𝐏𝐄𝐑𝐅𝐄𝐂𝐓, Bryce Loski

Capítulo Nueve: ¿Loca por mí?

Bryce

Michelle... No he dejado en ella desde ayer.

Prácticamente todos los días pienso en ella, pero ahora es diferente.

Por Dios, estuve apunto de besarla.

—¡Bryce!

Salgo de mi burbuja por el grito que Garriet da para que le preste atención. Parpadeo unos segundos.

—¿Qué pasa, viejo? ¿Por lo menos me estás escuchando?

Rasco mi nuca sin necesidad.

—No, la verdad es que no.

Entorna su mirada.

—No deberías de ser tan sincero, ¿sabes?

Me alzo de hombros.

Cruzamos la calle, esta vez sí escucho a Garriet.

Mi mirada choca con la de Michelle, quién ya está en el autobús. Le sonrío, mi estómago duele pero no como mariposas, sino como si quisiera vomitar, ya que no me corresponde.

Pero, vamos. Sé que esto se debe a que su loca amiga está a su lado.

No me daré por vencido, bonita.

Subimos al autobús, intento calmarme antes de llegar hasta su asiento.

—Hola, chicas.

Juli es la única que me sonríe.

—Hola, Bryce.

Mi mirada busca la suya, pero no corresponde, fingiendo mirar su libro.

Alza la mirada derrotada.

—Hola.

Su voz hace que mi sonrisa se ensanche aún más. Decido avanzar hasta dos asientos detrás de ella junto a Garriet para no incomodarla.

Mi amigo me mira sospechoso.

—No me digas. ¿Tu crush por Evans a vuelto?

Finjo indignarme por su en realidad verdadera suposición.

—Claro que no. Nunca he tenido un crush en ella.

Alza las cejas.

—Claro. Tú y media escuela dice eso, Bryce.

Ahora yo soy el que alza las cejas.

¿Media escuela?

¿Acaso hay más chicos que gustan de mí Michelle?

—¿Cómo que "media escuela"?

—Todos están enamorados de ella, sólo hace falta mirarla y ¡bam! Caes.

Frunzo el ceño.

—¿Sabes quienes son los que gustan de Michelle?

Me mira pícaro.

—¿Por qué? ¿Vas a pelear por tu amada? —molesta, dando codazos juguetones en mi estómago.

—Claro que no. Sólo tengo curiosidad.

—Ajá.

Su tono comienza a fastidiarme, y la poca paciencia a acabarse.

—¿Vas a decirme o no, Garriet?

Ríe escandalosamente antes de contestar.

—A ver... —canturrea, repasando la mirada por todos en el autobús.

Apunta al grupo de amigos con los que los hermanos de Michelle, la mayoría son del equipo de fútbol.

—Esos.

—Pero si son mayores que nosotros.

—¿Y?

Suelto una risa seca.

—¿Quién más?

—¿En serio hace falta decirlo? —asiento por su pregunta. Suspira—. Todos los del salón, los de básquet, teatro, club de fotografía. Y... ¡ah! Los que siempre pasan frente a la escuela en patineta. ¿Has visto cómo la miran? Ni siquiera disimulan que babean. Se parecen a un amigo.

Pongo mis ojos en blanco, mi mente, cuerpo e incluso rostro experimentando por primera vez los que son los celos.

—¿Y sabes... quién le gusta a Michelle?

—Dios, ¿ya te dije que estabas ciego?

Vuelvo a fruncir el ceño.

—Sí, Garriet, ya me lo habías dicho.

—¡Pues tú!

Frunzo aún más el ceño, si es que es posible. Lo miro como si fuera un bicho raro, ya que lo parece al decir tal barbaridad.

—¿Estás loco? Si parece asesinarme mentalmente siempre que me ve.

Vuelve a carcajear, aprieto mi mandíbula ya que esto parece ser demasiado gracioso para él cuando no lo es.

—Bryce, amigo mío —da dos palmadas en mi espalda—. ¿Nunca has oído el dicho "los que pelean se aman"? Esa chica está loca por ti, solo que no te ha avisado.

Mi estómago se revuelve, mis mejillas toman color y mi pulso se acelera.

—¿Estás seguro?

Sonríe traviesamente.

—Averígualo tú mismo.

girlysogirly