GIANNA:
Entro a la cabaña dejando a Kellan fuera con su para nada pequeño problema.
Me reúno con Numeya y Erik en el salón los cuales están hablando con Ozak mediante holograma. Saludo a Ozak con la mano.
De repente entra Kellan corriendo, se sienta en el sillón y tapa su entrepierna con un almohadón. Me río mientras el resto lo miran confundidos.
Ozak carraspea.
--- Bien, tenemos a veinte soldados enemigos que lo único que quieren es matarnos, no van a cambiar de idea --- dice.
Resoplo, me lo temía, no conocen nada más a parte del consejo.
--- ¿Qué sugieres? --- pregunto aunque ya se la respuesta.
Enarca ambas cejas.
--- Matarlos --- dice sin rodeos.
Asiento sujetándome la cabeza con las manos.
--- Debe haber otra forma de hacerlos cooperar --- dice Numeya, por lo que sé, no le gusta mucho derramar sangre.
No digo que a mi me encante pero... hay que hacer lo que hay que hacer para sobrevivir y eso lo aprendes teniendo una vida de mierda como la mía.
Su padre suspira.
--- No la hay cariño, y lo sabes --- dice con la mirada perdida.
Su hermano la rodea con el brazo por los hombros.
--- No tienes que estar presente --- le susurra.
Su hermana lo abraza por la cintura.
--- Lo sé, pero tú y papá si y no me gusta que forméis parte de esas atrocidades --- dice.
--- Lo haré yo --- digo captando la atención de todos los presentes --- será rápido y sin dolor --- añado.
Kellan se pone en pie.
--- No, no lo harás --- dice haciendo que frunza el ceño --- a duras penas te has recuperado del ataque de hace unas horas y yo no pienso sacarte de otro --- dice señalándome.
Me río.
--- No necesito tu ayuda ni mucho menos tú aprobación --- le digo fulminándolo con la mirada, vuelvo a mirar a Ozak --- yo lo haré, mañana por la mañana --- le digo segura.
Kellan gruñe.
--- Te acompañaré --- dice.
Ruedo los ojos.
--- Como sea.
--- Bien, entonces mañana por la mañana os encargaréis de esto y por la tarde informaremos a Veliazka de que su legítima heredera del trono ha regresado para tomar el mando --- concluye.
Suspiro. No me gusta la idea, pero seguro que encuentro a alguien que ocupe ese lugar, mi intención es irme de Veliazka lo antes posible.
Cuando finalizamos la comunicación cada uno se va a su habitación para descansar un par de horas puesto que ya falta poco para que amanezca.
Me quito la ropa y me echo a la cama en ropa interior. A los pocos minutos me duermo.
Me despierto sobresaltada por unos gritos, miro por la ventana y aún está oscuro. Me pongo una bata de seda y salgo de mi habitación con una daga en la mano. Camino hacia el fondo del pasillo, la última puerta está entreabierta y de ahí provienen los quejidos y gritos. Entro.
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Las Sombras De Veliazka
FantasyDespués de años alejada del reino que me vió nacer y me quiso asesinar, he vuelto. Ni siquiera yo tengo muy claro para qué, no quiero el trono y nunca me he preocupado por los habitantes. ¿Por qué iba a hacerlo? Ellos fueron los causantes de mi exi...