El chico rubio no podía dejar las cosas a la ligera, no quería que Julio se ilusionara más. Y ahora que se pensaba todo, se arrepentía de lo que había sucedido, pero claro, ya era demasiado tarde. Ahora; con todo su dolor, tendría que ser fuerte para demostrarle a Julio que para él no sgnificaba nada, y aunque quisiese no podría debido a las circunstancias en las que se encontraba.
Se levantó levemente de la cama al notar que el pequeño yacía dormido. Salió sigilosamente de la habitación. Fue a parar hasta el comedor dónde todos los chicos estaban reuinidos. Era extraño estar con tantas personas en casa.
Justo había cancelado el viaje, aquél que había ansiado desde el primer momento en que le dieron la noticia de que el otro jóven había sido secuestrado, y lo había cancelado solo por Julio. No sabía que le pasaba al hacerlo, pero aún así no se detuvo
—¿Cómo está Julio? —preguntó interesado Joshua
—Si tanto quieres saber, ve a verlo —respondió indiferente Ethan
—¿De verdad puedo hacerlo?
—No
Joshua hizo un puchero, odiaba la manera como jugaba Ethan, pero que hacerle si siempre era así. Le conocía de toda la vida y estaba acostumbrado a todos sus comentarios, y después de todo tenía una mente excelente.
—Está dormido —comenzó Ethan —Y se ha untado la crema que fueron a comprar —evitó el punto de que el lo había echo con sus propias manos, ya que los otros chicos estaban presentes
—¿Y cuando se supone que nos iremos? —les interrumpió Alam
—Cuando lo sepa, se los diré
Todos se callaron, conocían a Ethan y no le gustaba que le hicieran tantas preguntas, más sin embargo, cuando Julio le hacía una, el desganado contestaba, todo era extraño.
Julio se despertó sin la presencia de Ethan, ¿en qué momento le había ablandado? No hizo falta moverse, ya que estaba consciente del dolor que aún permanecía, pero pese a todo había disminuido un poco. Necesitaba y quería ver a Ethan, tal vez él no, pero eso no le era de importancia.
Hizo el máximo esfuerzo posible para levantarse de nuevo, pero el dolor de cadera le regreso de un golpe al colchón de la cama. Tenía que ser fuerte, nuevamente ejerció presión pero está vez si pudo levantarse. Caminó poco a poco deteniéndose sobre la pared, para por fin lograr llegar hasta el comedor dónde se encontraban junto al rubio, el resto de los chicos.
—Creí que ni siquiera podías levantarte... —soltó Ethan
—Me siento mejor...
—¡Pequeñín! —gritó desde el otro lado Joshua —¿Ya estás mejor?
—Sí
—¡Genial! — exclamó —¡Podemos estar toda la tarde jugando!
—Después
Julio observó desde lo lejos a Ethan, que se encontraba ordenando un papeleo. Se recargó en un ventanal, y logró descansar almenos un par de minutos.
—Sígueme Julio —ordenó Ethan
Caminó despacio hasta llegar a una pequeña sala, Ethan se sentó y le arrastró frente a un pequeño sillón que era dividido por una mesa de cristal, dónde el rubio tenía acomodado una serie de papeles, como siempre.
—¿Qué significó? —preguntó Julio
El rubio le ignoró, además de que no entendía a que se refería y por supuesto no quería lidiar —al menos en ese momento —con asuntos de nenazas. Sentía clavada en él la mirada de Julio, y solamente se había animado a denar mostrar su sonrisa.
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Vagos recuerdos (yaoi/homoerótica)
Random—Siempre me haces lo mismo—comentó Julio con su voz quebrantada—Te burlas de mí, me humillas, me torturas ¡solamente soy tu estúpido juguete! —¿Y que querías que hicier contigo? —Pensé que eras menos cruel... —Ahora ves que te equivocaste. —¡Eres...