Bryce
Suelto un suspiro. No quito la mirada del periódico, por la única razón de que el rostro angelical de Michelle está en él.
—Oye, Bryce...
Mi hermana abre la puerta de mi habitación. Escondo rápidamente el papel debajo de mi escritorio. Pero mi intento de ser disimulado falla.
Ella ríe.
—¿Estás viendo pornografía?
Abro mis ojos exageradamente, mis mejillas toman temperatura.
—¡Vete de mi habitación!
Suelta una sonorosa carcajada, se retira de mi habitación y cierra la puerta.
Apenas desaparece suelto un suspiro, cubro mi rostro con mis manos intentando calmarme.
—¡Deja de molestar mi trasero!
Alejo mis manos y fijo mi vista en la casa de los Evans. La silueta ya desarrollada de Michelle se gana mi atención. Ella suelta una risita burlona, que me hace sonreír.
Esconde un cabello desordenado detrás de su cabeza en un movimiento casual.
Siempre me gustó su cabello.
Mamá decía que tenía que enamorarme de una rubia, porque eran estilizadas y divertidas.
Pero Michelle es peli negra.
Y además sabía que ese era un estupido prototipo así que no le decía nada.
Miro la hora en el reloj que está encima de mi puerta.
19:58 p.m.
Ya está por oscurecer, ¿va a caminar sola por la calle?
Una idea cruza por mi cabeza.
Rápidamente me levanto de la silla, corro hasta mi closet y tomo una camisa roja sin darme tiempo a elegirla.
Salgo de mi habitación, corro escaleras abajo. Mi corazón late desbocado. La veo todos los días, pero su presencia sigue haciendo efecto en mí como la primera vez que la vi.
Calmo mi respiración antes de abrir la puerta. Salgo de casa con una sonrisa, pero ella no se da cuenta de mí, ya que está caminando hacia el lado contrario, dándome la espalda.
Incluso su parte trasera es linda.
Cálmate, Bryce. No seas irrespetuoso, no mires su cuerpo como si fuera la última botella de agua en la selva. Me regaño internamente.
Se agacha para dejar su patineta en el piso, giro la mirada, frunciendo los labios y debatiendo en si mirarla o no.
No le faltes el respeto, estás siendo un hormonal.
Mírala, no se dará cuenta.
Ni siquiera me da a elegir una de las dos opciones, ya que los periódicos que lleva en sus brazos, caen al suelo.
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𝐏𝐄𝐑𝐅𝐄𝐂𝐓, Bryce Loski
Fiksi PenggemarBryce Loski, Flipped BOOK 𝐏| ❝𝙀́𝙧𝙖𝙢𝙤𝙨 𝙣𝙞𝙣̃𝙤𝙨 𝙗𝙪𝙨𝙘𝙖𝙣𝙙𝙤 𝙖𝙢𝙤𝙧. 𝙎𝙞𝙣 𝙨𝙖𝙗𝙚𝙧 𝙨𝙚𝙣𝙩𝙞𝙧𝙡𝙤. 𝙋𝙚𝙧𝙤 𝙖𝙝𝙤𝙧𝙖 𝙣𝙤 𝙧𝙚𝙣𝙪𝙣𝙘𝙞𝙖𝙧𝙚́. 𝘽𝙚́𝙨𝙖𝙢𝙚 𝙡𝙚𝙣𝙩𝙤, 𝙖𝙢𝙤𝙧. 𝙏𝙚𝙣𝙜𝙤 𝙩𝙪 𝙘𝙤𝙧𝙖𝙯𝙤́𝙣. 𝙀𝙡 𝙢𝙞́𝙤...