Capitulo 19

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Solo un poco de Lauren Jaurengui al final


Narrador Omicente

Flashback. 35 años atrás...

La lluvia caía torrencialmente mojando todo el patio de la escuela. Una joven Castaña de ojos castaño verdosos aguardaba impacientemente la llegada de su novia al campanario de la torre de la Iglesia que había en el recinto escolar. Cuando se acercó al muro, vio a una persona, usando un chubasquero amarillo y subiendo las escaleras de la Iglesia. Sonrió y se quedó esperando a que llegara a la torre.

-¡Meg, pensé que habías desistido de venir a verme!- dijo Clara y fue a abrazar a la Pelinegra que llevaba los cabellos al estilo channel.

-Disculpa, Clar, pero la madre superiora me dejó castigada después de la clase, porque encontró aquel libro de poemas eróticos de Bocage debajo de mi colchón- Constance explicó sonriendo

-Te dije que lo iba a encontrar y que lo pagarías. Por lo menos, el castigo fue corto- comenta, aliviada

-¡De corto nada! Voy a estar castigada durante dos semanas, todos los días, después de clase y la bruja encima va a llamar a mis padres para hablar con ellos sobre "mi comportamientos inmoral"- dice Megan, imitando la manera de hablar de la madre, mientras se sienta en el muro.

-No te pongas así, mi amor- comenzó Clara , sentándose al lado de su novia y acariciando su mano.

–Eso es una tontería... -iba a seguir argumentando, pero Megan cogió su mano e interrumpió su discurso.

-¡Aún no te he dicho todo! La bruja insinuó, sutilmente, que sabe algo sobre nosotras y me dijo que si no nos apartábamos, lo iba a revelar todo a nuestras familias- explicó, sin mirar hacia Clara.

-¡Qué absurdo! Siempre hemos tenido cuidado...Siempre nos hemos encontrado en sitios escondidos, sin hablar que apenas nos besamos o tocamos. Estoy segura de que no tiene ninguna prueba de nuestra relación. ¿Cómo puede contar nada?- dijo, algo preocupada.

- Clar, no seas ingenua...La madre sabe todo lo que pasa aquí dentro. Y además, ¿crees que ella no obligaría a una de las novicias a decirles a nuestros padres que nos ha visto durmiendo juntas, aunque jamás haya pasado?- replicó, gesticulando nerviosamente con las manos.

-¿Y vas a permitir que te chantajee? ¿Vas a apartarte de mí?- dijo, en tono angustiado.

–¡Megan, no eres solo mi novia, eres también la única amiga que tengo! Las otras chicas me detestan porque soy media alemana. Me llaman nazi y asesina de judíos- soltó, ya llorando, recordando de las veces que había sido perseguida por las otras alumnas en el patio de la escuela o en el comedor.

Hasta la llegada de Megan al colegio interno, Clara ya se había acostumbrado a comer sola. Además, también pasaba la mayor parte del tiempo en la biblioteca, leyendo libros clásicos y viajando a otros mundos, en un intento de disminuir la soledad que sentía en aquella escuela.

Tras algunos instantes en silencio, mirando sus manos, Megan habló, pero aún sin valor para mirar a su joven novia

- Clara, mi padre es general del ejército americano. Un héroe de guerra, lleno de condecoraciones...

-¿Y eso qué importa?- gritó, interrumpiendo el relato de la otra Megan se acercó un poco más y le agarró de la mano.

-Estoy intentando decir que, aunque la madre superiora no nos delate, nuestra relación no tiene futuro. Somos dos adolescentes de 15 años, hijas de familias conservadoras, y estudiamos en un colegio interno, donde debemos aprender a ser buenas esposas para nuestros futuros maridos... ¿Creíste de verdad que nuestra relación iba a sobrevivir fuera de aquí?- preguntó, acariciando los largos cabellos Castaños de Clara

La historia de Lauren Donde viven las historias. Descúbrelo ahora