CAPÍTULO 8.

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Aisley.

Aarón llamó a su tío Edmon que tuvo una reacción similar a la suya — ninguna —. Él tampoco puede ayudar a la policía para reconocer los cuerpos pues hace más de quince años que no tenía contacto con ellas. Aarón me explicó que su abuela — Anoushka — siempre tuvo una pésima relación con su tío y él se alejó de ella a los veinte años. Similar a lo que pasó él con Adrik.

No puedo culparlo por no sentirse mal por la muerte de su abuela materna y de su tía. Se pusieron del lado de Adrik aun sabiendo que era culpable. Pero tampoco las puedo culpar a ellas, se trataba de su hijo y de su hermano.

Además de esa noticia que no afectó a nadie de la familia Ivanova nuestro fin de semana transcurrió sin otra mala noticia. Aidan no se separa de mí y Aitana cada día se adapta más a vivir con nosotros. Andrei no la suelta para nada, siempre la trae de la mano por toda la casa.

Decidí quedarme en casa hasta enero para poder estar con ella mientras comienza a asistir al colegio y así dejo pasar los últimos malestares del inicio de mi embarazo. Aunque ya tengo tres meses. No quiero que se sienta sola mientras Andrei está en el colegio y nosotros trabajando.

Aarón por supuesto está más que feliz por esa decisión, si fuera por él me obligaría a quedarme en casa los seis meses restantes.

Es lunes, Aarón tiene que ir a trabajar después de dos semanas de no hacerlo y sé lo que me espera antes de irse. Aitana, Aidan y yo bajamos a desayunar con Aarón y Andrei que también volverá al colegio después de dos semanas.

— ¿Segura que vas a estar bien? — Le doy una mirada de fastidio, es la cuarta vez que me pregunta eso. — Si quieres puedo quedarme y trabajar aquí.

— ¡No! — Exclamo exasperada. — Tienes que irte ya, se le hará tarde a Andrei para ir al colegio. Voy a estar bien. — Pongo los ojos en blanco.

— Aisley.... — Comienza a decir, pero Andrei lo interrumpe.

— Papá ya vámonos. — Protesta por décima vez.

— Te veo más tarde mi amor, cuida a papá. — Me bajo del taburete para darle un beso a mi hijo.

— Te amo mamá. — Él también me da un beso y se acerca a Aitana y Aidan.

— Voy a estar bien. — Me pongo de puntitas para darle un beso en la mandíbula. — Quiero pasar más tiempo con Aitana. — Suspira derrotado.

— Vale, pero me llamas si necesitas algo no importa la hora o lo que sea. — Se inclina para besarme y acaricia mi pequeña barriga.

— ¡Papá! — Exclama Andrei haciéndome reír.

— ¡Ya voy! — Le dice entre dientes.

Le da un beso a Aitana y a Aidan antes de que Andrei se lo lleve de la cocina.

— Él te quiere mucho. — Me dice Aitana refiriéndose a Aarón.

— También te quiere a ti mi amor. — Sonríe un poco. — ¿Te sientes cómoda estando aquí con nosotros? — Sonríe ampliamente.

— Si, yo siempre quise tener un hermano. — Aidan tiene su manita alrededor de su dedo. — Ya nunca estoy solita y todos me cuidan. Mi mamá antes de que se fuera al cielo me dijo que ella siempre me iba a cuidar.

— Y lo hace mi amor, ella siempre va a estar en tu corazón.

— Me dijo que mientras ella me cuidaba desde el cielo iba a mandar a un angelito para que fuera mi mamá aquí y así yo no estuviera solita. Yo pensaba que era mi abuelita, pero ella también se fue al cielo. — Me mira con sus ojos grises llenos de lágrimas.

AMOR Y SEDUCCIÓN. (TS #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora