Capítulo 15

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Abrió sus ojos lentamente. El calor le invadía cada vez más. Sentía su boca reseca. Tardó un par de segundos en recordar lo que había pasado y dar a la cuenta de que estaba en el maldito desierto. Giró bruscamente su cabeza en busca de Ethan, pero éste ya no estaba a su lado. Con ambas manos se aclaró la vista. Se sentó. Y a lo lejos escuchó las charlas y risas de los chicos. Salió de la casa de acampar para después, poder diatinguir a todos los chicos reunidos en una manta, comiendo sándwiches.

—¡Julio!—gritó emocionado Josh

—Hola... —susurró él

—Toma. —el rubio le extendió un sándwich —Siéntate.

Obedeció, se acomodó al lado de Ethan, quién le sonreía cómodamente a cada chico. Max le clavaba fuertemente su mirada, tanto que en ocasiones Julio logró pensar que esa mirada era de odio.

—¿Qué tal dormieron?—preguntó Will

—Estoy acostumbrado a dormir con Josh, así que, dormí como siempre—contestó Jared

—He dormido con Alam, y es tan quieto, que creí que estaba sólo—se burló Will

—Pues no puedo decir lo mismo ya que la presencia de Marcoa es inevitable —continuó Livia —y fue una excelente noche...

Ambos chicos se lanzaban miradas de sensualidad. Julio se asqueo. Era horrible como entre todos tenían sexo sin importarles las razones o sin pensar que eso comúnmente se  hacía por mutuo amor. Jamas dejaría que su cuerpo interactuara con otro si no existía ese polvo mágico que le provocaba enloquecer.

—¡Y Max durmió sólo! —río Josh

—Yo sé que se estuvo masturbando mientras se imaginaba a Julio... —agregó Livia —¡O mejor aún! Seguramente se moría de celos, ya que Julio pasó toda la noche con Ethan

Las mejillas de Julio se tornaron rosas, e incluso soltó su pequeño sándwich.  Todos voltearon a ver a Max, burlándose de su desgracia.

—¿No creen que es muy temprano para comenzar con sus estupideces?—dijo Ethan

—Ya.¡No seas tan amargado!—reprochó Josh

—Te dije que se le llama madurar...—murmuró Livia

Después de esa charla, todos continuaron comiendo. Y fue tan rápido, que seguido de esto, cada uno volvió a su automóvil para seguir conduciendo.

Los nervios de Julio avanzaban a medida que Ethan le miraba. Tenerlo a su lado le resultaba demasiado agradable, pero al mismo tiempo, sus manos se helaban con la presencia de el rubio. Recordó el contrato que Ethan le había ofrecido y no pudo salir más de su cabeza. ¿Debía firmar? Abrazó con fuerza su mochila que llebava en las piernas.

El camino se le hacía demasiado largo. Prontamente salieron del desierto para adentrarse a una población demasiado horrible. Había personas heridas por doquier, casas y edificios destruidos, e incluso aún existían un par de balaceras. Llegaron a un callejón destruido. Cada chico bajó del automóvil, obervando con detenimiento el lugar.

—Odio esta ciudad...—escupió Livia

—¿Porqué?—preguntó Will

—Además de ser la principal de las guerras, odia a los homosexuales...

—Rusia siempre ha sido así —dijo Josh—Cada ciudad tiene su lado malo

Ethan se limitó a guardar sus comentarios y detenidamente observó su entorno. Todos los chicos guardaron silencio y se prepararon por si se diera una guerra. Ethan parecía confuso, debido a que aquel lugar no estaba habitado, y se suponía que deberían encontrar una seña, para por fin encontrar al secuestrado.

—El lugar está sólo...—lamentó Jared acercándose a Ethan

—Busquen, tiene que haber algo —ordenó el rubio mientras tomaba a Julio del antebrazo y lo llebava consigo

Julio, muy tímido caminó a su paso. Caminaron varios callejones y el lugar seguía igual. Por lo tanto, regresaron, nuevamente donde estaba el grupo de automóviles en los que había llegado. Ahí yacían los chicoa sentados.

—No encontramos nada...—susurró Marcos

—Me han mandado un mensaje diciendo que están encerrados en una cabaña cerca del desierto. —dijo Jared

—¡Joder!—explotó Ethan —¡¿A qué mierda están jugando?!

Como era de costumbre, Julio no comprendía nada de lo que ellos decían y solamente bajó la cabeza con temor a los gritos de Ethan. No quería ni chocar miradas si el rubio estaba en esas circunstancias. Se hizo a un costado de él.

—Si queremos encontralo, será mejor que nos vayamos ahora mismo—propuso Alam

Era tanta la furia de Ethan que no se esforzó por dar una orden, sin decir ninguna palabra o hacer al menos algún gesto; se subió al automóvil en espera de que todos le copiaran. Y así fue, cada chicomse subió a su lugar correspondido, incluso Julio, éste aun seguía en shock por lo que estaba pasando. Jared condujo lo más rápido posible. No fue tan difícil encontrar el punto que encontraban ya que era la única cabaña de ése lugar.

Bajaron todos en silencio esperando ser atacados, pero nadie salió de la cabaña. William,  se acercó a la puerta y tocó un par de veces, hasta que un par de ancianos les abrieron.

—¿Dónde están?—se adelantó Alam

—Se los han llevado, no dijieron a dónde—contestó uno de ellos

Mientras todos discutían y insultaban a los ancianos, Ethan notó que aun lado de la cabaña, había una puerta que se abría en el piso cubierta por paja, pero al parecer se habían olvidado de poner suficiente paja. Se acercó y se dio cuenta de que era cuestión de abrirla para saber que existía ahí dentro.

—Abran esto—les ordenó Ethan

Will y Marcos se acercaron diapuestos a abrilo. Todos los demás se pusieron al rededor por si algo llegase a pasar, mientras el rubio puso a Julio detrás suyo, para que no le pasase nada. Ambos ancianos se lanzaron miradas de preocupación, pero aún así no hicieron nada para detenerlos.

Dentro de aquella puerta, se encontraba un enorme oyo, que estaba habitado por demasiadas armas. No hizo falta decir nada, todos los chicos empezaron a tomar armas y dejar en los automóviles. Si, eso era un robo. Julio intentó tomar un arma, pero Ethan le detuvo negando con la cabeza y quitándosela de las manos. Al terminar de hacer eso, volvieron a subirse a los automóviles para averiguar donde se encontraba el secuestrado. Llegaron a un hotel, dónde pasarían la noche, y estaban todos en un gigantesco departamento.

—Jamás supe con exactitud que estamos buscando —se quejó Livia

—Un grupo de soldados—contestó seco Ethan

Las horas pasaron, algunos durmieron, otros no. Por el lado de Ethan no pudo cerrar sus ojos almenos un minuto. Estaba preocupado, angustiado, y estresado. Su cabeza daba muchos giros. Nunca pensó que bucarle sería tan difícil...

Todos habían despetado, y ya menos estresados desayunaron con tranquilidad, pero la voz y la agitada respiración de Jared al ver su móvil le sorprendió a todos.

—Al parecer están en el lugar principal—dijo

—Vamonos—ordenó el rubio

Con suerte avanzaron hasta aquel lugar. En su exterior se veían un par de camionetas, y efectivamente, habia personas armadas protegiendo la puerta principal,y por supuesto, al ver al grupo de chicos que iban no dudaron en iniciar una balacera...

Continuará....

Vagos recuerdos (yaoi/homoerótica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora