¡Felicidades, Lauren Jaurengui!
Pov. Camila1 de marzo, en el avión de camino a Boston
Es gracioso cómo los ojos nos gastan malas pasadas o engañan a nuestra mente. Nunca se me pasó por la mente que Lauren pudiera dejarme embarazada. Siempre he pensado en ella tan femenina, tan mujer que, solo ahora, tras cinco test de embarazo positivos, me he dado cuenta de que algunas veces hicimos el amor sin preservativo y yo tampoco me estaba tomando ningún anti conceptivo, y mucho menos me tomé la píldora del día después.
Estamos cerca de completar tres meses de noviazgo y, durante este tiempo, nunca hemos hablado de hijos. En fin, ¿quién habla de hijos al comienzo de un romance? Sé que Lauren no va a huir de sus responsabilidades, mucho menos montar un escándalo cuando le cuente la novedad. Solo tengo miedo de cómo va a procesar el hecho de ser la madre de un bebé, cuando, biológicamente, ella es el padre.
Suspiro y miro hacia el asiento de al lado, donde una muchachita rubia está concentrada, intentando formar el cubo de Rubick. Instintivamente, coloco mi mano sobre mi vientre, preguntándome, en silencio, si nuestro bebé será una niña y a quién se parecerá más, o si será una mezcla de las dos. Vuelvo a mirar a la niña rubia y percibo que ahora ella también me observa. Sus ojos son atentos, verdes, muy parecidos a los de mi novia. Repentinamente, sonríe y noto que unos hermosos hoyuelos enmarcan su rostro, haciendo que se parezca más a Lauren.
Definitivamente, estoy teniendo una visión de mi bebé en el futuro. Le sonrió también y me doy cuenta de que la idea de ser madre, aunque haya sido de forma no planeada, comienza a agradarme más de lo que me esperaba. El piloto anuncia que en quince minutos aterrizaremos en el aeropuerto de Boston y cierro los ojos, apoyando la cabeza en el respaldo del asiento, repasando mentalmente la conversación que tendré con Lauren hoy mismo. Después de pasar por el desembarque, camino hacia la salida y la veo apoyada en su BMW amarillo: está tan atractiva con gafas oscuras y con una blusa roja con pantalones negros. Ella sonríe al verme, mete las manos en los bolsillos de los pantalones y camina tranquilamente hacia mí. La contemplo de arriba abajo, admirando su metro ochenta de belleza, pensando en lo hermoso que será nuestro bebé.
-¡Hola, invitada de honor! ¡Ahora que has llegado, la fiesta puede comenzar!- bromea, abrazándome
-¡Pensaba que la fiesta solo comenzaría esta noche!- respondo, acurrucándome en sus calurosos brazos y apretando mi cuerpo al de ella
-¡No me refiero a la cena, sino a mi fiesta particular!- afirma, con una hermosa sonrisa
-Entonces, ¿cómo no sentimos a los treinta?- le pregunto, guasona
-Un poquito más vieja, pero mucho más sexy- responde, de buen humor.
-Hummm, y también mucho más creída- añado en el mismo tono.
-Es verdad, me siento mucho mejor ahora que a los dieciocho cuando era una friki larguirucha con veinte mil grados de miopía- replica, exageradamente
-Apuesto a que incluso en aquella época ya tenías tu encanto - afirmo, poniéndome un poco de puntilla y besándola
-Pues yo estoy segura de que ni me mirarías, teniendo en cuenta tu heterosexualidad y tu gusto por los atletas cachas- dice, apretándome más contra su cuerpo.
-¿Hasta cuándo sentirás celos de mi pasado?
-¡Es probable que aún lo recuerde en nuestras bodas de oro!- declara-¿Dónde está mi regalo?- pregunta, abruptamente, pareciendo una niña pequeña Sonrío con su entusiasmo y respondo
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La historia de Lauren
FanfictionEl fic es en portugués y sus autoras son las mismas que Paradojas de sentimientos, es decir, Luna y Dri Azevedo, y se titula La historia de Emma Swan Sinopsis: Camila Cabello, psicóloga, sale con el joven médico Alessandro Jauregui desde hace más d...