03

2.2K 213 21
                                    

El televisor era lo primordial en la sala de la casa de HeeSook. Una sensación extraña en su estómago no le permitía voltear a ver a los ojos a aquel hombre que se encontraba sentado en un sillón reclinable.

Ninguno habló, incómodos se removieron en sus asientos y él alzó la vista a una HeeSook distraída o dentro de sus pensamientos. Le miró con tristeza, no podía mentir acerca de lo que estaba sintiendo en esos momentos. Está feliz de verla de nuevo y un tanto emocionado también.

—Te vez bien… —Llamó su atención, pero no lo miró. Agradeció y asintió en el asiento.

No estaba seguro de que hacia allí, sólo se levantó con ganas de salir y al conducir, la casa de Hee fue su primer parada. 

Sin previsto, Jimin se levantó llamando la atención de los ojos brillosos de la chica que sorprendida y asustada llamó su nombre. Se arrodilló frente a ella, posó sus manos en sus muslos en forma de rendimiento. 

—J-jimin ¿que sucede? 

Era la misma cuestión que él tenía en su cabeza hace meses. En realidad no sabía lo que sucedía con él en su día a día. Tenía a HeeSook en sus pensamientos la mayoría del tiempo, quizá es su subconsciente tratando de decir que había estado mal en tratarla como si fuese un pedazo de chicle al que tirar cuando se le antoje. No había estado bien mentalmente desde aquél día que la dejó llorando.

—Quiero disculparme contigo… —Pensaba que si no podía descansar por haber sido lo que fue, al menos podría disculparse y no sentirse tan vacío. —Necesitas, necesito disculparme por haberte engañado. Disculpame por haber jugado contigo y no haber valorado la atención que tenías en mí. No me he sentido nada bien por ello, creeme. Por favor, perdóname. 

Sus hombros hacia abajo, su cabeza y mirada baja informaban que realmente la estaba pasando mal. Aunque, eso para ella no era algo de lo que sentirse aliviada. HeeSook no podía aceptar una disculpa egoísta. 

Bufó y sonrió con sátira haciendo que él la mirase desde abajo. 

HeeSook aprendió muchas cosas en el último año que era una chica más madura y consciente de lo que era su alrededor. Ahora no sólo reaccionaba a las situaciones, sino que, pensaba en ello y reflexionaba. 

—Eres un egoísta, Jimin. 

—HeeSook, por favor… 

—¿Creés que es fácil venir a disculparse después de lo que hiciste? No tienes la decencia de disculparte por ser un idiota. ¿Creés que sólo tú estás los días con la cabeza llena de aquello? ¿Y qué hay de mí, eh? ¿Qué hay de mi corazón? 

Intentó tomar sus manos, pero ella se apartó de su lugar y él la siguió. 

—Pero me estoy disculpando. 

—Mejor vete, Jimin. De verdad no quiero volver a… 

—¿A qué HeeSook? ¿A creerme? Te lo voy a comprobar, voy a enseñarte que puedo ser mejor de lo que fui antes. —Ésta vez sí tomó sus manos y las acarició con la mirada centrada en sus ojos cansados. —Te mostraré que puedo ser un hombre de palabra, sólo déjame… —Dejó una de sus manos para llevar sus caricias a su mejilla y tener más cercanía, pudo sentirla temblar hasta que tenía ambas manos sosteniendo su rostro. 

—No puedes Jimin. 

—¿Porqué…? —Se detuvo a pensarlo, y frunció el ceño de sólo pensarlo. Se separó y dejó sueltas sus manos. —¿Tienes a alguien? 

Ella negó y se abrazó a sí misma. No se sentía cómoda y segura, no como antes lo sentía junto a él. 

—Nunca me darás lo que yo quiero. Nunca caminarás conmigo tomados de las manos, no podrías besarme frente a una pista de baile o abrazarme en el parque por miedo al qué dirán. No podrías amarme porque tienes miedo de enamorarte y salir herido. Al principio me costó entender porque me dijiste que yo iba a ser tu única persona —En cuanto más hablaba, las palabras se le cortaban. —, pero ahora entiendo que no puedes dejar de lado a otras personas porque en el fondo sabes que te sientes solo. Y no te culpo Jimin, no del todo, pues yo me tardé en abrir mis ojos y haberme engañado a mi misma. 

La chica avanzó hasta la puerta y la abrió mirando al hombre que se encontraba aún perplejo por lo que acabo de escuchar. Avanzo también, y una vez fuera de la casa se quedó a mirarla. 

—Los dos sabemos que tu no naciste para estar con una sola persona y yo no nací para esperar a que algún día me ofrezcas amor. El amor no te obliga a ser otro, Jimin. —Le sonrió con tristeza, él iba a impedir que cierre. —Adiós, y espero que seas feliz siempre. 

Las palabras habían calado en su pecho. Ella tenía razón, no podía darle eso que ella quería. No podía pasar al menos cinco minutos sin pensar que alguien podría verlos y que todo se fuera al caño. Jimin no podía prometer que ésta vez no haría lo mismo. Y se odiaba por ello. 

Golpeó la puerta  de su auto con fuerza al cerrarla, se quedó unos minutos allí, porque de verdad quería volver adentro con ella y besarla hasta cansarse, acariciar su suave piel y hacerla desear tanto como él lo hacía. 

Hola Potatoes ¿Cómo les va?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hola Potatoes ¿Cómo les va?

Quisiera que me dijeran como les está pareciendo ésta historia. Si tienen alguna duda o si no les agrada algun tema.

Hoy subiré el capítulo 04, un poco más  tarde porque aún quiero arreglarle cositas. Entonces... Eso.  ¡Los quiero mucho! 💙

Inocente Señorita 2 [P.J]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora