AMOR Y SEDUCCIÓN. (TS #3)

CAPÍTULO 60.

Aisley.

Aarón olvidó decirme lo de la estúpida cena de la fiscalía y sinceramente yo también lo olvidé, lo tenía en mi agenda pero sin Susan es un caos. Jimmy tuvo que simular ser el hada madrina de Cenicienta y dejarme lista en tiempo récord; quisiera que Logan me arreglará en cada evento pero eso es imposible.

En momentos así es cuando estoy agradecida de ser una compradora compulsiva y elegí un precioso vestido corte sirena de encaje negro, solo tiene un tirante del lado derecho, escote por en medio de los pechos, que hace una trasparencia hasta el lado izquierdo de mi cintura, la espalda descubierta en un escote asimétrico que casi me llega hasta el trasero pero solo del lado izquierdo, el cabello recogido para no cubrir ninguna parte del vestido solo con dos mechones enmarcando mi rostro, labios rojos, mis Louboutin Daffodile negros con suela roja de infarto de dieciséis centímetros, una bolsa de mano roja y el toque final, un precioso collar de diamantes con rubíes.

— ¡Joder! — Aarón me mira de arriba a bajo lentamente y por supuesto se detiene unos segundos más en el escote de mis pechos.

— ¿Cómo me veo? — Me doy una vuelta; sigue encantándole que use vestidos con la espalda abierta.

— Preciosa. — Me da un suave beso poniendo las manos en mi cadera. — Me encanta este corte de vestido. — Acaricia mi espalda y él se ve guapísimo con smoking.

— ¡Pero no vuelvas a hacerme esto! — Suelta una carcajada.

— ¡Wooooow mamá! — Exclama Andrei cuando bajamos.

— Gracias mi amor. — Le doy un beso, aún con estos tacones es al menos diez centímetros más alto que yo.

— Te ves muy bonita mami. — Me dice mini Aarón.

— Te ves bellissima mami. — Dice Aidan, desde que escucho a Logan decir eso él también lo dice.

— Su madre siempre se ve hermosa. — Aarón pone su mano en la parte baja de mi espalda y yo observo fascinada a mis cuatro guapísimos hombres.

— ¿Y su hermana? — Ayer tuvo su menstruación y no ha estado muy animada que digamos.

— Dormida mami, ¿Se siente mal? — Pregunta mini Aarón.

— Cosas de niñas bicolor.

Nos despedimos de nuestros hijos y odio un poco a Aarón cuando toma las llaves del Ferrari.

— ¿Lista doctora Ivanova? — Me ofrece su mano para ayudarme a bajar cuando llegamos a la recepción de la cena. No puedo negar que extraño que me llamen señora Ivanova.

— Por supuesto doctor Ivanova. — Me ofrece su brazo y se pone la máscara de abogado intimidante, la misma que usa en cada evento público, juicios y básicamente fuera de nuestra casa.

— Buenas noches doctores Ivanova. — Los dos hombres de seguridad asienten a modo de saludo y nos dejan pasar sin pedirnos la invitación o revisar la lista de invitados.

En esta cena se encuentra toda la élite en lo que se refiere a abogados, a todos nos envían una invitación y por supuesto a muchos nos conocen solo con vernos y pasa lo mismo que hace unos segundos — no es necesario mostrar la invitación o revisar la lista — son pocos los abogados no muy reconocidos que llegan a conseguir una invitación para este tipo de eventos y los que lo logran consiguen muy buenos contactos.

Asisten dueños y socios de bufetes, directores de las firmas más reconocidas, fiscales, jueces, ministros, los mejores maestros de universidades privadas como Harvard, Columbia y demás.

Por lo general solo se trata de la élite de Nueva York, pero en algunas ocasiones — como en esta — hay personas de distintas ciudades, pero también de otros países. Aarón y yo no hemos faltado ha ni una sola cena o evento de la fiscalía.