Capítulo XXXIII

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Jeremías

Miré a Mickael con detenimiento.

– ¿Todo bien? –preguntó él interesado.

– ¿Te parece que todo esté bien? –le dije, con una sonrisa incrédula, esperaba que no se lo tomara a mal mi actitud.

–Pues no, es un asco –respondió él sonriente.

–Hay demasiada oscuridad aquí, no puede ser la de Jezabel porque está muerta, tiene que haber algo más –explicó Susan, al acercase a nosotros.

–Bueno, entonces debes activar ese sensor que tienes en tu manos para idenficar de donde proviene tantas oscurida, sabes que no lo podemos hacer nosotros –comentó Killed mirándola serio, su actitud mostrada bastante desesperación.

Susan lo miró de arriba abajo, y le pasó por un lado sin hablarle.

–¿Pero qué le pasa? Traje a su hermano, que malagradecida –expresó él con desagrado.

–Ya se le pasará –agregó Zael, intentando bajar la tensión.

Susan comenzó a palpar el suelo, intentando buscar donde era que se concentraba más la oscuridad, la siguió por diez minutos, hasta que se detuvo, se quedó ahí de espaldas, en el suelo sin decir una palabra, ya nos parecía extraño así que al acercarnos a ella, yo primeramente me agaché y la toqué del hombre, con mucha delicadeza la giré a mí, y ella estaba en un estado de hinopsis, que además tennías los ojos negros y sus venas negras.

–Hey, Susan –dijo Jezreel a acercarse, como no hubo reacción de parte de ella, él le tocó la cabeza y cerró los ojos al mismo tiempo de una sola palabra en latín que hizo que Susan despertara.

–El está aquí, pero debajo de la tierra –dijo ella.

–Necesitamos una puerta que nos deje pasar a través, Mickael eres el único...

–A ver, a ver, ¿y creen que esto es Narnia que solo puedo poner un ropero y mágicamente aparece un bosque lleno de seres fantásticos? –comentó Killed sarcástico.

Todos lo vimos con seriedad.

–¿No hablaran en serio?

–Te sorprenderías de lo que soy capaz –dijo Mickael al guiñarle el ojo a Killed y sacar su llave. Se agachó y con tan solo colocar la llave muy cerca de suelo, se creó una abertura con la forma de la llave, como una cerradura, pero más inusual.

Él metió la llave y poco a poco ese pedazado de grama se fue conviertiendo en una puerta cuadrada de tresientos centímetros, al abrirla solo vimos un agujero de tierra pero que tenía una camino.

–Ese camino los llevará directo a su deseo, así que espero que todos deseen lo mismo. Se les van a presentar otras puertas, esos son deseos, lugares a los que pueden ir, pero les recomiendo que no lo hagan o les pueden causar daños colaterales.

–¿A qué te refieres?

–Esta llave, abre caminos a humanos, pero solo ellos deciden si mirar al pasado, distraerse con cosas que los desvían o mirar al frente. ¿Interesante no? Necesito que se cuiden y que todos tengan el mismo objetivo. Porque si por alguna razón se desvían del destino a donde en realidad desean ir, tendría que ir a buscarlos, y eso haría perder mucho tiempo ¿no? Eso es un daño colateral.

–Sabemos lo que es un daño colateral –expresó Killed, sintiendo envidia.

–Pero eres un envidioso...

–Claro que no...

–Entonces deja que hable el experto...

–Bien, me callo –expresó él con odiosiodad.

Mickael solo estaba sonriendo, realmente era un ser bastante amable y compasivo.

–Bowreen, Bozz y Sam se quedan, no queremos que maten...

Pensé que Bowreen se opondría, pero no dijo ni una sola palabra y Sam, quería ir, pero él sabía que solo iba a ser un obstáculo para nosotros vencer, ya que no era un cazador.

–No vas a decir nada? –le pregunté a Bowreen.

Él sonrió nervioso.

–La verdad es que no quiero morir de nuevo, pero gracias por la invitación.

Todos nos reimos.

–No te preocupes, estarás bien con Mickael y su caballo...

–¿Quién rayos tiene como mascota a un caballo?

–No es una mascota, es un compañero de guerra, creeme sobreviviría a más guerra que tú –dijo Mickael con un tono de broma, pero él sabía que no todo lo que dijo lo era. Realmente su caballo había estado con el toda su existencia, tan inmortal como él, un guía espiritual reflejado en un animal que demuestra lealtad y pureza.

Killed puso los ojos en blanco.

–Odio las historias romaticas –dijo él al bajar, fue el primero en arriesgarse. Luego bajamos todos nosotros.

–Todo esto va a acabar pronto...

Cuando estábamos abajo, teníamos toda la disposición acabar con esto. Cuando ya estábamos adentrados, sentimos que caminamos por un largo rato, hasta que llegamos a una salida, pero que debía ser escalada, y así lo hicimos, y era una alcantarilla cuando la abrimos términos en el medio de la calle de una ciudad.

–¡Sí! Funcionó –exclamó Killed.

–¿Pero cual es tu problema? –agregó Zael.

–Killed, debes tomarte esto en serio, no podemos perder el tiempo.

–No se molesten es Paris a las tres de la mañana, no es hermoso.

Todos lo miramos con desagrado, bien, volvamos.

–No sé si esto vaya a funcionar.

Todos volvimos de nuevo al agujero, me sentía estúpido.

–Deben concentrarse, cerrar los ojos.

Cuando todos lo hicimos volvimos al túnel de tierra en el que estábamos antes. Y luego, sentí como si todo se revolviera en el estómago, primera vez que sentía tal sensación, cuando abrí los ojos, todos escalamos, esta vez no era una tapa de alcantarilla sino mucha tierra, la cual apartamos y cuando subimos y llegamos arriba terminamos frente a una casa que solo tenía una luz encendida, de la cual no tenía idea de si formaba parte del mundo anterior o del otro o de uno desconocido. Solo sé que había mucho silencio.

–Susan... –dije–, es tu casa...

–Se supone que habíamos dicho que nada juegos...

–Esperen, yo no pensé ni un segundo en volver a casa, y creo que ninguno quería. Además es mi casa de hace 18 años. Y además puedo sentir a Lucifer en el bosque.

–¿Dónde está el bosque?

–Detrás de nosotros –dijo Susan dándose una vuelta.

Era de mañana, muy cerca de las doce, así que caminamos por un largo rato, hasta que a lo lejos vimos a un hombre que suponíamos que era Lucifer, estaba sentando solo jugando con un tablero de ajedrez y música. Una melodía que ni siquiera supimos de dónde provenía. Él sonrió, y movió pieza de los negros.

–Bienvenidos...–dijo él sin mirarnos–. Ahora me toca a mí jugar.

Ángeles de la Muerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora