9. Un desliz

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KELLAN:

Me quedo de pie junto a la puerta mientras Gia se tira a la cama. Si no nos hubiésemos acostado... Pero no, teníamos que follar.

Gruño.

--- Suéltalo --- dice desde la cama.

Suspiro pasando una mano por mi pelo.

--- Mira, a mi esto me gusta tan poco como a ti, a penas nos conocemos y lo único que hemos hecho desde entonces ha sido pelear y follar una vez --- empiezo --- No pienso atarme a ti de por vida --- digo y ella rueda los ojos.

--- No es como si a mi me encantase la idea --- resopla --- de todas maneras ha debido ser el estrés, si... seguro que ha sido eso --- dice y empieza a caminar por la habitación desesperada.

La cojo por los hombros y la acorralo contra la pared para que me mire y me escuche.

--- Te lo repito Gia, a mi eso me gusta tan poco como a ti, pero hay que tomárselo con calma, no voy a quedarme aquí esperando a que te arranques los pelos pensando en tonterías, es imposible que tengamos el vínculo --- intento convencerla.

Resopla.

--- Está bien, lo dejaremos todo tal y como está, ha sido sólo nuestra imaginación --- dice mirándome a los ojos, en sus ojos veo temor y confusión.

Frunzo el ceño y asiento.

--- A fin de cuentas, tenemos nuestros olores camuflados por protección, es imposible que haya sido eso --- le digo mirando sus labios.

--- Cierto --- suspira.

Aparto la mirada de su boca y la centro en sus ojos.

--- Está bien, dejaremos las cosas como están, no más revolcones, no más contacto físico... --- digo y me alejo de ella --- a partir de ahora no volveremos a vernos más que para lo necesario.

Asiente y suspira.

--- Contra más tiempo estemos lejos el uno del otro, mejor --- dice reafirmándose.

Me dirijo a la ventana para salir, pero antes doy media vuelta y la acorralo contra la pared.

--- Ha sido un placer tenerla en mi cama, princesa --- susurro sobre su boca antes de besarla.

Es un beso tierno, como hace mucho tiempo que no besaba. Cuando empieza a subir de tono me separo a regañadientes y antes de que cualquiera de los dos diga algo salgo por la ventana.

Aterrizo en el suelo y, sin mirar atrás me dirijo a mi cabaña. Minutos más tarde llego, entro y me dejo caer en la cama. Gruño.

No lo entiendo, a pesar de odiarla y de no caerme bien, en estos pocos días que he estado con ella, la he ayudado más veces que a cualquier persona. A pesar de todo me he acostado con ella, y joder, lo volvería a hacer y me jode, me jode porque esa mujer es una diosa follando, con todas las letras; me jode porque es la primera mujer en mucho tiempo que me ha puesto cachondo con solo besarme; me jode porque estar a su lado sin tocarla me mata y, sobre todo, me jode porque sin conocerla no me la puedo sacar de la cabeza.

Me levanto de la cama. Estoy jodido, como lo del vínculo sea verdad estamos jodidos porque, de momento la única consecuencia de estar separados es que nos ardan los chupones, reclamando la marca del otro, pero cuando llegue la época de apareamiento, en la que todas las especies se aparean con su compañero, las vamos a pasar putas. Porque si ya es difícil forzar la separación del vínculo de dos seres de una especie, para nosotros que somos una combinación de todas y cada una de las especies sobrenaturales del mundo, va a ser prácticamente imposible.

Las Sombras De VeliazkaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora