CAPÍTULO 52.

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Aisley.

Ocho horas después estoy apunto de enfrentarme de nuevo a mi más grande miedo. Papá pidió todos los estudios y nos dijo que ya no había nada más que hacer, es muerte cerebral; mis tíos estuvieron de acuerdo. Todos tenemos el corazón destrozado. Firme las autorizaciones con la mano temblando y fue como si firmará una autorización para que desconectaran una parte de mi corazón.

Decirle a mamá lo que pasó fue igual de difícil, ella tenía una excelente relación con mis abuelos. Papá de alguna manera es el pilar de mi familia, pero mis abuelos eran el pilar de la familia Káiser en general y hoy, ese pilar acaba de derrumbarse.

La prensa siempre dice que papá es el patriarca de la familia, pero no es así. Mi abuelo lo era. Él fundó la Fundación Káiser, simplemente no le gustó el tema administrativo y papá se hizo cargo por completo.

Hicimos todo tal cual lo quiso mi abuela, esperar veinticuatro horas para declarar muerte cerebral y donar los órganos que pudiera.

Por supuesto nos dejan entrar a despedirnos de ella, permitieron que mamá y papá salieran de sus habitaciones en silla de ruedas y con todas las medidas necesarias.

— Te amo abuela. — Le doy un beso en la mejilla y mis lágrimas mojan su rostro. — No vas a tener que vivir sin él. — Mi tía Vanessa sonríe con tristeza, es la menor.

Aarón me abrazó dejándome llorar mientras me veía obligada a despedirme de mi abuela. Fue mucho más que difícil, ni siquiera puedo describir lo que fue para mí decirle adiós para siempre a alguien tan importante en mi vida. En menos de veinticuatro horas perdí a mis abuelos.

Durante la noche Andrei sollozo hasta quedarse dormido, él tuvo más tiempo con ellos que Aitana y el golpe fue mayor. Esa noche a pesar del dolor que sentía logré dormir, más no logré amamantar a Aarón y mi nana tuvo que darle fórmula.

Soñé con mis abuelos, recordé cosas de mi infancia, a mi abuelo con su uniforme lila de pediatría, a mi abuela con su uniforme general azul, tantos momentos hermosos que viví a su lado. Al final se convirtió en una pesadilla. El cuerpo sin vida de mi abuelo en esa camilla de la morgue, cuando tuvimos que despedirnos de mi abuela. Quisiera que nada de esto fuera real. Aitana me repitió las mismas palabras que yo le dije meses atrás.

— Mami, aunque ya no los podamos ver, ellos siempre te van a cuidar desde el cielo como unos angelitos y siempre van a estar en tu corazón.

A la mañana siguiente me despierto con dolor de cabeza y cansada emocionalmente. Mis papás ya fueron trasladados al hospital militar fuera de la base así que ahí vamos a verlos. Ezra y Annia tuvieron que posponer su boda. La prensa sabe que encontraron el jet, pero no saben que cinco personas fallecieron.

Mis abuelos fueron cremados, así lo querían ellos. Mi abuela era claustrofóbica y creía que aún después de fallecer iba a sentir lo mismo dentro de un ataúd. Mi abuelo también decidió lo mismo y querían que no importará si morían con años de diferencia, sus cenizas debían ser esparcidas en el mismo lugar: Newport Beach, el lugar donde se conocieron hace muchos años.

Una semana después pudimos regresar a Los Ángeles, hubo una ceremonia en la misma iglesia que ellos se casaron, esta vez eran sus cenizas y cumplieron lo que prometieron ese día: Hasta que la muerte los separé. Aunque realmente ni la muerte pudo separar a Marcus y Verónica Káiser. Ellos no querían que nos vistiéramos de negro, así que todos lo hicimos de blanco como quería mi abuela. Paso una semana y me sigue doliendo como el primer momento.

La prensa por supuesto se hizo presente, fue obvio que alguien falleció, un moño negro se encuentra sobre la puerta de cada hospital Káiser. Así que decidimos dar una breve entrevista, mis abuelos se merecen ser recordados por lo que hicieron en vida aún después de su muerte.

AMOR Y SEDUCCIÓN. (TS #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora