Capítulo 11

211 17 0
                                    

SAMUEL

Nos encontramos en el mismo lugar que me llevó Adler cuando llegamos, pero esta vez estamos con Ebba.

—Dijo Vane, que ya no tarda en llegar —deja su celular en su bolso.

— ¿Vamos pidiendo o la esperamos?

—Yo digo que la esperamos.

—Lo que Ebba diga, así será —le sonríe y la chica le sonríe.

Si Adler no fuera mi amigo, estuviera celoso porque le sacó una sonrisa a la chica, mientras que yo solo hago que rueda los ojos, ojalá fueran de otra manera...

—Lo siento, chicos —nos saluda—. Les presento a Dirk —nos presenta a su acompañante y siento que Adler se pone un poco celoso.

Esto me está divirtiendo, me gusta que el tarado sufra porque no se pone las pilas con su chica.

—Un gusto de conocerte, Dirk —le sonrío amable—. ¿Son compañeros? —pregunto tranquilo.

Los dos toman asiento junto con Ebba, el chico se ríe y me mira.

—Compañeros de trabajo y amigos.

— ¿Cómo te va en busca de tu amor? —pregunta Ebba.

—Muy mal, querida —dice cariñoso.

¿Pero qué mierda? ¿Por qué con todos es amable y conmigo es como si estuviera a punto de vomitar?

—Te burlas de mí, ahora te toca sufrir —me susurra.

—Todavía no hay hombres que acepten un desafío —confiesa y me siento aliviado.

Adler casi se ríe, claro, él sabía que Dirk le interesaba los hombres, así que jugó conmigo.

—Pronto, ya verás —le guiña el ojo.

Se acerca un chico para tomar nuestra orden, le sonríe a Ebba y ella le coquetea enfrente de mí.

—Qué coqueta saliste, Ebba —se asombra.

—Mi lado oscuro, Dirk —le sonríe.

EBBA

Ver a Samuel molesto cuando le coqueto al chico, me da una gran diversión y Dirk ayuda con sus comentarios.

Varios minutos, el mismo chico nos trae la comida, deja mi plato y una servilleta con su número, pero la deja en el lugar de Dirk y se va.

—Creo que me voy a desmayar —se burla Vanessa y el chico se guarda la servilleta.

—Te dije que puedo encontrar a mi amor en este lugar.

—Tal vez me funcione —lo digo para molestar a Samuel.

—Oh, nena, créeme que lo estás viendo —hace señas a Samuel y ruedo los ojos.

—Lo mismo le digo y no me cree —se queja.

—Porque no te esfuerzas —le dice como si le estuviera resolviendo la vida.

—Concuerdo con Dirk —la miramos y tiene Ketchup en los labios.

Adler extiende su mano y le limpia la Ketchup con su dedo, se vuelve a acomodar en su lugar y lleva su dedo a su boca, todos los vemos.

Amores InfernalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora