CAPÍTULO 15.

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Aarón.

En los siguientes días que aún nos quedamos en Nueva York desaparecieron dos niños que a la mañana siguiente fueron encontrados cerca de una gasolinera después de haber sido abusados sexualmente. También desaparecieron dos mujeres más.
Se confirmó que el cuerpo que dejaron frente al hospital era de una enfermera y efectivamente, hay una más desaparecida.

Cuando el jet despega con toda mi familia dentro es como volver a respirar con normalidad. Aisley no quiso decirle a nadie el sexo del bebé hasta Navidad, pero solo vamos a confirmar las sospechas de mi madre que asegura es otro niño. ¿Cómo? No tengo idea.

En cierto momento del vuelo Aisley y Régine entran a la habitación dejándome con el ceño fruncido y solo aumenta cuando veo que Danielle está inquieto.

— ¿Qué te pasa? — Resopla y no sé si esto deba preocuparme o no. Saca su celular y escribe algo, inmediatamente mi celular suena. — ¡Estoy en frente de ti!

Régine está embarazada.

— ¡Joder! — Exclamo demasiado alto y mi madre nos mira con el ceño fruncido.

¡¡¡¡CÁLLATE!!!!

Ya no digo nada y por suerte mi madre tampoco pregunta nada. — por ahora —. Un rato después Aisley regresa, me susurra al oído lo mismo. Me siento como adolescente ocultándole a nuestra madre una estupidez para que no nos castiguen.

Después Aisley se queda dormida hasta que Aidan comienza a ponerse inquieto queriendo estar con ella, pero los dos vuelven a dormirse. Cuando todos están dormidos sujeto a Danielle por la camisa para que se levante.

— ¿Por qué no estás gritando, llorando y dando vueltas de felicidad? — Alzo una ceja y que se pase la mano por el cabello no me gusta.

— Es que no quería otro hijo, por eso. — Hace una mueca. — Tres son más que suficientes.

— ¿Y qué piensas hacer? — Se encoge de hombros. — ¡Imbécil reacciona! Ya no tienes quince años como para que no sepas que hacer cuando tu novia está embarazada.

— ¡No me regañes! — Alzo una ceja. — Y tampoco me recuerdes eso. — Reprimo una carcajada.

— Eso pasó hace casi quince años y no estaba embarazada. Régine si lo está y ya tienes tres hijos, ¿Qué más da? — Para mí tiene sentido, pero creó que para él no.

— ¡Tú lo dijiste! Ya tenemos tres, con cuatro voy a volverme loco.

— Yo también voy a tener cuatro y no estoy volviéndome loco.

— ¡Si, pero dos de esos cuatro hijos tienen nueve y cuatro años! No es lo mismo. — Eso es verdad.

— ¿Y qué hay de pedirle a Régine que se casé contigo? No pase dos horas en la joyería para que al final no lo hagas. — Me fulmina con la mirada.

— Aún lo voy a hacer, gasté una fortuna en ese anillo.

— Entonces quita esa maldita expresión. — Vuelve a mirarme mal. — Sabes lo que Régine piensa del aborto.

— Ya lo sé, solo está de acuerdo en casos de abuso sexual o cuando la mamá corre peligro.

— Entonces quítate de la mente eso. — Abre la boca ofendido.

— No estaba pensando eso idiota, ¡Es mi hijo! — Le doy una palmada en el hombro.

— Exactamente, es tu hijo así que quita esa puta cara o Régine se va a encargar de cortarte las pelotas.

— Ojalá me las hubiera cortado antes. — Suelto una carcajada.

Mientras que en Nueva York estaba por comenzar a nevar en Los Ángeles es un clima delicioso. Sigo considerando mudarme a la playa, pero no puedo. El Corporativo en Nueva York es la sede principal de todos y el que más dinero me deja.

AMOR Y SEDUCCIÓN. (TS #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora