06

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Había cosas difíciles cuando se trataba de hablar con la verdad, porque la verdad puede llegar a ser tan dañina como la mentira. Sin embargo, cuando se trata de hablar sinceramente, muchas veces omitimos partes para que sea "menos dañina", a veces no hablamos con la suficiente sinceridad por miedo a dañar a los demás o a ti mismo. ¿Pero entonces? ¿Qué deberías hacer? Porque no siempre sale como uno quiere y, no siempre duele de la misma manera. Es impredecible. 

Una mirada rápida y un ligero cosquilleo en su estómago fue lo primero que delató sus nervios. 

Hoseok no le había dejado de poner atención desde hace un rato, con intenciones de hacerla hablar, porque a él también le ponía los pelos de punta verla así.

—No iré a bañarme hasta que lo digas —Musitó mirando sus actos. —Dilo ya. 

 —Lo siento Hoseokie… —Intentó alargarlo uno. Entonces, pero él negó varias veces haciendo que prosiguiera. —Mis padres quieren que regrese. 

Antes de que siguiera, el chico asintió y comenzó a empacar. Ella le miró curiosa. 

—Si te vas tú, yo también. 

Se le acercó al instante para detener sus actos. 

—¡No, no! No puedes irte. 

—¿Porqué no? Si tu no estas aquí, no tiene sentido que yo sí. 

—¡Hoseok, no! —Aventó una camisa que tenía en manos haciendo que el chico la mirase. —Es decir, no puedes irte sólo porque yo lo hago, te estás divirtiendo bastante aquí. 

—Pero… 

—De verdad, Hoseok. No te vayas. 

—¿Irse? —Desde el marco de la puerta habló un SeokJin preocupado. —¿Te irás Hoseok? 

—Yo me voy, SeokJin —Se acercó a él. 

—¿no te estás divirtiendo? 

—¡Sí! Es que, mis padres me han pedido que regrese. Lo siento. 

—Bueno, si es así no puedo pedirte que te quedes —Se giró a Hoseok quién aún estaba empeñado en acomodar su maleta. —¿Y tú Hoseok, te irás? 

El pelirrojo dejó sus ropas y sin mirarle asintió. 

—No puedo dejarla sola. 

—Estaré bien, no es necesario que tu también vayas. Mira, ahora parecen más unidos, me alegro de que se hayan entendido. —Intercaló miradas entre ambos muchachos, los ojos de SeokJin estaban estancados en Hoseok quien sólo miraba su ropa. —Papá dijo que me estará esperando cerca del metro, si es por eso, no te preocupes. Además, sabes lo bien que sé cuidarme. 

Entonces así fue como había fallado a su mejor amigo para irse con ese hombre del que antes se había estado quejando. 

¿Estoy haciendo lo correcto? 
Pensó. 

Jimin le recibió con una enorme sonrisa. Fuegos artificiales en su estómago y un ligero sonrojo la delató de inmediato. 

Camino a la casa de su madre, el silencio comenzó a ser incómodo y la atmósfera no cambió por un tiempo, aunque pocas palabras cruzaran, seguía siendo igual de tenso. 

—¿Cómo estuvieron las vacaciones con tus amigos? —Le miró unos segundos y después apartó la vista. Ella miraba hacia el frente como lo hacía desde que partieron. La realidad era que no se sentía muy bien por haber mentido, pero no le quedó de otra. Jimin notó su inquietud. —Hm… escuchemos un poco de música. 

La frescura del exterior pegó en todo su rostro, la brisa removió sus cabellos y aspiró una vez sintió necesidad de hacerlo. De reojo pasó la vista al conductor, si estaba allí era con un propósito, además de conocer a su madre quién estaba entusiasmada por conocerla según lo que él dijo. No había razón para ser voluble, quería terminar con eso tan pronto pudiese hacerlo. 
Sólo debía hablar. 

—Vine una vez con mis padres, no recuerdo mucho, pero sé que la pasamos muy bien. 

La mirada que le entregó fue fugaz, sin embargo fue el detonante para hacer sonreír al mayor. En lo que pasaron de camino no había podido escuchar su voz claramente como ahora. Sabía que algo estaba pasando por su mente, pero le gustó que ella se estaba esforzando. 

Las paredes interiores de la casa eran de color crema, todo bastante ordenado y algo que distinguía eran los decorativos de manzanas rojas. A pesar de que la mujer no tuviese alguien, era cálido como el ambiente de un hogar. 

—Te mostraré tu habitación —Esbozo él, mirándola desde distancia. —Yo llevo tu equipaje. 

—¿Y tu madre? 

Park suspiró en cuanto la mirada de la muchacha cayó en su expresión. 

—Hm… ¿cómo decirlo? —Mientras avanzaba ella iba detrás, entraron a una habitación espaciosa. —Aquí será tu… 

—¡Boo! —Un chico de cabello negro salió del armario sorprendiendo a los dos. —¿Oh? 

Los ojos grandes del joven se estancaron en el rostro sorprendido de la muchacha, reverencia un par de veces sin dejar su expresión boba hacia ella. 

—¿Qué haces aquí Jungkook? —Preguntó de mala gana. —¿Que no irías con papá? 

—Ou… —Apenas lo miró un segundo y volvió a la chica. —¿Cómo te llamas? 

—Soy HeeSook —Sonrió. El chico también. 

El mayor viro los ojos al notar la atención que le prestaba, se llevó a su hermano afuera del cuarto dejándola sola con incomodidad. 

—Mamá no me dijo sobre esto. 

—¿Qué, creíste que mamá te dejaría la casa sola para que hicieras tus cosas vulgares sin preocupación? 

—Callate. ¿Por qué la miras tanto? 

—Ah… ¿no es obvio? Es bonita —Avanzó un paso para volver con ella, pero su hermano mayor le agarró de los hombros para retenerlo. 

—No te acerques a HeeSook —Susurró cerca a su oído, el joven de ojos grandes sonrió ampliamente. 

—No voy a poder evitarlo, hyung —Hizo un puchero falso y se apartó. 

—Hee —Le habló antes de que Jungkook lo hiciera. Alzó su mano para que la tomara. —Ven, te llevo a tu habitación. 

Jungkook los siguió hasta el cuarto de su madre, donde HeeSook dormiría por esa noche. 

—A mamá no le gustará, hyung —Recibió una mirada fija de su hermano mayor y se cayó. 

—Bien, Hee, aquí estarás bien. De hecho hay una televisión por si quieres verla antes de dormir. 

—Gracias, pero… 

—¡Y tiene un baño! 

Jimin miró a Jungkook y lo arrastró fuera de la habitación cerrando la puerta con seguro después. Éste se acercó a la cama y la invitó a sentarse. 

—No estaba en mis planes mi hermano, creí que para esta hora estaría en casa de mi papá. 

—Jimin, tu hermano está bien, pero dijiste que tu madre quería conocerme. Por eso vine. 

—Lo sé, lo siento y ella también, pero tuvo que irse por cuestiones laborales. No te avisé porque quería verte. 

Era bueno con las palabras, sabía exactamente qué decir y cuando. HeeSook estaba vulnerable en esos momentos, receptiva a cualquier cursilería que Jimin quisiera decir. 

—No importa lo que digas, no te creo. 

—Habías dicho que viniste por mamá. Tampoco te creo. 

Acarició su mentón e hizo que le viese con atención. No quería que ella siguiera actuando como una chica fría, porque es todo lo contrario a lo que ella es. No sabe ocultar sus sentimientos, pero en esos momentos ¿quién podía ocultarse detrás de la frialdad? 

Inocente Señorita 2 [P.J]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora