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Hoseok volvió a mirar a su mejor amiga por quinta vez en lo que se comía su burrito de huevo. No encontraba la manera de entablar conversación acerca de un tema que le carcomía hace tres semanas, pero sin embargo, se comprende a sí mismo, pues no es fácil sacarlo.

Ella le miró alzando ambas cejas, invitándole a que dijera algo, porque claramente ella no puede evitar esos ojos quisquillosos que están atentos a cada cosa que hace. Hoseok esquivó la mirada y la dirigió a no una distancia larga de ellos, donde SeokJin conversaba con sus amigos animadamente. La joven se giró en busca de lo que veía, pero habían muchas personas allí, era imposible da eres con exactitud qué era lo que veía su amigo. 

—¿Qué sucede Hoseok? Cuentame ya. 

—¿Eh… Contarte qué? 

—Me estas mirando desde hace rato, cuentame. 

—Eh… —Intercalo miradas con el chico que antes veía y le produjo un escalofrío. Evadió su mirada y metió a su boca el último pedazo de burrito. La joven frunció el ceño a su acto y no contuvo su risa. —Voy al baño. 

Se levantó tan deprisa que pisó uno de sus cordones y cayó al suelo asustando a su amiga. Su rodilla dolía por el impacto. 

—Hobi ¿Estas bien? —El asintió y trató de levantarse pero alguien lo tomó de los brazos y lo levantó hasta volver al asiento de antes. —¿Qué pasó? 

—Estoy bien. —Gruñó al sentir molestia. Dos manos se posaron encima de las suyas que masajeaban su rodilla. Levantó la vista y se encontró con el rostro de SeokJin y juró ver una pequeña sonrisa hacia el. —Ah… tengo que ir al baño, de verdad. 

Y sin más, corrió lejos de ellos y se encerró en un cubículo del baño, sus mejillas estaban ligeramente coloradas. Se sentó en la taza y miró sus manos, recordó el tacto del otro encima de estas y cerró los ojos. Estaba loco de sólo pensar más en SeokJin. Sus noches fueron difíciles las últimas semanas, no podía seguir así. 

—Está ocupado —Dijo al escuchar los toques en la puerta. 

Volvieron a insistir y decidió mejor salir, después de todo no lo estaba ocupando por sus necesidades. Abrió la puerta sin creer que el chico estaba a tal distancia de él, sus ojos se abrieron grandes que hicieron sonreír al otro. 

—Hola, niño sonriente —Le saludó. No obstante, Hoseok no tenía cabeza para pensar más allá que los ojos luminosos de Jin. 

—Disculpa.

Intento pasar por un lado, pero se lo impidió con un brazo. Jin le sonrió mostrando sus dientes, avanzó un poco haciéndolo retroceder aunque no mucho por el poco espacio, cerró la puerta detrás de él y, de un rápido movimiento lo acorralo contra ésta. 

—No tengo dinero, papá no me dio nada porque… 

—Sh… Sabes que eso no quiero, te lo he dicho desde hace tiempo. 

Hoseok cerró los ojos cuando las manos del mayor se estamparon en la puerta haciendo un ruido estruendoso. Agitado, abrió su boca para rogarle que lo dejara en paz. Sin embargo, no pudo pronunciar nada, porque los labios de SeokJin estaban danzando sobre los suyos. 

Bastante sorprendido estaba, que sus rodillas comenzaron a temblar y sin notarlo, sus manos se posaron sobre los hombros rígidos del mayor.

Bastante sorprendido estaba, que sus rodillas comenzaron a temblar y sin notarlo, sus manos se posaron sobre los hombros rígidos del mayor

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Ahora era HeeSook quién veía mucho a su amigo, porque tenía una pinta de estar en otro lugar menos allí. 

—¿Te irás antes? —Le preguntó él a ella, pero no la miró para nada. Una actitud bastante distante para ser Hoseok. 

—Me iré a pie, mis padres no estarán hoy. La pasare sola, a menos que alguien sea tan lindo como siempre y me acompañe. —Era una indirecta demasiado directa, pero el chico solo asintió mirando hacia todos lados. —De verdad que hoy no te entiendo. Te ves angustiado, pero si no quieres contarme te entiendo. 

—No es nada… —Esta vez sí le miró aunque no por mucho tiempo. —Me voy entonces, papá me habló para ir con la abuela. 

—¿Puedo ir? 

—¡No! —Se sorprendió por su tono. —Ósea, mejor en otra ocasión, cuando no tengas cosas que hacer. 

—Pero acabo de decir que… 

La interrumpió. —Bueno, me voy o papá se enoja. ¡Cuidate! ¡Te quiero mucho! —Le sonrió ampliamente y en cuanto más avanzaba se le veía más distraído. 

HeeSook alargó un suspiro mirando hacia donde se fue su amigo. 

—¿Y ahora qué? —Susurró para sí misma. 

A las 2:30 de la tarde, las calles eran transitadas, las tiendas con suficiente gente de compras y, HeeSook dentro de una papelería cercana a su barrio comprando algunas cositas nuevas para extrenar en un dibujo que lleva días preparando para su mejor amigo.  

Media hora después, ya se encontraba acostada en el sillón largo que daba al frente de la televisión. A su lado tenía una bolsa de sabritas a medio terminar, en sus pies una lata de coca cola recién empezada y en sus manos un puño de dulces de chocolate amargo, que después convino con un trago de soda. 

Dio un brinquito al encontrarse con la cara destrozada de un zombie destrozado en aquella pantalla grande. Sonrió después de su susto y disfrutó de sus dulces. Al momento de escuchar el timbre tomó un puñado de sabritas y las masticó gustosa. Brincó hasta la puerta y la abrió un poco asomando su cabeza con las mejillas abultadas de chucherías. Lo que menos le pasó por la mente fue encontrarse con el rostro serio de Park Jimin, pero ahí estaban los dos, sin pronunciar nada, solo mirándose. 

El estómago de Hee comenzó a doler y no sabía si era por comer chucherías o una sonrisa brillante frente suyo. 

—No me importa si están o no tus padres, quería verte. —No podía pronunciar nada en respuesta. ¿Se supone que debía estar feliz de verlo de nuevo? ¿O debía ignorarlo, cerrar la puerta y aparentar que no estaba allí? No tenía respuesta alguna, su cuerpo tampoco. —¿Cómo estás Hee…? 

No lo quería escuchar pronunciar su nombre, así que inconscientemente cerró la puerta en su cara dejándolo atónito. Se recargó en la puerta y limpió sus manos en la falda de su uniforme. Asustada, enojada, feliz, emocionada, abrió la boca para gritar pero con sus manos lo impidió.

“El amor es este viaje inútil, pero muy suave al otro lado del espejo.”
Alejandra Pizarnik.

Inocente Señorita 2 [P.J]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora