CAPÍTULO 43.

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Aarón.

Sasha comenzó con todo sin ningún problema. El resto de la semana la pasamos trabajando, poniéndome al día con todo. Hoy viene algo más complicado que cualquier caso; tranquilizar a Danielle. Hoy es la boda.

— ¿Recuérdame por qué estoy haciendo esto? — Y aquí vamos.

— Ya cállate, son menos de sesenta invitados, yo tuve que lidiar con setecientos. — Estoy haciendo hasta lo imposible para no quitarle el vaso de whisky y bebérmelo yo.

— ¿En dónde está Alessandro?

Ellos no se complicaron la vida con veinte damas de honor y todo lo que hizo Aisley. Del lado de Danielle solo Alessandro y yo. Del lado de Régine solo Aisley y Renata que es su hermana menor.

— Aquí estoy. — Tarde como siempre. — Ilse no me quería dejar. — Suelto una carcajada.

— ¿Quién tiene los putos anillos? — Nos mira a ambos.

— Te los di. — Le digo a Alessandro.

— ¡No es cierto! — Exclama.

— ¡No me jodan! — Danielle se pasa la mano por el cabello. — ¿Perdieron mis anillos?

— El karma por haber perdido los míos. — Me encojo de hombros.

— ¡No me jodas Aarón, dame los anillos!

— ¡No los tengo! — Y es la verdad.

Pasamos una hora buscándolos inútilmente, los busco incluso debajo de Rachel que ahí estaban cuando no encontrábamos los míos.

— Régine va a cortarme las pelotas por haber perdido los anillos.

La siguiente media hora pasa entre gritos, reclamos y Danielle casi llorando. Tenía que hacerlo sufrir un poco o quizá mucho.

— ¡Hola! — Aisley entra con una amplia sonrisa y un vestido azul rey suelto.

— ¡Tienes suerte de que tu esposo siga vivo preciosa! — Suelta una carcajada.

— ¡Tú perdiste nuestros anillos! Yo tengo los suyos, nadie los perdió. — Me mira odiándome y suelto una carcajada. — No te enojes, te quiero. — Aisley le da un beso en la mejilla y le da la cajita de los anillos.

— ¡Solo porque estás embarazada preciosa! — La señala con el dedo índice. Los nervios ni siquiera lo dejan discutir.

Mi madre llega y le da el mismo discurso con lágrimas que uso primero con Darrell, después con Alessandro, luego conmigo y finalmente con Danielle. Incluso le dio a Régine el brazalete que han usado las mujeres DeLuca el día de su boda.

— Finalmente hijo. — Yakov le da un par de palmaditas en la mejilla.

Régine, su hermana, Aisley, mis hermanas y no recuerdo quién más están dos pisos arriba de donde estamos nosotros en el hotel y en el pasillo escuchamos ruidos.

— ¿Qué carajo pasa Cane?

— Hay una mujer que quiere entrar, dice que es la madre de Danielle. — Me giro para ver como Yakov y él están algo pálidos.

— ¿Qué haces aquí Mónica? — Le espeta Yakov.

— ¡Es la boda de mi hijo, tengo todo el derecho de estar aquí! Me enteré por una maldita revista que mi hijo va a casarse. — Hago un ademán para que la suelten.

— En ninguna revista añadí invitación, lárgate de aquí.

— No tienes nada que hacer aquí, mamá. — Le dice con sarcasmo Alessandro.

AMOR Y SEDUCCIÓN. (TS #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora