Michelle
—¡Date prisa! —le ordeno en un grito bajo.
—¡Nos meteremos en problemas!
Pongo mis ojos en blanco, me giro hacia Bryce nuevamente.
—Bryce, ¿no has escuchado el dicho que dice: vive mientras puedas?
Niega confundido.
—Sí, yo tampoco. Pero ese no es el punto.
Me giro nuevamente sobre mis talones, llevo mi mano hacia el mango de la puerta trasera de la escuela. La giro, esta se abre y no tardo en entrar.
No escucho los pasos de Bryce, así que lo miro.
—¿Vienes?
Analiza unos segundos la situación. Me mira a los ojos unos segundos para luego soltar un bufido.
—Dios, Michelle... —se queja mientras entra.
Suelto una risita, la cual es callada por un jadeo al ver el aterrador pasillo.
Me escondo detrás de Bryce, mis brazos se ciñen a su brazo.
—¿Qué pasa? —tartamudea.
—Tengo miedo.
—Esto no es una buena idea —habla mientras lo empujo para que empecemos a caminar.
—Shh —pongo mi dedo en mis labios.
Un sonido extraño viene de los baños, intercambio miradas preocupadas con el rubio.
—Mierda.
Me suelto de su brazo, pero para poder abrazar su cintura desde atrás. Bryce es mucho más alto que yo, así que de alguna forma me siento protegida.
—¡Un fantasma! —chillo bajo.
—Claro que no —niega, mientras retrocedemos lentamente— Es el supervisor.
—¿En serio, Bryce? ¿Crees que el supervisor haría pipí en el baño de los niños cuando podría en el baño de la oficina? —pregunto histérica.
Se alza de hombros.
Entramos a una de las salas en las que los más pequeños hacen clases. Bryce se gira para que lo pueda ver, lleva su dedo a su boca, suelta un shitido y asiento.
Sus labios se ven... suaves.
El sonido vuelve a resonar. Cierro mis ojos y me aferro aún más a la cintura cuadrada de Bryce. Él lleva su mano a mis brazos en un movimiento inconsciente. El contacto de piel con piel hace que mis mejillas tomen temperatura.
Algo vuelve a sonar. Doy un saltito.
—Escondamonos detrás de las mesas, al fondo —recomiendo, Bryce asiente y hacemos lo dicho.
Apoyo mi espalda en la pared apenas me siento en el piso. Bryce queda frente a mí, también sentado.
Estamos cerca, demasiado. Nuestras piernas están totalmente pegadas, al igual que nuestras miradas.
—Te dije que no era buena idea.
—Igual me hiciste caso.
Niega haciéndose un facepalm.
—Solo a ti se te ocurre meterte a la escuela en la noche.
Lo miro mal.
—Calla, rubio.
—Calla... —pasa su mirada por todo mi rostro, buscando algo para apodarme—, ojicafé.
La ternura me gana, y termino soltando una risa. Bryce se apresura en cubrir mi boca con su mano.
Me callo. Lo miro a los ojos dándome cuenta de la cercanía de nuestros rostros.
Él quita su mano de una forma tortuosamente lenta. Sus ojos fijos en los míos.
—Lo siento, yo... —se disculpa, pero deja sus palabras a medias.
Su mirada cae en mis labios cubiertos por brillo labial transparente. Mi estómago se revuelve, pero no como cuando quiero vomitar, sino como cuando como demasiado chocolate y una fantástica sensación me llena.
—Michelle... —susurra, lamiendo sus labios.
Ahora yo también veo sus labios, están brillantes ya que los ha lubricado con su saliva. Son delgados, pero podría jurar que son suaves aunque nunca los haya probado.
Imito su acción.
—¿Sí?
La mano que anteriormente estaba en mi boca, se estampa en la pared a mi lado. Su cuerpo me acorrala totalmente, y mis piernas flaquearían si no fuera porque estoy sentada en el duro suelo.
Se acerca aún más, y el Bryce tímido de hace unos minutos, desaparece.
—Quiero besarte.
Esas palabras me caen como un balde de agua, pero caliente. El deseo también crece en mí, sonrío inconscientemente, acercándome aún más, logrando que nuestras narices rocen.
—¿Por qué no lo haces?
—Porque no sé si tú también quieres besarme —su aliento mentolado hace que cierre mis ojos.
Me inclino, rozando nuestros labios, aumentando la tensión.
—Sí quiero besarte, Bryce.
Toma mi mentón, acaricia mi comisura, y cuando está apunto de besarme, el sonido de unas llaves nos hace separar.
—¿Qué de...?
Mierda, el conserje.
girlysogirly
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𝐏𝐄𝐑𝐅𝐄𝐂𝐓, Bryce Loski
FanfictionBryce Loski, Flipped BOOK 𝐏| ❝𝙀́𝙧𝙖𝙢𝙤𝙨 𝙣𝙞𝙣̃𝙤𝙨 𝙗𝙪𝙨𝙘𝙖𝙣𝙙𝙤 𝙖𝙢𝙤𝙧. 𝙎𝙞𝙣 𝙨𝙖𝙗𝙚𝙧 𝙨𝙚𝙣𝙩𝙞𝙧𝙡𝙤. 𝙋𝙚𝙧𝙤 𝙖𝙝𝙤𝙧𝙖 𝙣𝙤 𝙧𝙚𝙣𝙪𝙣𝙘𝙞𝙖𝙧𝙚́. 𝘽𝙚́𝙨𝙖𝙢𝙚 𝙡𝙚𝙣𝙩𝙤, 𝙖𝙢𝙤𝙧. 𝙏𝙚𝙣𝙜𝙤 𝙩𝙪 𝙘𝙤𝙧𝙖𝙯𝙤́𝙣. 𝙀𝙡 𝙢𝙞́𝙤...