Inocente Señorita 2 [P.J]

09

Pasaron quince días. En los que con insistencia, Park Jimin llamaba y enviaba mensajes escritos a HeeSook. No obstante, estos no eran respondidos. Ni siquiera "los buenos días, las buenas noches" o un simple "¿Cómo te va?"
Había veces en las que Jimin se dedicaba a contarle en donde él se encontraba y que haría en el día o como estuvo su día, pero tampoco había respuesta alguna. Eso se entiende perfectamente. HeeSook no quiere saber absolutamente nada sobre él.

Jimin antes habría desistido de todo aquello, pero ahora las cosas habían cambiado en él. No podía simplemente pasar página y no saber más sobre ella, era difícil o quizás imposible a su parecer. 

A pesar de antes negarse a creer que llegaría a estar en una situación parecida, no podía resistirse a la sensación vacía que le dejaba la soledad. La extraña mucho, sería tonto si no lo notara.

Taehyung lo miraba desde su asiento con una copa de champán y a su alrededor estaban dos tipos que de sus billeteras parecía rebosar el dinero. No le importaba mucho su insistencia, estaba trabajando, todos allí estaban muy atentos a sus pasos de baile y en concreto a la piel desnuda de su torso y piernas fuertes que le sostenían en el tubo. 

Lo primordial en su mente era aquella joven de ojos brillantes y, su fuerte temperamento que n antes había conocido en alguien de su misma edad. HeeSook era más fuerte de lo que aparentaba, y por supuesto eso ayudaba a la curiosidad de él y su enorme fascinación por lo diferente y difícil. Sin embargo, principalmente él seguía insistiendo porque no toleraba la lejanía de ella. Eso era nuevo y atrayente. 

Su cuerpo sentía aquellos pensamientos de abandono, lo estaba sintiendo ahora y algunos que otros que le miraban. Miró a los ojos del pelirrojo que desde antes le estaba comiendo, siguió su coreografía y al abalanzarse para hacer "full moon" su fuerza se disminuyó de inmediato, sus brazos temblorosos le hicieron una mala jugada y cayó al suelo con fuerza. Pronto su columna recibió el dolor y no tardó en quejarse. Varios se acercaron a ayudarle, pero sólo fue una caída insignificante. 

—¿Cómo te encuentras? —Le habló un chico que se presentará en unos minutos. En los vestuarios, todos allí lo miraban atentos y preocupados. —Mira, esto lo coloco una vez al día. Ya sabes, siempre hay un malestar. 

—Estoy bien, gracias. 

El chico sonrió de lado. Aquellos quienes estaban atentos a la plática se pusieron a hacer sus respectivas cosas. El jefe de coreografía entra para verlo y preguntar por su estado. 

—Creo que deberías descansar, Jimin. No está bien que vengas todos los días y trabajes muchas horas. 

—Estoy bien, Sunbae. Es sólo que me desconcentre. 

—No te quiero ver aquí tan tarde, trata de descansar. Hablé con el jefe y él también creé que te estás excediendo con respecto al trabajo. Vete ahora y descansa, está todo arreglado. 

—Gracias, Sunbae. Suerte, Taemin hyung. 

El auto de Park estacionó frente a esa casa que antes frecuentaba por las noches. A diferencia de aquellas veces, era más temprano y su cuerpo no se sentía igual que antes. Incluso pudo sentir los latidos de su corazón en su pecho y repentinamente se sentía tímido. El auto que estaba aparcado cada que él la visitaba, no estaba allí. Esperaba que ella estuviera. 

Eran vacaciones, había una posibilidad de que no estuviera nadie. Incluso no podía ver ninguna luz prendida, y la ventana de su habitación estaba justo como la miró la última vez que estuvo allí. Aunque las cortinas eran diferentes.

Apretó sus nudillos, indeciso al respecto. Respiró hondo y retrocedió. HeeSook lo que quería de él un trato diferente, quería que él no se estuviera escondiendo. Entonces, eso significa que debía ser valiente si quería llamar su atención. Es por eso, que ahora estaba frente a la puerta principal a punto de llamar al timbre. Estaba dispuesto a entregarse si ella así lo quería, daría todo de sí y alzaría la voz frente a sus padres y con respeto se presentaría como un pretendiente digno, aunque aún estuviera aquél miedo.