CAPÍTULO 4.

520 36 1
                                    

Aisley.

Durante el secuestro...

Después de verlo, pasó exactamente lo mismo que con Ekaterina. Vomite. Nervios, miedo, preocupación o quizá todas las emociones juntas.

Y yo seré el asesino. — Sus palabras se quedan en mi mente durante unos minutos en los que no soy capaz de moverme y mucho menos hablar.

— Connor... — Digo en un susurro sin salir aún del asombro.

— Vine a salvarle el culo una vez más a mi abogado. — Trago saliva.

— ¿Una vez más? — Me tiemblan las manos.

— Me dejaron salir a jugar con la mente de alguien hace un par de meses. — Andrea... fue él.

— Connor se escapó del hospital psiquiátrico. — Dice Briggs en tono despreocupado.

— Stark será mi primera víctima. — Parece emocionado.

— Pero tú eres su psiquiatra, ¿Cómo es que no estas en el hospital? Si un paciente peligroso se escapó. — Le digo a Briggs.

— Licencia de una semana por cirugía en el apéndice, ayer fue mi último día. Cuando se escapó yo estaba entrando a cirugía.

— Esto es una locura. — Me cubro el rostro con ambas manos.

— Es un juego y tú solo tienes que decir que no viste ni sabes nada. Yo me voy a divertir mucho con Nathe, te lo aseguro. — Las náuseas regresan.

— Basta, ella tiene que regresar sana y salva. — Dice Ekaterina firmemente. — Sabemos que Nathe intentó abusar de ti antes de que Robert llegará. — Bajo la mirada y asiento. — No lo logró, ¿Verdad? — Niego.

— Hoy no. Hace ocho años sí.

— ¿A qué te refieres? — Alza una ceja y me pongo de pie.

— Cuando tenía dieciséis años me violaron, yo no reconocí a uno de ellos, pero hoy supe que fue Nathe después de ocho años lo supe.

— Me voy a divertir mucho cortándole las pelotas. — Una vez más compruebo que Connor no tiene sentimientos.

— No quiero saber lo que vas a hacerle, solo quiero saber que jamás se me va a volver a acercar. Por favor.

— Tú me ayudaste a que me dejarán ver a mi hermana. Ahora, yo te voy a librar de él.

— Gracias. — Digo en un susurro. Uno de los hombres de Ekaterina se acerca a ella y le dice algo en ruso.

— Los inhibidores de señal dejarán de funcionar en una hora o quizá menos. Necesitamos ponerte el sedante. En menos de dos horas esto estará rodeado de policías y un esposo preocupado.

— Solo quiero regresar. Estoy cansada. — Les hace una señal a sus hombres y desaparecen escaleras arriba. — Esto es muy raro, pero muchas gracias y sobre todo a ti. — Miro a Briggs. — Si tú no hubieras llegado él... — No soy capaz de terminar.

— Aisley, no íbamos a dejar que nada te pasará. — Afirma Ekaterina y luego bajan a Nathe a empujones por las escaleras.

— Gracias por mi juguete Aisley. — La expresión de Connor se transforma. — No importa, pero en unos días es mi cumpleaños y me acabas de dar el mejor regalo por adelantado. — Trago saliva.

— Putos enfermos. — Espeta Nathe. Mis manos se cierran en puños.

— Connor, ¿Puedo?

— Adelante, pero no me lo maltrates mucho por favor.

AMOR Y SEDUCCIÓN. (TS #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora