Narradora
Todo lo que quería era que Juli Baker me dejara en paz.
Todo comenzó en verano de 1957, antes de segundo grado.
—Aquí estamos. —el padre y esposo habla, estacionando el auto.
—¿Qué piensan? —la esposa y madre de los menores pregunta.
—Me gusta el lugar. —responde la rubia.
—Está bien.
—¿De qué color es mi cuarto? —pregunta el más pequeño de todos bajando del auto.
—Espera y verás. —la respuesta de su madre solo logra que su curiosidad aumente.
—Veamos adentro.
—Vamos, amiguito Bryce. —el papá lo llama— ¿Por qué no descargamos la camioneta tú y yo, las mujeres pueden ir a la cocina y empezar a arreglarla.
La castaña sentada en la vereda intercambia miradas con la pelinegra.
—Bueno, papá.
Para mí, era el principio de lo que sería más de media década de evasión estratégica e incomodidad social.
Juli se levanta, y arrastra a su amiga junto a ella.
—Hola, soy Juli Baker. —se presenta, intentando tomar una caja.
—Oye, oye, ¿qué haces? —el hombre pregunta y el rubio se voltea.
—¿No quieren ayuda? —pregunta.
—No. Ahí hay cosas valiosas. —contesta.
—¿Y ésta? —se agacha tomando otra.
Michelle frunce sus labios sin subir al camión.
—No, no, no. —el de sombrero vuelve a negar.— Vayan a casa. Su mamá debe preguntarse dónde están. —se dirige a ambas.
—No, nuestras mamás saben dónde estamos. Está bien. —responde, logrando que los varones se miren.
Era fácil darse cuenta de que esta niña no captaba indirectas.
—Es incómodo con cuatro personas.
—No me molesta.
De ningún tipo.
—¿Empujamos ésta juntos? —se dirige al niño de su edad.
—Bryce, ¿no es hora que vayas a ayudar tu mamá? —ambos se miran entre si.
El nombrado hace un sonido de confusión con su boca, pero cuando su padre le guiña el ojo entiende la indirecta.
—Ah, sí. —se va corriendo, pero la más alta vuelve a arrastrar a la pelinegra junto a ella. Obligándola a correr detrás del rubio.
Digo, nada la detenía.
Estaba a punto de decirle que se fuera, pasó algo muy raro.
La niña lo empuja hacia ella, y cuando el chico intenta soltarse bruscamente de su agarre. Sus manos se juntan.
No podía creerlo.
Ahí estaba tomado de la mano con esta niña extraña. ¿Cómo me metí en esto.
Juli le sonrie y Michelle hace una mueca.
—Bueno, hola. —una linda mujer de melena dorada se acerca con una sonrisa radiante— Veo que ya conocieron a mi hijo.
Al final hice lo más masculino que se puede hacer cuando tienes 7 años.
El niño corre y se esconde tras su madre, se asoma y se da cuenta de la presencia de la otra niña.
Pelinegra, ojos cafés, y tez más o menos bronceada.
Ella... ella sí era linda.
●●●
La campana suena.
Sin embargo, mis problemas no habían terminado. En cuanto entré al salón de clases de la señorita Yelson...
Michelle suelta una risa por el chiste de Juli, y cuando la última nombrada mira hacia la entrada sonríe.
—¿Bryce? Estás aquí. —corre hasta él y lo abraza, ganándose la risa de todo el salón.
Menos la de Michelle.
...fue muy claro: La escuela no sería un santuario.
—Hola, Bryce, ¿dónde está tu novia?
Estaba marcado de por vida.
—Oye, Bryce, ¿por qué no le pides que se casé contigo?
Eso causa las risas en toda la cafetería.
—Bryce y Juli sentados en un árbol. —las fastidiosas niñas comienzan a cantar— B-E-S-A-N-D-O-S-E.
Mi primer año ahí fue un desastre. Y los siguientes tres no mucho mejores.
Pero finalmente, es sexto grado, tomé cartas en el asunto.
Tenía un plan.
ESTÁS LEYENDO
𝐏𝐄𝐑𝐅𝐄𝐂𝐓, Bryce Loski
FanfictionBryce Loski, Flipped BOOK 𝐏| ❝𝙀́𝙧𝙖𝙢𝙤𝙨 𝙣𝙞𝙣̃𝙤𝙨 𝙗𝙪𝙨𝙘𝙖𝙣𝙙𝙤 𝙖𝙢𝙤𝙧. 𝙎𝙞𝙣 𝙨𝙖𝙗𝙚𝙧 𝙨𝙚𝙣𝙩𝙞𝙧𝙡𝙤. 𝙋𝙚𝙧𝙤 𝙖𝙝𝙤𝙧𝙖 𝙣𝙤 𝙧𝙚𝙣𝙪𝙣𝙘𝙞𝙖𝙧𝙚́. 𝘽𝙚́𝙨𝙖𝙢𝙚 𝙡𝙚𝙣𝙩𝙤, 𝙖𝙢𝙤𝙧. 𝙏𝙚𝙣𝙜𝙤 𝙩𝙪 𝙘𝙤𝙧𝙖𝙯𝙤́𝙣. 𝙀𝙡 𝙢𝙞́𝙤...