CAPÍTULO 14.

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Aisley.

Después de que identificarán el cuerpo de Sophia, Aarón habló con su madre. Él cubrió todos los gastos del funeral y la cremación. Han pasado dos días y sigo sorprendida. No me caía del todo bien, pero aun así jamás le hubiera deseado la muerte y mucho menos de esa manera. Encontraron su cuerpo tres días después de la fecha de su muerte en medio del bosque.

Tuvimos que posponer unos días nuestro viaje a Los Ángeles por trabajo de Aarón y Danielle. Siguen desapareciendo mujeres y niños. Nadie sabe nada de las mujeres después de que desaparecen, es como si la tierra se las tragará. Los niños regresan horas después o al día siguiente después de haber sido abusados sexualmente.

Todo esto es un caos. Aarón quiere que salgamos de la ciudad cuanto antes pero no podemos hacerlo. Reforzó la seguridad para todos, pero sobre todo para mí. En estos días he ido un par de veces con él al Corporativo. La ciudad sigue como siempre: no se detiene, los taxis amarillos luchando por abrirse paso entre el incesante tráfico de Nueva York, personas caminando a gran velocidad por la acera, otras entrando y saliendo de cafeterías, edificios, tiendas y demás.

Hoy es uno de esos días en lo que vengo con él, justo hoy llego a las dieciocho semanas de embarazo, cinco meses. En tres días más nos vamos a ir a Los Ángeles.

— Quiero hacer pis. — Dejo caer la cabeza en el asiento.

— Te dije que fueras antes de salir. — Suelta una carcajada y me acaricia la barriga, justo en ese momento patea. Hace un par de semanas comenzó a hacerlo.

— Recuerda que tenemos que ir con Régine esta tarde.

— Mi amor, jamás se me olvidaría eso. — El bebé continúa moviéndose y eso solo aumenta mis ganas de hacer pis.

Gracias al cielo llegamos rápido y creó que todos tienen una expresión extraña en el rostro, pero no me detengo a observar. Aarón pone el código para que el ascensor no se detenga en ningún otro piso o la vejiga se me va a reventar. Suelta una carcajada cuando comienzo a caminar por el ascensor.

— ¡No corras! — Exclama cuando salgo disparada a su despacho. Ni siquiera me detengo a saludar a Mariana y a Susan, solo lo hago con la mano rápidamente.

Hacer pis después de esperar algunos minutos que para una embarazada son horas es tan liberador como cuando Aarón me deja correrme después de hacerme esperar. Annia dice que es un orgapis.

— ¿Qué pasa? — Le pregunto a Aarón que tiene el ceño fruncido. Señala la pantalla.

Fueron encontrados los cuerpos sin vida de las dos adolescentes desaparecidas después del desfile en Times Square.

— Dios mío... — Susurro y Aarón me ayuda a sentarme.

— Tranquila mi amor. — Me da un beso en la frente. Por eso todos tenían esa expresión en el rostro cuando llegamos.

— Eran prácticamente unas niñas. — Asiente. Tenían diecisiete años.

Dejamos ese tema y nos enfocamos en el caso Johnson que aún no logramos una resolución. La fiscalía no tiene pruebas de nada, pero nosotros tampoco las tenemos. Los hermanos Johnson se negaron a aceptar el trato de Miller. Yo sigo pensando que son culpables y Aarón también lo piensa, pero no tenemos pruebas de nada y eso me pone de mal humor.

— Pis. — Suelta una carcajada cuando me pongo de pie por cuarta vez en tres horas. — Mi amor, estoy cansada, ¿Me llevas?

— De hecho, tenemos que ir por los niños para ir al hospital con Régine. — Resoplo.

AMOR Y SEDUCCIÓN. (TS #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora