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•ᵈᵃʸ 14: Gender change/Cambio de genero•
Un sueño. Un espejo. Un grito. Lo que veía parecía tan irreal que cerraba los ojos cada cierto tiempo con la esperanza de que todo se tratara de una mala jugada de su mente recién despierta, lo cual no era así. El reflejo le devolvía la imagen de una bonita mujer de cabellos negros lacios por debajo de las orejas y levemente enmarañados, bonitos rasgos delicados, y una anatomía esbelta con curvas no tan llamativas que escondía bajo la pijama.
Isogai toco su rostro con sus pequeñas manos. Era real, todo eso era suyo y no se trataba de ninguna pesadilla en la que se había quedado atrapado, todo estaba sucediendo como si fuera algo normal. Suspiro largo y tendido para relajarse y pensar con claridad, intentando no estresarse en el proceso. Repaso los alimentos ingeridos el día anterior, creando la posibilidad de que alguno de ellos fuera el causante de lo que sucedía. Arroz, descartado. No sintió nada raro en el gusto así como en el aroma. Carne, descartado. Apenas la había tocado. Drogas... no consumía ni pensaba hacerlo. Descartado
Soltó un pequeño gruñido, que salio más como una queja, sentándose de mala gana en la mullida cama. ¿Que es lo que haría?, ¿Salir y pedir ayuda?. Seguramente acabaría con el titulo de mujer loca, porque justamente eso era en lo que se había convertido de la noche a la mañana. Escondió su cabeza entre sus piernas con frustración, deseando desaparecer en ese instante hasta que todo volviera a la normalidad.
Su teléfono sonó, rompiendo el silencio. El identificador de llamadas le hizo saber quien era y, aunque al principio el temor lo congelo, pensó en que él podría ser el único en ayudarlo a salir de eso, siendo aquello lo que le dio el coraje para presionar el botón verde
(...)
Caminaba de lado a lado, dejando al descubierto los nervios que sentía y que no podía ocultar. La llamada no había durado mucho, solo unas pocas palabras bastaron para que se entendieran a la perfección, y así ayudar al pelinegro con el problema. Que, sin estar enterado, en realidad era el mismo que el rubio tenia.
No demoro en abrir la puerta al oír los golpes en ella, dándole el paso a Maehara, quien, al igual que Isogai, había cambiado su apariencia masculina por la femenina con la única diferencia de que su cabello le llegaba por debajo de los hombros y la estatura ya no era la misma. El pelinegro, miro con sorpresa y leve toques de decepción al rubio, quien lo miraba de la misma manera. Ambos creían que podrían recibir ayuda de parte de su pareja, pero todo resulto lo contrario.
Se sentaron uno al lado del otro en completo silencio, cada uno perdido en pensamientos conectados con respecto a lo que harían. Isogai suspiro, girándose para ver al rubio
—¿Que sucederá luego?, ¿Quedaremos así por siempre? —Maehara lo miro
—Espero que no, estoy seguro de que no me gustan las mujeres —el pelinegro lo miro con seriedad, cruzando sus brazos sobre su pecho casi inexistente
—A mi tampoco, pero mírate, sigues siendo mi novio aun cuando eres una mujer de pies a cabeza —suspiro, frunciendo sus labios— Esto no me gusta —el rubio tiro su cabello hacia atrás, tomando la cabeza de Isogai para posarla en su pecho con un movimiento brusco
—Lo se, lo se —acaricio su cabello, meciéndose de lado mientras lo sujetaba— A mi también me desespera —el pelinegro frunció el ceño, intentando apartarse de los pechos de Maehara, los cuales estaban literalmente pegados a su cara
—Sin embargo, pareces disfrutarlo— suspira con cansancio— ¡Ya déjame en paz!— el rubio rio, dejando un beso en la coronilla de su pareja
—Sonaste como una mujer
—Maehara... eso es lo que somos a partir de hoy
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(Necesito una imagen del cambio de genero de estos dos, seria una joyita)
