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Jimin miró el reloj de pared, las manecillas de este era lo que más se escuchaba en la casa. La miró de reojo, indeciso en hablar, no quería hacerla sentir mal, pero le estaba doliendo la cabeza el no tener conversación con ella.

Aspiró profundo, la miró y negó. Se levantó del sofá y fue hasta la cocina. Necesitaba agua para refrescar su mente. No era posible que estuviese comportándose como un estudiante en exámenes. 

Cuando bebió por completo el agua, parpadeó y volvió a aspirar profundamente. Llegó a la espalda de la chica y antes de tocar sus hombros se echó para atrás, pero regresó y por fin la tocó.

—Necesitamos hablar, HeeSook —Su voz salió más ronca de lo que pensó, muy tosco para lo que realmente quería. Ella lo observó cuando volvió a sentarse, sentía sus grandes ojos por su nuca, pues él estaba con los codos en sus muslos, mirando al suelo. Su posición está poniendo demasiado ansiosa a la chica. Se le veía muy serio y afligido. —He estado pensando mucho en lo nuestro. Nuestros horarios no coinciden, cuando estoy en casa, tu estas estudiando o cuando tú estás en casa yo estoy trabajando. Me tiene loco que todo el día te la pases en casa de esa compañera tuya... creo que lo mejor es... 

—Lo siento Jimin —Musitó. Su voz era tan relajada y sumisa, que él se tomó el tiempo para proseguir. No quería una disculpa, no era necesario. Lo que quería es que ella lo escuche y poder arreglar lo que le tiene así. 

Jimin echó su cabello hacia atrás, mantuvo su posición por un momento, después se recargó de costado en el sofá. En dirección al cuerpo pequeño y erguido que parecía querer desaparecer. 

—Escuchame HeeSook. —Los ojos de la chica estaban a su dirección pero su mentón estaba bajo. —Comprendo que debes estudiar, pero creo que te estás excediendo un poco. ¿No te has visto en el espejo? Tienes ojeras y no recuerdo la última vez que te arreglaste de forma decente. 

No habían sido las palabras correctas para decirle. Teniendo en cuenta, que los alejamientos entre ambos se habían agrandado. 

HeeSook había sentido aquellas palabras como una apuñalada al pecho. Pensando en que realmente se había descuidado un poco, pero nunca creyó que sería tan malo su aspecto. Creyó que, los alejamientos y el contacto físico estaba degradando por su culpa. Tal como se lo había comentado a Yang Mi y, la conversación con Namjoon estaba siendo olvidada y mal estructurada. 

—También, me gustaría que usaras vestidos menos grandes. Te ves linda, pero pareces más grande de lo que eres. 

No sabía si lo que decía era un cumplido o un reproche. De igual forma le estaba lastimando, a pesar de que Jimin nunca alzó la voz, si no que al contrario, se le veía pacífico. 

Jimin buscó su mirada cuando la apartó, le sonrió suavemente y se acomodó en el reposabrazos. Le hizo una señal para que se recostara encima de él. Tímida, lo hizo y al instante sintió la mano de él en su cabeza, dando suaves caricias. Comenzó a llorar en silencio, sólo dejó caer unas cuantas lágrimas que después limpió. Él no se dió cuenta de esto, distraído en el perfume de su cabello y entre pensamientos. 

A él realmente le gustaba estar así, al igual que a ella. Sin embargo, hubiese preferido no escuchar lo anterior. 

La chica con la que estaba Jimin aquél día en la casa de los padres de SeokJin,era todo lo contrario a lo que ella es. HeeSook sigue vistiéndose como una niña o un aspecto más inocente, contrario a la chica, que mostraba perfectamente sus curvas. Ella no se sentía cómoda con ese tipo de prendas, no lo usaría a pesar de que creé que son bonitas y sensuales. Simplemente no sentía que las prendas fueron hechas para ella y, mucho menos ahora que tiene una barriga de casi seis meses.

Inocente Señorita 2 [P.J]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora