10. Problemas

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GIANNA:

Me despierto cuando noto algo removerse debajo mío. Abro los ojos y me encuentro con un torso tatuado y firme. Kellan. 

Joder, otra vez.

Resoplo y lo miro, repaso su rostro con la mirada, sus facciones bien marcadas, su ligera barba de dos días y su pelo enmarañado cayendo por su frente. ¿Cómo se supone que no voy a acostarme más con él, si parece esculpido por los mismos dioses, cómo? Con un dedo empiezo a trazar las líneas de los tatuajes de su torso, noto como se estremece y paro, gruñe y sin abrir los ojos vuelve a colocar mi mano sobre su pecho.

---  Sigue  ---  dice con la voz ronca.

Joder. <<No lo hagas Gia>>, a la mierda.

Vuelvo a retomar el movimiento de mi dedo sobre la tinta de sus tatuajes pasando de su pecho a su estómago y luego a su brazo mientras él se estremece. Noto como se le pone la piel de gallina y sonrío. 

<<Estúpida, no sonrías>>. 

Un rato más tarde por fin abre los ojos dejándome ver ese gris tan peculiar. 

---  Buenos días  ---  dice mientras se pasa la mano por el rostro.

---  Buenos días  ---  le respondo dejando de mover mi mano sobre él.

Esto está mal. <<No me jodas>>. 

Intento levantarme pero él no me deja. Coloca una mano en mi cintura y la otra en mi nuca y nos da la vuelta, quedando él sobre mi. Me besa y gustosa lo acepto. Es un beso dulce que se va tornando salvaje. Cuando su mano empieza a descender por mi cuerpo hasta mi zona íntima, lo paro.

---  Tenemos que irnos  ---  susurro sobre sus labios.

Gruñe y vuelve a besarme.

---  Kellan, tengo que ir al castillo a presentarme frente a los representantes de las ciudades  ---  digo apartándolo. 

Me da un casto beso y sale de encima mío.

---  Te llevo  ---  dice mientras se levanta.

---  No hace falta  ---  respondo haciendo lo mismo.

---  Tengo que hablar con Erik, así que voy al mismo lugar que tu  ---  explica.

Asiento.

Me dirijo al baño para darme una ducha mientras escucho como sale de la habitación. Me ducho pensando en que nos hemos vuelto a acostar y en como ayer mismo dijimos que no volveríamos a hacerlo y en menos de veinticuatro horas ya hemos vuelto a follar. 

Si no nos hubiésemos encontrado en esa casa de putas... Fui allí a por sexo y sangre y salí sin ninguna de las dos cosas, mientras me hacían un oral pensaba en Kellan, en que era él el que estaba entre mis piernas, en que eran sus manos las que estaban sobre mi cuerpo, y en lo bien que mueve la lengua. Y sí coño, sí tuve un orgasmo, pero un orgasmo en el que gemí el nombre de Kellan y aunque al trabajador pareció no importarle a mi sí me molestó, porqué me puse cachonda pensando que era Kellan, necesité tener su imagen en mi mente para ponerme caliente. Y me cabreé conmigo misma por ello porque siempre me ha sido fácil ponerme caliente con cualquiera que sepa moverse, pero ayer no podía, mi mente divagaba y se iba a Kellan. 

Termino de ducharme y me miro al espejo, más chupones y...  ¡mordidas! mierda.

Me visto con el vestido de ayer sin mi sujetador y mi tanga porque no los encuentro y salgo de la habitación encontrándome a Kellan saliendo de la suya. Lleva una camisa negra con los tres primeros botones desabrochados y unos pantalones pitillo también negros con unas botas militares del mismo color. Joder. 

Las Sombras De VeliazkaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora