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—¿Qué sucede Jungkook? —Bostezo Heesook cuando se encontró con la espalda desnuda del joven, que miraba por la ventana hacia la luz brillante de la luna a las 4:37 de la madrugada. —¿No tienes frío?

—¿Eh? —Giró un poco su rostro y después volvió la vista al frente. —No, en realidad no mucho. ¿Por qué estás despierta a esta hora? 

—No he podido dormir mucho, estoy nerviosa...

El menor sin prestar mucha atención, decidió quedarse en silencio y meditar un poco lo que estaba pasando por su mente. Cuando decidió abrir sus labios para hablar, se giró a su rostro y sus ojos se quedaron allí, pasmado y encantado con el rostro iluminado con la luz de la luna, con unos ojos grandes y brillosos que dejaban maravillado hasta al más distraído ser humano. 

—Tu madre vendrá esta mañana. 

Jungkook se giró completamente y posó ambas manos en las mejillas de ella, teniendo completamente la atención de los ojos bonitos y una expresión relajada. Estaría bien besarla, estaría muy bien ignorar todo a su alrededor y gozar por un momento que también él podía tener a alguien a quien amar, tal como su madre le había dicho de pequeño y podía demostrar que podía ser igual o mejor que su hermano mayor. Eso era exactamente lo que pensó. 

Soltó su rostro y después llevó una sola mano a él hombro de la chica para brindar apoyo. 

—¿Mamá te contactó? 

—Tomé el celular de Jimin por un momento y obtuve su número. 

—Eso es muy valiente de tu parte. ¿Si sabes que mi madre es una mujer estricta? 

Ella asintió y caminó hasta el sofá cama en el que había dormido Jungkook desde que llegó, alzó los hombros y él llegó a su lado. 

—No quiero que la madre de mi novio no sepa de mí, ni de su nieto. 

—Entonces Jimin no lo sabe. 

—Nop… 

—Eres una traviesa, Noona. 

—Sí, supongo que sí. —Dijo en un tono burlón. 

—No esté nerviosa, comprenderá que es lo correcto. 

Jimin se quedó en el pasillo, recargado en la pared escuchando las voces de los otros dos. Había sentido que Heesook se iba de la cama, pero no se levantó hasta que tardó en regresar. 

—Sólo espero que Jimin no se enoje conmigo. Lo único que quiero es vivir sin tener que esconder lo que siento… quiero… Quiero casarme. 

—¿De verdad? —La observó, aunque no mucho se podía distinguir por la oscuridad. Podía notar un poco que ella se encontraba lagrimeando. —Sí eso quieres, yo estaré feliz. —Se acercó para rodearla con sus brazos. Heesook no sabía porque razón comenzó a llorar, pero se estaba sintiendo acorralada con la decisión de Jimin de no contarle a su madre sobre lo que tenían. Sin embargo, Jungkook la estaba ayudando demasiado moralmente y de eso estaba agradecida, de tener a alguien que la escuche, y él está encantado de poder hablar con ella, aunque sea un poco doloroso dar consejos a alguien que te gusta para que sea feliz con alguien más. 

La luz se encendió y se escucharon los pasos rápidos de Jimin por detrás y ellos dos se asustaron por el sonido, el mayor jaló del brazo a Heesook hacia él con sorprendente fuerza, tropezó en el acto y frunció el ceño del dolor que le provocaba los dedos hundidos en la piel de su antebrazo. 

—¿Puedes dejar de querer llamar la atención, Jungkook? 

—¡Hyung! ¿De qué hablas? 

—¡¿por una maldita vez en tu vida puedes dejar de hacerte el inocente? —El sonido de sus palabras retumbaron por la habitación, se notaba su molestia. 

Inocente Señorita 2 [P.J]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora