Capítulo XXXV

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Epílogo

Ezequiel tocó la trompeta para avisar a Mickael que todo había terminado, entonces después de un rato Mickael apareció, abrió el portal y salimos, cuando busqué con la mirada a Sam y a Bowreen, vi que estaban los dos en una hoguera, parecían tranquilos y alegres.

Sam de repente nos vio y se acercó a nosotros emocionado, sin embargo, Bowreen se quedó confundido al vernos, puesto que había notado que faltaban dos personas. Sam buscó con la mirada a Susan, pero no la encontró, se quedó serio y extrañado.

– ¿Dónde está ella? –preguntó él, con la voz temblorosa.

Nadie le respondió, hasta que Zacarías, «el que tenía más tacto de todos nosotros», lo tocó por el hombro, y se dieron media vuelta, él lo ayudó a sentarse sobre un tronco cortado, y luego de eso, Zacarías se situó a su lado, y no sé cómo lo hizo, o como lo dijo, pero de pronto vi que Sam se echó a llorar, sus gritos de dolor se escuchaban en todo el entorno. No pude evitar llorar también, después de verlo de esa manera.

–Lo lamento –dije en voz baja, mientras lo veía.

–Lo siento –expresó Mickael afligido–. ¿Están preparados para irse?

–Espera un segundo, solo espera un segundo –indiqué desolado. Mickael se quedó silencio y abrió el portal a la tierra.

Después de un rato, en el que todos estábamos más tranquilos, decidimos continuar. Le hice seña a Mickael, y él esperó a que todos entráramos.

–Veamos el desastre que hizo Lucifer –comentó Ezequiel.

Salimos y notamos como parte esa de la ciudad estaba destruida, había ambulancias y muchos muertos, teníamos mucho trabajo qué hacer. Miré a mí alrededor y vi a Luke, esperándonos sonriente y con unos estúpidos globos.

– ¡Que hay! –gritó él, luego de unos segundos, fue que notó que Killed venía con nosotros, se sorprendió y sonrió de alegría. Luego corrió abrazarlo.

Killed tuvo el poder suficiente para entrar a la tierra y recibir la vida del viejo Killed, incluso los poderes que había perdido a causa de Susan.

Lamentado, hice lo que tenía que hacer en aquella ciudad. Ayudamos en cierto modo con algunas cosas, sobre todo a sanar personas. Cuando todo estaba más tranquilo, Jehrem se acercó a mí y me dijo:

–No pueden haber dos Jeremías en este mundo, ¿no?

–Bueno, no hay dos, tú mismo te has cambiado el nombre.

–Dios debe estar muy enfadado –bromeó él.

–Deberías verlo.

–Ya lo hice, y estoy feliz de saber que siempre estuvo –expresó él–. Porque a pesar de todo lo bueno o malo que pueda pasarnos, él está con nosotros. Es el mejor amigo que cualquiera puede tener.

Me quedé pensativo en sus palabras, esperaba algún día transmitir eso que me estaba diciendo, a los humanos, «nunca pienses que estás solo, porque ahí es cuando menos lo estás».

– ¿Qué harás ahora? –le pregunté.

–Mickael me dio una buena idea, él va ayudarme –me contestó alegre.

Mickael decidió enviarlo a un mundo paralelo, parecido al de nosotros, donde existiera un Dios, y abundara la paz en esa tierra, pero que no estuviera una réplica de él mismo, no quería robar identidades. Entonces en ese momento, Jehrem, Neville, y Dall se marcharon con Mickael.

Ángeles de la Muerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora