Después de la fiesta que hizo en su casa, al día siguiente salió a una discoteca con Malcom, el día domingo había despertado con resaca con cientos de mensajes de la pelirroja, al parecer Bryce había tomado demasiado la noche anterior e hizo llamadas a su novia, últimamente sus palabras eran totalmente frías, la pelirroja estaba cuidando su imagen constantemente mientras que Bryce solo quería tener noches divertidas, un tiempo alejado de ella y volver a conectarse con amigos con los que había perdido contacto por culpa de Faye, estaba recuperando lentamente su vida social y estaba pensando en disfrutar del verano a su manera algo que a su novia y a sus padres no les estaba gustando.
-¿Qué hay de desayuno?-Preguntó Bryce entrando a la cocina buscando los saco de té en la alacena.
-Tú harás tu propio desayuno-Dijo su padre con los brazos cruzados.
-¿Por qué?
-Por estar de fiesta toda la noche.
Él se quedó en silencio, era obvio que en algún momento de la noche quería volver a casa, no estaba acostumbrado a quedarse en la fiesta toda la noche pero se quedó porque Malcom insistió, le pareció divertido, hace bastante que no disfrutaba de la noche pero a sus padres no les gustaba que volviera tarde, pensaban que se transformaría en una copia de la rubia, no estaba de humor para enfrentar a su padre así que simplemente puso agua a calentar para prepararse un té, no tuvo mucho tiempo para hacerlo ya que sintió el vómito subir por su garganta, lo bueno es que corrió hacia el baño donde expulsó todo en el inodoro mientras escuchaba lo decepcionado que estaba su padre y la risa de su hermana menor.
Luego escuchó cómo su madre callaba a Adriana, volvió avergonzado a la cocina con el agua ya lista, apagó la cocina y se preparó el té, Bryce no desayunó con su familia, se volvió a encerrar en su habitación donde nadie lo molestaría, nadie estaba decepcionado de él en su lugar feliz, tomaba lentamente su té mientras su mirada se dirigía a la guitarra y las palabras de la castaña se reproducían en su cerebro, le gustaba la carrera que estudiaba pero su pasatiempo era algo que le apasionaba demasiado, tanto que era capaz de dejar de estudiar pero no lo era, no tenía las agallas.
Si dejaba la carrera, debía independizarse de sus padres, no le molestaba la idea pero él estaba tan acostumbrado a su hogar, además sus padres dijeron que no hacía falta buscar departamentos, que siempre los apoyarían en sus carreras siempre y cuando les dieran trabajo y no murieran de hambre, Adriana sería la única de los Caan que iría a la universidad de artes, lo cuál sus padres no estaban de acuerdo pero la rubia ya tenía el plan de buscar trabajo y mantenerse sola, viviendo junto a Alfhild; estaba pensando en Alfhild también ¿Qué quería estudiar ella?
Se pasó encerrado en su habitación hasta que en la tarde escuchó que habían llegado visitas, él solo salió por curiosidad cuando escuchó esa risa tan contagiosa.
-Mira quién me vino a visitar-Dijo Bryce apoyándose en la mesada-Hoy no estás vestida de rojo, te quedaba muy bien.
-Solo venía a devolverle un lápiz labial a Adri, ahora me voy a la iglesia-Contestó Alfhild con una sonrisa.
-¿A la iglesia? No sabía que eras una de esas chicas, de las que van a la iglesia.
-Bueno, pues lo soy.
Con cada paso que daba iba descubriendo más cosas de Alfhild, se estaba interesando cada vez más en ella y no quería terminar la conversación allí, quería estar un rato más con ella, aunque sea en silencio, se conformaba con cualquier cosa con tal de conocer a Alfhild, la chica lo había ayudado a establecer en su mente una nueva pregunta, una nueva misión y se preguntaba si era lo suficientemente bueno en la música como ella lo dijo hacía dos días atrás, quería todo lo que ella había dicho solo le hacía falta valor.
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Ella (Grises #1)
Teen FictionElla es Alfhild Eiriksdottir, una joven de diecisiete años de una raza desconocida que busca experimentar las emociones mundanas a través de la rebeldía adolescente, desobedeciendo a sus padres de una manera preocupante, abriendo los ojos de varias...