Capítulo 34

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  -¿Aún tienes esa camisa que te presté?-Preguntó Bryce observando con indiferencia a la rubia

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  -¿Aún tienes esa camisa que te presté?-Preguntó Bryce observando con indiferencia a la rubia.

 -Es demasiado temprano-Dijo Alfhild peinando un poco su cabello y sorprendiéndose al ver que en la cocina la rubia estaba sentada mientras que Bryce seguía haciéndole preguntas a la joven-Pudiste haberte puesto cualquier otra prenda de vestir, en vez de venir hasta el departamento y buscar una estúpida camisa, necesitamos algo de paz en este departamento.

 -Solo vine a buscar una camisa elegante que le presté a mi hermana porque tengo una entrevista importante de trabajo.

 -Mucha suerte, Bryce.

 Le deseaba con todas las buenas intenciones del mundo, la suerte no era lo más poderoso que necesitaba, ella no creía demasiado en tréboles de cuatro hojas o en amuletos mundanos de la suerte pero desear éxitos con buenas intenciones hacía que sintiera que tendría el mejor día de todos, Alfhild estaba destrozada por sus decisiones pero quería ver al chico feliz y resplandeciente quedándose dormida porque no durmió bien mientras que él la observaba con las manos en sus bolsillos, avanzaba en su vida porque no quería que se quedara estancado pensando en todas las cosas que hizo mal pero él no había cometido ningún error, solo quedarse cuando ninguno de los dos podría salir vivo o estable de esa relación, Alfhild sabía que no solo era por su bien sino que también por el del morocho.

 Mientras que él seguía adelante ella intentaba hacer lo mismo, esperando la notificación de que había conseguido un trabajo y transformando su vida adolescente en una transición a la vida de joven adulta, tal vez no pudo disfrutar su juventud como tanto quería pero esperaba que los árboles dieran nuevos frutos, esperaba que la brisa de otoño no fuera tan fría como las noches de verano, el cambio de estaciones tal vez un simple giro de trama en el tiempo, solo era eso pero era solo un cambio, era significativo en su vida actual pero estaba cambiando su piel como una serpiente, el renacimiento de las personas sucedía muy a menudo cuando tocaban fondo, ella ya lo había hecho y era su turno.

 Ella estaba preparándose al igual que Bryce, Faye y Adriana lo ayudaban con comentarios positivos sobre su apariencia mientras ella se vestía para ir a la casa de sus padres, se despidió de los demás y mientras caminaba en dirección a su antiguo barrio cerca de un banco encontró a un rostro familiar.

 -Deja de seguirme-Comunicó Alfhild-¿Por qué siempre que salgo debo encontrarme con tu horrible cara? Siempre andas cautelosa y ocultándote, como si estuvieras haciendo algo malo.

 -Esta vez solo estoy caminando tranquilamente por tu barrio-Dijo Shelby formando una fina línea con sus labios.

 -No confío en ti.

 -Nadie confía en mí, ni siquiera mamá y papá.

 -¿Sigues transformándote?-Preguntó Alfhild caminando a su lado, no quería estar allí pero tenía curiosidad de lo que su hermana tenía para decir-Sabes que eso no solo es dañino para los humanos sino que para ti también, debes ir a aislamiento, a menos que prefieras ser exiliada.

Ella (Grises #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora