.

-¡Cielo! ¡Cariño! ¡Tienes que trabajar! ¡Te amo más!- Bajaba enojado colocandome el saco.
-¿Enserio Conway? ¿Con tus hijos?- Reía acercandose a mi.
-No es que tenga mucho afecto a las mañanas- Alce y baje los hombros bufando.
-Bien pues espero y te siga gustando la tarde y todo lo que tengas que hacer- Sus calidas manos acomodaban a la perfección mi corbata.
-Correcto, tengo todo hecho- Hablé sonriente.
-Los chicos iran por el pastel- Susurró.
-Lo van a aurrinar- Hable en el mismo tono.

-Estamos aqui- Hablaron los tres al mismo tiempo.

-Con cuidado, vuelve a casa pronto- Dejo un beso en la comisura de mis labios.
-Andando gilipollas- Habló entre dientes.

-Jack esta vez yo te llevaré al colegio- Escuche por lo lejos ya saliendo de casa.

-¿Conway? ¿Hoy ira al hospital?- Preguntó Gustabo.
-Deberias de llamarlo padre ¿No crees?- Intervino Horacio.
-Lo sé, pero me cuesta trabajo si te soy sincero- Hizo una mueca de desagrado.
-¡Ja! No te preocupes, a mi tambien me cuesta trabajo llamarte por tu nombre original-Hacía el mismo gesto como respuesta.
-¿Entonces? ¿Hospital?- Horacio volvia a la primera conversación.
-Asi es crestitas- Respondía suspirando cansado.
-Los dejare en las oficinas del FBI con Michelle, ya tiene ordenes para ustedes- Aparque el auto afuera de la ubicación exacta.
-Lo mantendremos avisado en lo que no esta disponible- Se burló Gustabo saliendo del coche con su compañero.

-Que te follen- Susurró arracando del auto a una nueva dirección, posiblemente una de sus casas donde siempre era bienvenido, el hospital.

Tenía un grave pensamiento que no daría nada positivo a mi y a mi familia, probablemente sea el responsable de que todo termine y no habría manera de repararlo. Una vez más.

Había llegado al hospital; me había citado con Violeta quien sería la única y su lealtad en guardar todos los secretos.

-¿Como estás?- Pregunté saludando con un enorme abrazo.
-Bien, acabo de terminar con un paciente que se dislocó el tobillo- Reía enseñando el camino hacía la pequeña habitación.
-¿Tu que tal estás?- Devolvió la pregunta.
-Dependera de los resultados- Respondía con indiferencia.
-Tranquilo, no te presiones- Abrió la puerta de la habitación indicando que sea el primero en pasar.

Era una habitación muy diferente a las demás, con varías maquinas que no conocia.
-¿Que es lo que sientes?- Preguntó sacando una pequeña libreta.
-Dios de todo un poco- Hablé nervioso.
-Tendremos que ser más claros- Alzó una ceja esperando la verdad.
-Algunas ocasiones me llegan ataques de tos, falta de respiración, cansancio sobre todo- Comencé a explicar.
-¿Sigues fumando y tomando alcohol?- Pregunto prendiendo una maquina muy rara.
-Es correcto- Asentí.
-Tienes que volver a confiar en Dios- Señalo  la maquina.

Caminé hacía ella.

Era una especie de radiografía especialmente para el torso, cada vez me olía mal.

La pequeña revisión comenzo y notaba las reacciones de Violeta más preocupada y tensa, pues no solo había sido una radiografía.
Me sentía una rata de laboratorio provando la mayoria de maquinas conmigo, me sacaron bastante sangre y lo unico que necesitaba era un cigarro.

Los minutos se hacían horas.
No había alternativa, no había nada bueno en esta habitación.

-He vuelto- Violeta entró a la habitación con varios papeles en la mano.
-Conway- Me miro completamente seria.
-Solo dime cuanto tiempo me queda- Me coloqué de pié cogiendo mi saco.
-Años.... posiblemente meses- Me entregó los papeles que ella tenía.
-Madre mia- Hablé sin energia.
-¿_____?- Preguntó preocupada.
-Ella no sabrá nada, mi vida seguira normal y ella seguira igual- Hablé decidido.
-No puedes ocultarle eso Conway, tienes cáncer ¡Muy avanzado! ¡La destrozaras!- Trataba de convencerme mientras salía de la habitación.

La ultima palabra me hizo parar en seco.

Volvía hacía ella.

-No cambiaré neumaticos por medicina, no dejaré de ir al parque con mi hijo para ir a las quimioterapias, no dejaré de trabajar, no dejaré que ella se preocupe por mi- Trataba de hablar sin que mi voz sonará entrecortada.
-Por favor no le digas nada- Suplique mirandola a los ojos en cristales a punto de romper.
-Esto no terminará bien, lo sabes- Tenia razón.
-Pero.... no le diré nada- Se rindió entendiendo a que me refería.
-Gracias- Estrechamos las manos antes de salir.

Volvía a caminar hacía el lado contrario colocandome las gafas quienes me protegían de como verdaderamente estaba.

Subía al coche rompiendo a llorar, era mis primeras veces donde literalmente me destrozaba y era sumamente raro.
Había deseado tango morir, lo había logrado.
Pero jamás lo conseguí, por fin logre tener lo que verdaderamente tenía.
Y ahora que tengo, solo me lo quieren arrebatar y esta vez no hay nada que hacer.

¿Que voy a hacer?
¿Como llegaré a casa?
¿Como voy a querer abrazarlos y amarlos y nunca separarme?
¿Que le diré a ____?

Miles y miles de preguntas me atormentaron.

Años, meses...dias.

Sacaba una cajetilla de cigarros de la guantera.
Era una batalla que no estaba dispuesto a ganar.
Prendía un cigarro fumando de el como ninguno otro.

Tome curso de nuevo a las oficinas del FBI.

Recibía una llamada de los chicos, lo que faltaba.
-Que coño quieren- Hablé elimando las lágrimas.
-La fiesta de Jack se adelantó, tiene justamente media hora para llegar- Habló Horacio.
-¿Tienen el pastel?- Pregunté girando el auto escuchando varios claxon.
-Afirmativo- Respondió Gustabo.
-Bien, iré para allá- Termine la llamada.

ʜᴀsᴛᴀ ϙᴜᴇ ʟᴀ ᴍᴜᴇʀᴛᴇ ɴᴏs sᴇᴘᴀʀᴇ  | ᴊᴀᴄᴋ ᴄᴏɴᴡᴀʏ |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora