Capítulo 14

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-Tranquilo Ethan-habló Alam, una vez dichas ambas palabras del chico rubio

Se sentía, sin ningún esfuerzo, la furia que Ethan tenía dentro suyo, incluso los chicos se habían confundido respecto al cambio de emociones. Todos guardaron silencio, conocían y respetaban el dolor, que en su momento, el rubio sentía.

-¿Cuando recibiste esa información?-preguntó Ethan más tranquilo

-Hace un par de horas...

Por varios minutos, Ethan permaneció reflexionando acerca de lo que estaba a punto de decir, pero sin siquiera arrepentirse, pensarlo dos veces, preguntarles a los demás su opinión, o incluso pensar en la posibilidad de que no funcionaría, dejó que sus labios y su garganta liberaran unas simples palabras.

-Tienen 30 minutos para quedar listos. Nos iremos lo más pronto posible-avisó mientras todos se levantaban e iban a ordenar todo, claro, todos a excepción de Julio.

Él aún seguía sentado a su lado cabizbajo. No quería levantar su mirada hasta Ethan. Ahora que se iban, con seguridad no sabría que pasaría. Ansiaba que al menos, el rubio le diese un último beso.

-¿Y tú, estás listo?-le preguntó Ethan

-Sí...

-Puedes hacer lo que quieras, te quedan 30 minutos

Julio no contestó y se puso de pié, caminó hasta llegar a la habitación para recostarse con los ojos cerrados. Estuvo así cerca de dos minutos, hasta que a lo lejos escuchó un par de pasos acercándose, justo cuando abrió los ojos Max estaba encima de él con una sonrisa en los labios.

-¿Qué rayos?-escupió Julio empujandole hacía un lado, pero la fuerza de él era mucho más que la suya

-Podemos divertirnos antes de marcharnos...-sonrió Max lamiéndole el cuello

Julio hizo su máxima presión para separarse pero le era imposible, lentamente Max metió su mano debajo de su camiseta para pellizcarle un pezón. No era la misma sensación cuando Ethan le hacía ese tipo de cosas, se sentía asqueado.

-Eres demasiado lindo -continuó Max -Ya veo porque Ethan no te quiere compartir

Nuevamente subió a su cuello, pero esta vez le dio una mordida dejándole una marca en él. ¿Podía ser posible? ¿Qué rayos tenían todos esos chicos? Ansiaba salir corriendo de ahí, marcharse no sin antes darle una patada en el trasero, pero su maldita fuerza le privaba de la libertad. Aún más, juntó toda su furia, su angustia, su enojo y lo empujó hasta caer de la cama. Rápidamente se levantó para dirigirse a la puerta y salir corriendo al jardín. Estuvo ahí pocos minutos hasta que Ethan llegó sentándose a su lado.

Y teniendo al rubio a su lado, no fue capaz de confesarle lo que su primo había intentado hacerle.

-¿Qué se supone que haces?

-Quiero relajarme-contestó Julio

-Quiero que te cuides mucho ahora que nos vayamos, ya que no estoy seguro de si yo podré hacerlo

-Y yo quiero que me prometas algo...

-¿A sí? ¿Qué es?

-Que siempre me tendrás contigo...

-Eso, sólo pasará si tú te dejas de cortar

-Sí

-Bien, entonces, prometo que siempre estarás a mi lado

Julio se había sonrojado. Al menos había cumplido uno de sus objetivos y por suerte, Ethan lo había prometido. Bajó su cabeza apretando sus rodillas. Aún no estaba listo para decirle nada, y hubiese preferido callar, pero para el rubio todo era obvio, además de la fuerte marca que Max le había dejado.

Vagos recuerdos (yaoi/homoerótica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora