Capítulo 21

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 La castaña estaba despertando con dolores de cabeza, su cuerpo temblando, el sol atravesaba su ventana y el sonido de la televisión presente en la cocina, como todas las mañanas bendiciendo su rutina porque ella se despertó como si fuera un día n...

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 La castaña estaba despertando con dolores de cabeza, su cuerpo temblando, el sol atravesaba su ventana y el sonido de la televisión presente en la cocina, como todas las mañanas bendiciendo su rutina porque ella se despertó como si fuera un día normal, ya no se presentaba en el trabajo porque no tenía la energía como para hacerlo y usar la ropa formal le traía malos recuerdos de esa noche lluviosa, había mensajes en su celular de parte de Bryce diciendo que había terminado con la chica, en realidad, ella había terminado con él y Alfhild pensó que él nunca tendría el valor a expresar sentimientos negativos hacia su novia; Alfhild caminó hacia el baño con su pijama de verano y mojó su cara tratando de despertarse completamente.

Se miraba al espejo y no se encontraba, solo veía una muchacha Gris con el rostro pálido, sus emociones más apagadas que nunca, sentía frío, un vacío, como si algo se le hubiera quitado, tal vez le arrancaron el corazón, eso fue lo primero que pensó, pero era imposible, porque sentía vergüenza y a pesar de estar vacía, era otro sentimiento muy común después de experimentar un terrible momento, sus extremidades parecían más débiles que antes, se sentía débil, sentía que la toalla era demasiado pesada pero era solo la impresión, su cuerpo era más fuerte de lo que ella creía, tal vez era uno de esos días en los que debía estar en cama por mucho tiempo pero no quería.

Ella quería estar fuera de su casa, mentir y salir por la noche a hacer quién sabe qué, quería apreciar las luces de la ciudad y sentir que era la reina de la noche, la reina de la ciudad, por las noches experimentaba una euforia inexplicable y cuando se hacía de día, no recordaba absolutamente nada, como si fuera un sueño, algo que nunca sucedió, experimentaba algo fuera de otro mundo y siempre ocurría lo mismo, abría los ojos para encontrarse con su habitación ordenada y sus piernas enredadas entre las sábanas, sin saber nada de lo que había hecho, de lo que había dicho, solo se quedaba sin energía como si no hubiera dormido en días.

Alfhild se vistió de manera casual para ir a la cocina, donde sus padres estaban desayunando en pleno silencio, no se hablaban pero lo único que sonaba era la televisión, el canal de las noticias porque era lo que todos veían, ella simplemente se sirvió en un recipiente cereales con leche y veía como sus padres intercambiaban miradas pero sin hablarse, tomaban de sus tazas de café mientras que ella se llevaba la cuchara a sus labios, nada de lo que probaba tenía sabor, como si los sabores y los olores hubieran desaparecido del mundo, sentía que comenzaría a ver el mundo de colores apagados o en blanco y negro como decían los rumores de la visión de los Grises.

La castaña tomaba su desayuno con disgusto, no quería hacerle saber a su familia lo que sentía, quería preguntar por su cuaderno pero recordaba que Brett había dicho que era suyo, en la parte de atrás de su mente se escuchaban conversaciones que había tenido con otras personas, sobre todo con una voz muy alegre y conversaciones que ni siquiera había tenido, era la voz de Brett y con una voz femenina que nunca había escuchado, no era Adriana, era una voz monótona y apagada, esos últimos días no sabía qué era lo que estaba experimentando, sus sentidos se habían desvanecido pero su cerebro estaba trabajando todos los días.

Ella (Grises #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora