XI

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Violet

Ahora que sabía en qué me estaba metiendo con Jessie estaba más tranquila, bueno, la verdad es que me daba igual pero me sentía importante al saber que de los pacientes solo yo sabía que era lo que le ocurría. Pero por lo que había visto y escuchado anteriormente de los psicópatas, no sabía si era bueno unirme a él.

Por lo que sé, hay dos clases de psicópatas: los extremadamente fríos y los eufóricos. Los "fríos" no tienen ningún tipo de emoción, no de llevan con el amor, el dolor, el odio y son sanguinarios y sobre todo extremadamente inteligentes y audaces. Los "eufóricos" son altamente manipuladores, pueden fingir sentimientos a la perfección pero sus impulsos extremos los pueden llevar por mal camino.

Si no me equivocaba, Jessie hacia parte del segundo grupo, esa forma de seducir me decía que podía fingir algunos sentimientos perfectamente, era mentiroso impulsivo pero no sabía si esa impulsividad me haría cometer errores.

No lo había visto en la mañana pero por lo que se, no se había dejado pillar cuando salió de nuestra habitación. De nuevo estaba con esa piquiña en la piel que me irritaba, todo me molestaba y había tenido que tomar antipsicoticos para bajarle a los síntomas.

Estaba en uno de los sillones de la sala donde nos reunimos para las terapias pero no estábamos haciendo nada en concreto. Unos veían la tele, otros eran vigilados por enfermeros y otros estaban como yo, jugando con el muñeco de las terapias.

Me dolía el labio y no había hablado mucho porque se notaba la marca de la mordedura, a la próxima tenía que tener cuidado con Jessie, ese era un problema, en cualquier momento podría matarme. Molly había estado insoportable diciéndome que la ayudara con Jessie.

—Tu no pudiste con lo que te pedí —le dije —no hay trato. Jodeté y desaparece de mi puta vista...

Cuando no tomaba los psicóticos me ponía muy grosera y violenta, todo me irritaba y la mayoría aquí ya empezaba a notarlo, por eso no se me acercaba. Necesitaba salir, pero mi plan de estaba yendo a la mierda porque Simón no había vuelto desde que le mostré las tetas.

Sam llamo a los pacientes para la hora del almuerzo y todos se dirigieron al enorme comedor con ansia pero yo me quede ahí.

—Meine schöne Prinzessin hat keinen Appetit?

«Meine schöne Prinzessin hat keinen Appetit?: ¿Mi hermosa princesa no tiene apetito?»

Jessie. Siempre me pregunté el porqué de no utilizar camisas de mangas cortas, siempre lo veían con sus gabanes enormes y las chaquetas de color sombrío. Se acercó a mí sillón y me miró con la sonrisa de siempre.

—Nicht, wenn Sie nicht im Menü sind —levante una ceja.

«Nicht, wenn Sie nicht im Menü sind: No si no estás en el menú»

Jessie sonrió más ampliamente y me tomo la mano para besar el dorso de la misma y acercarse para posar sus labios en los míos en un beso corto y y frío.

—¿Cómo va el labio? —pregunto. No le contesté mirándolo mal —. Necesito marcar territorio, querida.

—Que imbécil —murmure.

—Además, me lo debías, aún me duelen los huevos —sonreí.

—Nunca te he preguntado ¿como es que hablas perfectamente mi idioma?

—Hay muchas cosas que no sabes de mi —me tomo de la mano para que me levantara y luego fuimos de gancho hacia la cocina —pero se resume en que estudió y me instruyó mucho, cielo.

—Asi que ¿aprendiste leyendo?

—Si, fue hace mucho, también se francés y portugués. No sabes cuánto tiempo se puede invertir en vez de estas jugando con muñequitos...

—No me interesa aprender otro idioma.

—¿Ah no? ¿Como llegaste aquí? Hablas perfectamente el inglés.

—Porque mi familia y yo nos mudamos cuando era pequeña pero mi padre siempre me inculcó el idioma natal.

—Mm, y si no quieres aprender otro idioma ¿como vas a hacer cuando nos fuguemos a París y no sepas lo que dicen a nuestro al rededor?

—Para eso te tengo a ti ¿no? —fingi una sonrisa y él sonrió al llegar al comedor.

—Me encanta tu inteligencia, aprendes rápido.

Toma camino separado al mío y antes de llegar a mi mesa, noto la mirada cargada de odio que me lanza Alexandra del otro lado del comedor, pero su amenaza con miraditas no me va y me da igual. Me siento en mi mesa sintiendo un poco de paz, la cual se desvanece cuando llega Molly y Brian.

—¿Estabas hablando con él? —me pregunta Molly.

—No —respondo secamente.

—Mentirosa. Te vi entrar con él.

—Si ya sabes ¿para que preguntas, Molly? —alejo la bandeja, no me apetece almorzar hoy con el dolor del labio.

—Es que... pensé que me estabas ayudando con él —ruedo los ojos.

—¿Jessie? ¿Quieres, quieres, quieres estar con Jessie? —dice Brian. Detesto que repita las palabras.

—¿Oye qué te pasa? ¿Por qué siempre repites todo como un inútil? —interrumpo a Molly que estaba por hablar.

—Mi subconsciente me me me me dice que lo he hecho mal y tengo tengo la obligación de repetirlo hasta que salga bien...

—Fenomeno —murmuro.

—¿Es que a caso no has visto a Jessie? —interrumpe Molly con cara de estúpida —. Él es tan hermoso y tan sexy.

—¿Por qué no vas y le dices que te folle? Así quitas las ganas y dejas de joder...

—Es que ya las quite —susurra y no puedo evitar mirar a Jessie —. Me acosté con él hace un tiempo pero se volvió una obsesión y desde esa vez no me ha vuelto a tocar.

—Tal vez eres vaca muerta —Brian ríe conmigo.

Siento que alguien me observa y no son los celos de Alexandra, miró a todos lados y me encuentro a Sam mirando con desaprobación ¿Ahora que mierda hice? Me es inevitable no ver la mesa que está a su lado, hay una chica que he visto en terapia grupal que tiene algún trastorno grave y a eso sumando que tiene principios de anorexia, es delgada pero no está hasta los huesos.

¿Lo raro? La rarita está escondiendo comida en su suéter y empuja la bandeja de la comida dejando un poco a lo que se acerca un enfermero diciéndole que debe comer. Se supone que si tienes ese trastorno alimenticio no tocas la comida para nada y se me hace extraño que la esconda en su suéter.

El almuerzo termina, no pobre un bocado y ya estoy a punto de explotar porque ya sé que Sam va a venir a molestarme.

—¿A dónde vas? —me dice cuando voy por el pasillo.

—A descansar —sigo mi camino pero se interpone.

—Sabes que no puedes estar en la habitación en horas de la tarde.

—Y yo ya le he dicho que no voy a hacer nada...

—¿Que fue tu almuerzo? —pregunta cambiando de tema.

—Aire —trato de seguir pero me quita el paso —. ¿Que? ¿También me van a obligar a ser una obesa?

—No, pero debes alimentarte.

—Bien, lo haré —miento —¿Ya puedo irme?

—No, quería comentarte algo que me está molestando y que debo darte una advertencia —ruedo los ojos. Esta gente de verdad no me conoce —. Aléjate de Jessie —no me impacta.

—¿Por qué? —sonrío con los labios sellados —. ¿Me va a matar? —bromeo.

—Solo es peligroso y la directora fue muy clara al decir que tú y él no podían estar juntos...

—No nos vamos a casar Sam y si fuera así, no estarías invitada a la boda. Me habías dicho que debía socializar y hacer amigos y ahora ¿me vas a quitar esa posibilidad?

—Puedes ser amiga del que sea, menos de Jessie, es una orden Violet y debes cumplirla...

¿Si sabrá que soy de normas y leyes a romper?

Amar, Besar, Matar [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora