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El azúcar de la sandía jugosa en la mesa era lo menos atractivo para los ojos de los dos muchachos curiosos e impacientes por la voz de la muchacha. Habían pasado quince minutos desde que se apartó para contestar la llamada de sus padres, quienes le preguntaban por su estadía en la casa de la abuela de SeokJin, sin saber que ahora no se encontraba allí.

—No es tu novia, lo tengo por seguro —Musitó un alegre Jungkook frente a un Jimin sosegado por el cuerpo de la chica. El menor se giró también y después de gesticular algunos gemidos depravados recibió un golpe en la nuca. —¿Donde la conociste? 

—Que te importa. 

—Mucho, por eso pregunto… ¿y… ya la besaste, qué tal lo hace? —Aquellas palabras sinceras y descaradas las había aprendido de su hermano mayor. Aunque él no era así cuando tenía a una chica que le guste de frente, siempre se lo guarda por timidez. 

—No hemos hecho nada.

—¡¿Qué?! —Aquel grito había hecho sobresaltar a la chica, se alejó un poco más. Él entrecerró los ojos con intención de hacer hablar al otro. —Vaya… nunca creí que mi hermano conocería a alguien que no le diera sexo. 

—HeeSook es diferente. 

—Sí-sí. Por cierto hyung, contacté con Taehyung hyung y dijo que vendría. 

—¡¿Qué, estás loco?! 

—¿Que pasa? Creí que te alegraría. 

—¿Cuándo? 

—Eh… en cinco minutos. 

HeeSook regresó y ambos chicos conservaron el silencio hasta que tomó asiento jungkook fue el primero en hablar. 

—Noona, me gustaría saber más de ti. ¿Por qué no cuentas que te gusta hacer, qué te gusta de un chico? 

Jimin lo miró con evidentes celos, apretó su mandíbula al ver la sonrisa avergonzada y un pequeño asentimiento de cabeza. Sin embargo, sus nervios no dejaron su cuerpo, de vez en cuando miraba el reloj de pared con la esperanza de que los cinco minutos nunca lleguen. 

—Me gusta mucho dibujar… 

—¡A mi también! ¿Qué es lo que dibujas? 

—Comúnmente rostros. 

—¡Oh! Me gustaría ver tus obras, apuesto que son muy buenas. 

El menor notó la lejanía de su hermano, lo miró tomar un trozo grande de sandía y llevarlo sin vacilo a su boca. Rió cuando comenzó a toser. 

—Noona ¿te gustan los juegos de mesa? 

—Claro. 

Jungkook pasó a lado de su hermano y susurró. 

—Era una broma, broh. 

Y se marchó para buscar las cartas de UNO en su recámara. 

—No me dijiste que tenías un hermano —Le llamó la atención de inmediato. Sus ojos y su expresión seria la tomó por sorpresa, a pesar de haber notado antes la frialdad que mantenía. —Es lindo… 

—No lo vuelvas a decir. 

Su mirada bastaba para ponerla a temblar y sentir el palpitar fuerte de su corazón contra su pecho, una sola mirada fija de tan sólo segundos bastó para que su cuerpo comience a decirle lo mucho que ella está enamorada. 

Él se acercó sin vacilar, firme a su mirada y rígido a su actuar. No obstante, una vez pudo oler su perfume todo de él comenzó a desvanecer, hasta la mirada más rígida y ese corazón que era terco en actuar indiferente. Se hincó frente a sus rodillas y masajeó con su palma su mano temblorosa. El tacto era frío, pero cálido en su pecho, llevo una mano hasta el mentón y acarició con tal suavidad que estremeció al toque. 

Inocente Señorita 2 [P.J]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora