| Capítulo 12 |

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Conway salía del lugar en dirección contraría de su mujer.

Decidía tomar un largo camino; despegar su mente aún pisando tierra, considerando que podría darle más días de vida.

Dialogaba entre la gente recibiendo faltas de respeto.

Resplendia su presencia por la mitad de la ciudad, no tenía un destino claro pero su despecho lo llevó a un refugio.
Una playa; podría ser común y corriente, pero había entregado su alma al diablo que domino su infierno.

Llegó a la misma roca de siempre, se sentó en ella librando su mente volar a otros universos u realidades.

Su vista se nubló por un segundo, las mareas del mar atrayeron un viento muy diferente.
El sol había dejado de brillar como normalmente lo hacía.
Sentía un aroma a petalos de rosas.
Una presencia inexistente.

No tenía la necesidad de voltear a buscar aquella presencia.

Cerró los ojos colocando sus brazos atrás recargandose mejor y más relajante.
Alentaba a la anomalía desaparecer.

Su mente arrojó a bloquear todos los recuerdos, presenció dolor en su estomago, no estaba conectado a su realidad, algo malo estaba por venir.

-¡Conway!- Escuchó su voz, la misma voz que lo atormentaba todas las noches.
-¡Conway!- Volvía a gritar.

No queria abrir los ojos, consumía su desesperación en hacer nudo sus puños.
Tenia miedo de volver a caer en una maldición que lo llevaría por años cayendo a un precipicio.

-____- Hablaba en su mente tratando de recordar su voz, su rostro.
-¡Conway!- Gritó más alto.
Conway se dejo caer del otro lado de la piedra asustado por sentir la presencia más cerca.

Abrió los ojos mirando a la bella mujer que amo alguna vez.

-¡Yo me despedí de ti ¡Me olvidé de ti!- Gritó alterado.
-Es hora de volver a casa- Informó feliz.

Corría hacía el mar mojando el mismo vestido blanco que colgaba de su cuerpo siempre.

-¿Que esperas?- Preguntó mirando a Conway confundida.
-Ya no hay casa, no es hora, ya no es nosotros, te amaré el resto de mi vida pero no serás quien espere al final de mi muerte ni después de- Se levantó limpiando la arena en su ropa.

Se dio la vuelta caminando firmemente alejándose de la chica quien le gritaba aún esperando a que volviera.

Se quedo inmovilizado por un segundo, una fuerte brisa se estrellaba por su rostro provocando que volviera a cerrar los ojos.

Dejo de sentir aquel olor.
Dejo de sentir aquella presencia.
Dejo de sentir aquel amor.

Su cuerpo colapsó en el suelo sacando varías lagrimas de lamento, tosía varías veces.

-Perdoname- Pensó el.

Volvía a levantarse continuando en su caminata.

Su mente había sido desbloqueada sintiendo su sortija de casamiento, volvía a sentir las estupidas mariposas de estomago al recordarla perfectamente.

Su movil comenzó a sonar; lo saco mirando el nombre.
-De nuevo este imbecil- Ruño molesto.

Acepto la llama colocando el movil en su oreja.

-¿Te tengo que recordar que tu culo es mio? ¡El que habla y el que busca soy yo! No tu gilipollas de mierda- Caminaba molesto, bajo el celular dispuesto a colgar.
-¡Espere! ¡Por favor!- Se escuchó.

Se volvió a colocar el movil en la oreja.

-Tienes 5 segundos para decirme que es lo que quieres...1...2...Ding dong- Miraba su reloj reposando en su muñeca.
-Me estan persiguiendo, me quieren matar- Habló asustado.
-Y eso a mi que me importa- Reía irónicamente.
-Nos veremos en el infierno...Imbecil- Reía a punto de colgar de nuevo.
-Señor por favor, necesito que me ayude- Disparos se escucharon al fondo.
-Bien Andrés, donde estás- Apresuró la caminata hasta salir por completo del lugar.
-Mi nombre es....- Habló.
-Me importa una mierda tu nombre, para mi eres Andrés- Alzó la voz.
-Me resguarde en este lugar, no tardan en encontrarme...Se esta enviando la ubicación- Un mensaje se asomó sobre la llamada.
-Bien, cuidate por que el unico que te matará seré yo- Finalmente colgó la llamada quedandose estático.

ʜᴀsᴛᴀ ϙᴜᴇ ʟᴀ ᴍᴜᴇʀᴛᴇ ɴᴏs sᴇᴘᴀʀᴇ  | ᴊᴀᴄᴋ ᴄᴏɴᴡᴀʏ |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora