IV

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Jessie

-Que hermosa se ve hoy, señora directora.

La directora de esta estúpida institución es una mujer alta y parece muy joven para estar cuidando a un montón de adultos, chicos y ancianos locos. Es bonita pero no la belleza que a mi me gusta o la que llegó a considerar peligrosamente seductora.

La directora se sienta en su escritorio, ya no le importa que yo tenga los pies apoyados en el mismo y le robe los preciados dulces que le trae su hija de vez en cuando. Eso hago, me los como con descaro frente a ella.

-Ya no sé qué voy a hacer contigo -me dice con sus ojos azules destilando tristeza. Como si en verdad yo le importará.

-Eso debería preguntarle a mis padres -juego con el envoltorio y luego la miró asesinamente -. Ah, es cierto, me abandonaron en esta mierda de hospital.

-Mataste a tu hermana menor...

-Eso no tiene nada que ver -vuelvo a jugar con el envoltorio.

-Desde que llegaste te he sentido como mi hijo, como mi responsabilidad y no sabes lo mucho que me duele que hagas esto para escapar. Te he dado cierta libertad en este lugar.

-"Libertad" -hago las comillas en el aire -no significa que me encierre en esa horrible habitación.

-Y tampoco que te escapes, hagas de las tuyas, no tomes la medicina y pases por encima de las reglas que yo impuse. No puedo tratarte diferente a los demás, Jessie. Te digo que te doy cierto privilegio con... cosas pequeñas.

-No es suficiente -me levantó y voy hacia la puerta sin abrirla, solo viendo por la ventana cuadrícular que está a mi altura -, yo no le pedí que me rescatará.

-Pero tampoco puedo dejarte en la calle viendo que eres un asesino potencial. O es aquí o es en la cárcel, Jess.

-No, si dejó que me atrapen. No soy estúpido, señora directora y muy pronto me hartare de las recompensas y me iré de aquí...

Ambos nos quedamos en silencio cuando se escuchan pasos apresurados por el pasillo. Esta zona está casi siempre desierta porque las habitaciones son acolchadas, las habitaciones de castigo y tortura psicológica.

--Oye, me gusta rudo pero creo que estás siendo muy rudo. Si vamos a jugar así ¿me dejas que te dé el primer azote?

Fijo mi atención en el enfermero Parker que está arrastrando a la chica nueva por el pasillo. Es muy delgada y dudo mucho en que logré zafarse de las garras de su enfermero tan fácilmente. Noto como él le retuerce los brazos pero ella no parece darse cuenta.

Como es obvio al estar ahí, el enfermero la toma de las muñecas mientras saca el manojo de llaves y abre una de las habitaciones acolchadas. Al empujarla adentro, está ejerce una presión más fuerte haciendo que el enfermero se tambalee pero logré empujarla dentro.

-¡¿Por qué mierda me vas a meter aquí?! -le grita cuando se levanta del suelo y se le acerca para hacerle daño con las manos.

-Las reglas son estrictas, Violet Meyer. Cualquier atentado contra la vida de los enfermeros o los mismos pacientes es castigado -el enfermero vuelve a empujarla.

-¡No le he hecho una mierda! -grita -¡Bring mich hier raus, du Idiot! -me encanta su acento alemán.

«Bring mich hier raus, du Idiot: Sácame de aquí, idiota»

-Le pediste a la enfermera que la lanzará a la fuente.

-¡No lo decía en serio!

Parker vuelve a empujarla y cierra la puerta antes de que pueda salir. Se escuchan los berridos, las vulgaridades que dice mientras golpea la puerta con fuerza.

-No entiendo cómo puede aguantar esto teniendo la oficina aquí -digo volviendo a sentarme.

-Dime que vamos a hacer con tu situación, no puedes volver a escaparte.

-Quiero ver su expediente -la ignoro señalando la puerta.

-¿El expediente de quién?

-De la alemana.

-Eso está prohibido y de una vez te advierto que no quiero que estés cerca de esa chica.

-No le voy a hacer nada -sonrio con maldad.

-No es eso, ella es igual o peor que tú.

-¿Verdad? -me interesó, necesito aliados -. ¿Que ha hecho?

-No voy a decirte nada -niega organizando algunos papeles.

-Que está sea mi recompensa, me portare bien -«al menos está semana» -, solo voy a hojear un momento, nadie se enterará, señora directora.

Soy más que consciente de mis actitudes a la hora de manipular para obtener algo. Es como hipnotizar a las personas, buscar las palabras adecuadas, los movimientos adecuados, la mirada, la intimidación. Todo contribuye y todo lo uso a mi favor ya sea para conseguir algo tan fácil como un expediente o matar a una persona.

La directora se sonroja cuando la miró detenidamente y baja la cabeza, busca entre los papeles y me tiende un enorme que dice "caso nuevo".

-La tenía fuera porque nunca habíamos tenido un caso como el suyo -dice la directora -al menos durante mi dirección y ella es de sumo cuidado.

Abro la carpeta y lo primero que veo es su foto, es bonita, mucho a decir verdad pero la foto no la favorece parece que al momento de capturarla la hubieran sedado con algo fuerte, las ojeras son enormes y tiene los ojos verdes apagados, el cabello negro y corto está despeinado y descuidado. Nada parecido a lo que vi hoy al entrar.

De nombre Violet Meyer, alemana residía en Bremen hasta los 14 donde ya había sido internada por sus conductas agresivas e impulsivas.

-¿Trastorno de la personalidad? -pregunto.

-Sociópata -la directora se levanta -es mas común que tu condición pero igual de peligrosa y con síntomas algo similares. Es impulsiva, no le importa quebrar leyes, mentirosa patológica, no le importa ni ella misma ni nada a su al rededor... La sacaron de su anterior residencia porque casi mata a un enfermero con una jeringuilla y ha manipulado a una chica para que se suicidara.

Sus casos vienen desde la niñez donde la describen como peligrosa y manipuladora, le gusta ofender y ser grosera al extremo, ha presenciado suicidios porque ella misma los provoca. Al final del expediente hay una nota.

-Peligrosa, mantener bajo estricta vigilancia y antipsicoticos fuertes -leo -. Vaya, creo que tengo competencia...

-Ya te dije que no quiero que te acerques a ella.

-¿Por qué?

-¿Por qué? -ironiza -Violet ha intentado escaparse también millones de veces de sus antiguos hospitales, ¿que crees que pasaría si ustedes dos se juntan?

-Seria perfecto -sonrío.

La directora se acerca y me señala severamente.

-No te quiero cerca de ella ¿entendido? Y ahora ve a dormir.

No sé por qué con tantos años de estar conmigo en esta pocilga cree que voy a seguir sus reglas al pie de la letra... Y menos cuando ese peligro llamado Violet Meyer es la indicada para romper las reglas.

Amar, Besar, Matar [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora