Dᴀʏ 1✓

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•ᵈᵃʸ 1: Holding hands/Tomándose de las manos•

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ᵈᵃʸ 1: Holding hands/Tomándose de las manos•



Sonreía amablemente, dándoles la bienvenida a las personas que llegaban, a las que se iban, y a las que les entregaba sus pedidos, contagiándoles aquella mueca en su joven rostro.
Muchos de los clientes que visitaban la cafetería lo saludaban amigablemente, llamándolo por su nombre o tomándose el atrevimiento de pregunta por su madre y hermanos, conocían al agradable pelinegro. Siempre lo veían pasar por las mesas y atender con educación, siendo verdaderamente eficiente a pesar de ser solo un adolescente, muy pocos sabían de su situación, como las dos señoras que habían quedado encandiladas con el muchacho, visitando el lugar solo por su presencia, pero aun así les era común verlo allí todos los días, en ocasiones acompañado de sus amigos, solo que aquel día, una sola persona lo hacia.

(...)

Deslizaba su dedo alrededor del vaso, delineando su contorno como método de entretenimiento. Se encontraba solo en aquella mesa, aunque lo había decidido por voluntad propia no pensaba que el silencio (El cual solo rodeaba el lugar en donde estaba sentado) seria tan aburrido, aparte de escuchar su dedo chocar contra el cristal del vaso, podía oír el tintineo de la campanilla sobre la puerta cuando esta se abría, las charlas en las mesas, los pasos, y el sonido que hizo la brillante taza con liquido humeante al ser depositada frente suyo, lo cual logró sobresaltarlo un poco.
Levanto su cabeza con confusión, no recordaba haber pedido nada aparte del jugo que ya había acabado, por lo que creyó que tal vez se trataba de un pequeño error al tener tantos clientes el día de hoy.

Los orbes oro pálido del pelinegro brillaron cuando encontró su confundida mirada.
Isogai lo había notado. El rubio clavaba sus ojos en sus movimientos, siguiéndolo con su mirada atentamente. No es que le molestara, al contrario, su presencia siempre era bienvenida, pero debía admitir que Maehara lo hacia desconcentrarse, lo ponía nervioso incluso con la más insignificante acción, como esa, por ejemplo. Si bien sabia disimularlo, eso no quería decir que le incomodaba o que no le importara, estaba acostumbrado, si contaba las veces en las que había atrapado al rubio mirándolo fijo no le alcanzarían los dedos, uniendo la de aquel día a la lista.

Sin quitar su mirada, volvió a acercar la taza con lentitud, y coloco una mano sobre su cintura, descansando su peso en su pierna izquierda

—Si estas cansado deberías irte a casa

Maehara soltó un suspiro, apoyando su espalda contra el asiento mientras formaba una sonrisa al oírlo, sabia que diría aquello, así como el contrario sabia la respuesta que obtendría.
Meneo su cabeza de lado a lado

—Aun no es tu hora de irte, así que no veo porque debería irme. Te esperare

Un fuerte latido golpeo el pecho de ambos luego de eso, quedándose en un breve silencio que parecía encerrarlos en una burbuja en donde solo eran ellos dos en la habitación, sintiendo aquel sentimiento cálido y agradable que provocaba los latidos acelerados de sus corazones.
Se conocían desde pequeños, pero la inocente amistad que con el tiempo se había formado, fue poco a poco cambiando, incluyendo sus tratos hacia el otro. La manera en la que se miraban, los pensamientos de querer estar siempre junto al otro, los sutiles roces o caricias, todo les daba señales con el único propósito de hacerles comprender que ninguno se veía como un amigo, ya no. Todo empieza por algo, alargándose con el tiempo o deteniéndose con el, dependía de lo que ambos querían y de lo que estaban dispuestos a hacer. Podían arriesgarse, podían tener miedo, pero aquello no valía si no daban el primer paso

(...)

Suspiró profundamente, estirando su cuerpo mientras caminaba hacia la salida, logrando notar, gracias al transparente vidrio de la puerta, que el rubio se encontraba allí afuera, pateando una pequeña roca que había en su camino, a la espera de dicho pelinegro.

Tocó su hombro, captando su atención, y ambos comenzaron a caminar en un cómodo silencio. Sus brazos y hombros chocaban, al igual que sus dedos debido a los movimientos que hacían al caminar.
Maehara lo miró de reojo y paso una mano por su nuca, mirando hacia la dirección contraria en la que se encontraba Isogai, y acerco su mano izquierda con lentitud, acariciando con la yema de sus dedos el dorso de la del pelinegro, esperando algún rechazo de su parte, el cual al no obtener se animo a entrelazar sus dedos, dándole un breve apretón a sus manos unidas, apretón que su acompañante devolvió sin dudarlo, sonriendo con la cabeza gacha

Maehara lo miró de reojo y paso una mano por su nuca, mirando hacia la dirección contraria en la que se encontraba Isogai, y acerco su mano izquierda con lentitud, acariciando con la yema de sus dedos el dorso de la del pelinegro, esperando algún ...

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(AAAAAAHHHH sus manitas, wa llorar)

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(AAAAAAHHHH sus manitas, wa llorar)

Wenas, aquí la escritora para servirles. Les doy la bienvenida a todas las personitas amantes de este shipp (así como su servidora).
Bien, quería aclarar que los capítulos serán tanto cortos como largos, así que no se preocupen si se quedan con ganas de más.
Si encuentran algún intruso en las palabras o alguna falta de ortografía que no llegue a notar, me dicen y lo arreglo.

Ahora si, a lo importante.
Quiero dedicarle este capitulo a NathalieRosales04 porque ella fue la personita que me inspiro para hacer esta historia gracias a la suya de la Mᴀᴇɪsᴏ Wᴇᴇᴋ, que dicho sea de paso, es una de las mejores drogas de este shipp hasta ahora.
En fin, espero que les haya gustado. Nos leemos mañana

30 days OTP challenge |ᵐᵃᵉⁱˢᵒ|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora