15. ¿Sentimientos?

87 9 39
                                    

KELLAN:

Siento como Gia se remueve entre mis brazos, lleva dos horas durmiendo y lo único que he podido hacer yo ha sido mirarla. Tranquila, calmada, pacífica...

Poco a poco sus ojos color miel se van abriendo causando que en mi boca, inconscientemente, se forme una pequeña sonrisa. Cuando por fin despierta y me mira frunce el ceño.

---  ¿Por qué sonríes?  ---  pregunta haciendo que borre la sonrisa.

---  Nada  ---  le digo mirándola sus ojos ahora entrecerrados.

Se encoje de hombros y trata de salir de la cama pero no la dejo.

---  Kellan, tenemos que comer y entrenar  ---  me reprocha.

Resoplo.

---  Lo sé, pero aquí se está muy bien  ---  protesto acercándola más a mi cuerpo  ---  a demás, no no necesito entrenar más ¿a caso no has visto esto?  ---  digo mientras paso su mano por mi tonificado abdomen.

Ella suelta una carcajada y rueda los ojos.

---  Perdona idiota, pero no creo que a las gemelas puedas detenerlas con eso  ---   dice y hace un gesto pensativa  ---  aunque, quizá te pueda entregar como moneda de cambio por Ozak, Gianna y Lucie, te utilizarían como juguete sexual  ---  añade con una sonrisa malvada.

Abro los ojos como platos y trago saliva. 

---  No serías capaz  ---  digo.

Su sonrisa aumenta haciendo que me estremezca.

---  No tientes a la suerte Kellan  ---  susurra en mi oreja provocándome un escalofrío  ---  y ahora  ---  continúa susurrando contra la piel de mi cuello  ---  haz el favor  ---  dice besándome la mandíbula  ---  de soltarme  ---  murmura contra mis labios  ---  ¡Y mover el puto culo!  ---  grita pillándome por sorpresa a la vez que me empuja de la cama y sale corriendo hacia el baño.

Me levanto lo más rápido que puedo para evitar que cierre la puerta, pero cuando llego ya le ha echado el pestillo y se carcajea.

Gruño.

---  Muy graciosa Gia  ---  maldigo contra la puerta mientras escucho como corre el agua de la ducha  ---  déjame entrar, yo también tengo que ducharme  ---  digo tocando a la puerta.

No escucho respuesta por su parte así que me resigno y me siento en la cama a esperar que salga.

Diez minutos más tarde sale del baño con una toalla envuelta en su pelo y otra en su cuerpo. No puedo evitar morderme el labio al recorrer sus tonificadas piernas con la mirada.

Me mira enarcando una ceja.

---  ¿Quieres una foto?  ---  pregunta burlona.

Sonrío de lado mientras me acerco a ella.

---  No voy a necesitar una foto teniéndote a mi lado el resto de mi vida  ---  digo pícaramente antes de besarla.

Sus manos viajan a mi nuca y las mías a su culo cubierto por esa diminuta toalla que no me importaría para nada arrancarle ahora mismo y hacerla gritar que es mía.

Borro esos pensamientos de mi cabeza cuando nos separamos y ella pasa por mi lado contoneándose hacia la puerta de la habitación.

---  No vas a salir así  ---  le digo deteniéndola. 

Ella baja su mirada hacia la toalla y frunce el ceño.

---  ¿Por qué no?  ---  pregunta confundida.

Las Sombras De VeliazkaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora