La Nerd y El Popular ❯ Park Jae

Capítulo 35

TN

Cuatro días después

Martes

Estaba en mi casa, el la casa donde conocí a Jae, él me contó que tenía un recuerdo de una niña y que esa era yo, me hizo recordar tantas cosas que nos hemos puesto al corriente de muchas cosas, cosas como por ejemplo: ¿Qué ha sido de nuestras vidas?

Darme cuenta de que Jae cambio drásticamente después de que me fui era algo que no asimilaba, sentía que era la culpable pero en realidad los dos éramos los culpables de lo mismo, yo no lo escuché y él me mintió. Sus sentimientos siguen siendo los mismos pero sentí que no debía aceptar los por lo que simplemente nos volvimos amigos.

-TN, lleva esto a la mesa seis

El restaurante de Jae se volvió más famoso ya que di algunas ideas para que pudiesen ser un poco más conocidos y vaya que funcionó, casi siempre estaba lleno y teníamos que trabajar rápido, Jimin se encargaba de las mesas de afuera con Younseo mientras que yo me encargaba de la parte de adentro junto a Hana, Jae en la caja y Rosé en la cocina. Rosé ha pasado parte de su vida en viajes pero regresó y ahora ayuda, tiene un novio desde hace unos cuatro meses, dice haber olvidado a Jimin y aunque aquella pareja le incomode un poco la presencia de Rosé esperaban poder realmente que ella no se interpusiera.

-¡Jae, la mesa cuatro pidió...! -me interrumpí -¿Jae? Mejor voy yo

Fui a dar las órdenes en la cocina pero me impresionó que Rosé no estuviese, me acerqué a la alacena y allí estaba Rosé con Jae, pero Jae se quejaba y no sabía porque, me acerqué y Jae se había cortado y su dedo no dejaba de sangrar.

-TN, quédate con él, tengo que cocinar, no tenemos muchos cocineros aquí -asentí

-¿Qué te pasó? -me agaché a su lado

-Quise ayudar pero termine cortándome el dedo -soplaba un poco si dedo para luego quejarse de nuevo

-Vamos, levántate -lo ayudé a levantarse y nos dirigimos a los baños -¿Hay algún botiquín? Algo -pregunté un poco desesperada, su dedo sangraba mucho

-Si, detrás del... Lo olvidé

-¡Jae!

-Lo siento... Ah ya, está en mi oficina

Corrí a la oficina y revolví todo, encontré el botiquín y corrí de regreso, me sentía como una madre preocupada por que su hijo pudiese desangrarse en ese momento.

-A ver -me extendió su mano -Pondré un poco de algodón con alcohol -asintió

Volver a tocar sus manos era una sensación muy extraña, se sentía cálido y solamente me sentí muy extrañamente feliz de poder volver a tomar su mano pero debía de dejar eso de lado, no podíamos darnos el lujo de estar juntos y hacernos daño de nuevo.

-Dicen que el que no arriesga no gana -dijo de la nada, no entendía a que se refería -Todavía puedo leer tu mente -sonrió -Bueno, en realidad. Puedo saber aún como te sientes solo con mirarte a los ojos

-Deja de hacerlo entonces, no quiero que sepas cómo me siento -seguí con mi trabajo y cuando lo daba por terminado...

-Quieres ir por lo seguro, no quieres arriesgarte a perder de nuevo -no lo miré -Yo si quiero arriesgarme a perder el corazón pero no quiero hacerlo solo -terminé poniendo la curita

-Listo, no vuelvas a hacer esas cosas, podría ser peor -dije sin mirarlo

-¿Podemos intentarlo de nuevo? Esta vez será diferente, lo prometo -lo miré de reojo y desvíe mi mirada rápidamente -TN, por favor