Capítulo Diecisiete: Huevos.

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Bryce

Llevo mis brazos detrás de mi cabeza y me recargo en el respaldar de mi cama. Veo a través de mi ventana la habitación de Michelle.

Sus cortinas están abiertas al igual que su balcón, dándome una vista entera de su cama desordenada y escritorio lleno de libros. Sonrío, recordando la concentración con la que siempre lee.

Cierro mis ojos intentando dormir. Mamá ha salido junto a mi hermana, papá sigue en el trabajo, y el abuelo sigue en su habitación. Por lo que prácticamente tengo la casa sola.

¡Deja de golpearme con tus pequeñas y torpes manos, Michelle! —abro mis ojos al escuchar un grito grave y conocido. La puerta de la habitación de Michelle se abre, y su hermano entra seguido de ella, enfurruñado. Michelle trata de ocultar una sonrisa traviesa sin dejar de molestar a su hermano, ladeo mi cabeza divertido.

El show "pelea de hermanos" ha comenzado.

Ya se estaban tardando, la verdad.

—¡Yo no te he golpeado! —la voz dulce de Michelle grita en contra.

—¡Claro que sí! ¡Acabas de hacerlo, justo frente a Nick!

Michelle se cruza de brazos, desde aquí no puedo ver su expresión, pero estoy cien por ciento seguro de que ha arrugado su perfecta nariz.

—No sé de qué estás hablando, Joe. —niega, alzándose de brazos.

—¡Nick...!

—¡Cállate! Lastimas mis oídos, bobo. —lo calla, dándole un empujón a la frente del más alto con su dedo índice.

—¡Ni siquiera te importa dañar tu manicura con tal de golpearme!

—Prioridades, hermanito. Prioridades.

—¡Le diré a mamá que tú fuiste la que rompió el jarrón de la tía María!

—Oh —se acerca a él, intimidándolo, aunque es graciosa la diferencia de altura. Ella es muy pequeña—, no le diras.

—¿Ah, sí? —Joe pregunta de vuelta sarcásticamente. Se acerca más a Michelle, bajando la cabeza para mirarla de frente— ¿Y por qué no lo haría, hermanita?

—Porque le diré que tienes una relación secreta con la hermana de...

Michelle no puede terminar de hablar, ya que su hermano se lanza sobre ella para callarla.

—¡Ni se te ocurra decirle, enana poseída! —exclama, el apodo me da gracia.

—¿Quieres apostar, jirafa fea? —contesta, el mayor se cruza de brazos.

—Sé que no lo harás. Eres mala, pero no tan mala.

Michelle ladea su cabeza, parece carraspear, y luego... grita con todas sus fuerzas:

—¡Mamá, Joe está saliendo con la hija de los Losk...!

No puede terminar su frase, ya que su hermano cubre su boca. Y en ese momento, algo parece aclararse en mi mente.

¿Acaso Michelle...? ¿Estaba por decir mi apellido?

¡¿Acaso mi hermana está saliendo con su hermano?!

Me levanto de golpe.

Bajo las escaleras a zancadas, salto en el penúltimo escalón con rapidez, corro hasta la puerta dispuesto a ir a preguntarle a Michelle si es verdad lo de Lynetta, o simplemente yo estoy haciendo tontas teorías.

Pero antes de abrir, el timbre suena, deteniéndome. Me quedo estático.

¿Será Michelle?

Peino rápidamente mi cabello y paso mis manos por mi camisa, abro. Y no es Michelle, sino su loca amiga.

𝐏𝐄𝐑𝐅𝐄𝐂𝐓, Bryce LoskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora