Cap 19

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El viaje era tranquilo, estábamos en carros comunes para no levantar sospechas, el hospital estaba lejos y con el tráfico nos retrasaríamos aún más así que me vi obligado a hacer un par de llamadas para crear un plan B en caso de que ya se haya iniciado el secuestro, también advertí que esto debía ser rápido, tenían asuntos pendientes y esto en parte era un extra.

Claro que con plan B me refería a exterminar al enemigo y ya, no estaba de humor para juegos, mientras avanzábamos movía mi pierna impaciente, ¿por que ese loco quiere seguir con esto?, no entendía y tal vez nunca lo haría porque apenas lo vea lo mataría, ya le había causado muchos problemas.

A medida que avanzaban los edificios eran más, al igual que la gente y la cantidad de tráfico, para su suerte el hospital al que iba no estaba hacia el centro, estaba antes de siquiera acercarse.

Mientras avanzaba se imagina las mil y un formas de matar al científico, le causaba cada vez más molestia el pensar en Izuku herido, por alguna razón, no quería recordar el cuerpo ensangrentado del chico, su rostro rojo y su garganta hecha añicos, que milagrosamente se curaba una y otra vez, para volver a repetirlo durante días, semanas, meses y tristemente años.

-Espero algún día me perdone, porque realmente no era mi intención meterme en esto- con pesar se lamentó en sus propio pensamientos, -Me molesta el tipo de persona que soy hoy en día-.

Incluso le molesta al punto de dejar su empleo, que solo le trae desgracia tras desgracia, pero no podía a menos que alguien tome su lugar, y no habría nadie tan loco como condenarse a una vida donde prácticamente todo el mundo entero te odiaba, no hay nadie tan loco como yo.

Sin darme cuenta ya habíamos llegado, como si no vinieramos a nada hacer malo no estacionamos, la alarma del hospital llegó a nuestros oídos junto a una explosión, -¡¿Qué esperan, una señal?!- grite caminado al hospital quitándome uno de mis guantes siendo seguido por mis subordinados.

Los de seguridad y los héroes de vigilancia ya estaban abatidos en el suelo como si de moscas se trataran, que decepción dan, alardeando todo el día de que su trabajo es difícil, pero caen con un solo golpecito.

Apenas entramos vimos al personal que se aterrorizaba al vernos, otros no nos notaban ya que trataban de huir, y solo algunos subían por las escaleras o bajaban junto a pacientes tratando de ponerlos seguros.

-Plan B- dije simple, seguido de eso todos lo que venían detrás de mí desaparecieron en un estallido de velocidad, yo mientras tanto me acerque a una empleada que trataba de organizar a los otros.

-Disculpe- dije con una mirada seria, ella se tenso y el repentino silencio invadió la entrada del lugar, -¿Dónde se encuentra el paciente Midariya Izuku?- seguí con el mismo tono, sin embargo ella frunció el ceño, y negó con la cabeza incapaz de hacer algún otro movimiento o hablar.

-Si quiere seguir haciendo su trabajo, dígame dónde está, y dejaré en paz este hospital, no me confunda no vengo con intenciones agresivas- dije tranquilo, tono que no concordaba con el aura que empezó a invadirme.

-En el último piso, habitación 302- susurro dudosa y con culpa, pero no le queda más opción que acceder, ahora tenía la preocupación de condenar a un adolescente que llego recientemente después de participar en un ataque de villanos.

-Gracias, siga haciendo su trabajo- tan pronto dije eso empecé a correr a las escaleras, no sería estúpido como para usar el ascensor, empezando a subir por estas a una velocidad anormal, esquivando a todo el que me encontraba.

Y llegó justo a tiempo cuando las ratas del científico también llegaron al lugar, pero como había dicho antes, estaba apresurado, no perdería el tiempo hablando o alguna otra cosa, solo me quite mi otro guante y empecé a correr por los pasillos buscando la habitación 302, matando así a los encapuchados que parecían cucarachas esparcidas por todo el piso.

Gran poder peliverdeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora